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CC Ādi-līlā 2.19

Texto

ananta sphaṭike yaiche eka sūrya bhāse
taiche jīve govindera aṁśa prakāśe

Palabra por palabra

ananta—ilimitado; sphaṭike—en cristales; yaiche—así como; eka—un; sūrya—Sol; bhāse—aparece; taiche—del mismo modo; jīve—en la entidad viviente; govindera—de Govinda; aṁśa—porción; prakāśe—manifiesta.

Traducción

Así como el Sol, aunque es único, aparece reflejado en incontables joyas, Govinda Se manifiesta de forma similar [como Paramātmā] en el corazón de todos los seres vivientes.

Significado

El Sol está situado en un lugar preciso, pero se refleja en incontables joyas y aparece en innumerables aspectos determinados. De modo semejante, la Suprema Personalidad de Dios, aunque está eternamente presente en Su morada trascendental, Goloka Vṛndāvana, Se refleja en el corazón de cada ser en forma de la Superalma. Se dice en los Upaniṣads que la jīva (entidad viviente) y Paramātmā (Superalma) son como dos pájaros en el mismo árbol. La Superalma hace que el ser viviente se ocupe en actividades fruitivas como resultado de sus hechos pasados, pero Paramātmā no tiene nada que ver con esas ocupaciones. Tan pronto como el ser viviente cesa de actuar por motivaciones fruitivas y emprende el servicio del Señor (Paramātmā), dándose cuenta de Su supremacía, queda libre inmediatamente de toda designación, y en ese estado puro entra en el reino de Dios, conocido como Vaikuṇṭha.

Paramātmā, la Superalma, guía de los seres vivientes individuales, no toma parte en el cumplimiento de los deseos de esos seres vivientes, sino que los cumple a través de la naturaleza material. Tan pronto como un alma individual toma conciencia de su eterna relación con la Superalma y sólo mira hacia Él, se libera en el acto de las complicaciones de la satisfacción material. Los filósofos cristianos, que no creen en la ley del karma, se valen del argumento que considera absurdo decir que se deben aceptar los resultados de hechos pasados, porque no se tiene conciencia de ellos. A un criminal, en un tribunal de justicia, los testigos le recuerdan sus delitos, y entonces se le castiga. Si la muerte es el olvido completo, ¿por qué castigar a una persona por sus delitos pasados? El concepto de Paramātmā es una respuesta irrebatible a esos argumentos falaces. Paramātmā es el testigo de las actividades pasadas del ser humano individual. Puede que un hombre no recuerde lo que ha hecho en su infancia, pero su padre, que le ha visto en las distintas fases de su crecimiento, sí que lo recuerda. Igualmente, el ser viviente cambia de cuerpo muchas veces al pasar por muchas vidas, pero la Superalma está siempre con él y recuerda todo lo que ha hecho, a pesar de su evolución pasando por cuerpos diferentes.