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CC Ādi-līlā 5.41

Texto

vāsudeva-saṅkarṣaṇa-pradyumnāniruddha
‘dvitīya catur-vyūha’ ei — turīya, viśuddha

Palabra por palabra

vāsudeva—la expansión llamada Vāsudeva; saṅkarṣaṇa—la expansión llamada Saṅkarṣaṇa; pradyumna—la expansión llamada Pradyumna; aniruddha—la expansión llamada Aniruddha; dvitīya catuḥ-vyūha—la segunda expansión cuádruple; ei—esta; turīya—trascendental; viśuddha—libre de toda contaminación material.

Traducción

Vāsudeva, Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha constituyen este segundo grupo cuádruple. Son puramente trascendentales.

Significado

Śrīpād Śaṅkarācārya ha explicado la forma cuádruple (catur-vyūha) de un modo engañoso en su interpretación del aforismo 42 del Segundo khaṇḍa del Capítulo Segundo de los Vedānta-sūtras (utpatty-asambhavāt). En los versos 41 a 47 de este capítulo del Śrī Caitanya-caritāmṛta, Śrīla Kṛṣṇadāsa Kavirāja Gosvāmī responde a las engañosas objeciones de Śrīpāda Śaṅkarācārya sobre el carácter personal de la Verdad Absoluta.

La Suprema Personalidad de Dios, la Verdad Absoluta, no es como un objeto material que puede conocerse por medio del conocimiento experimental o la percepción de los sentidos. En el Nārada-pañcarātra, Nārāyaṇa explica esto a Śiva. Pero Śaṅkarācārya, la encarnación de Śiva, bajo la orden de Nārāyaṇa, su Señor, había de engañar a los monistas, que apoyan la extinción final. En el estado condicionado de la existencia, todas las entidades vivientes tienen cuatro defectos básicos, uno de los cuales es la propensión a engañar. Śaṅkarācārya ha llevado al extremo esta propensión al engaño, para desviar a los monistas.

En realidad, la explicación de las formas del grupo cuádruple que se da en las Escrituras védicas no puede comprenderse por medio de la especulación del alma condicionada. Las formas del grupo cuádruple deben aceptarse, por tanto, exactamente tal como se describen. La autoridad de los Vedas es tal, que incluso si algo no se comprende debido a una percepción limitada, hay que aceptar la enseñanza védica, en lugar de crear interpretaciones adaptables a la comprensión imperfecta. Sin embargo, en su Śārīraka-bhāṣya, Śaṅkarācārya ha acrecentado el malentendido de los monistas.

Las formas del grupo cuádruple tienen una existencia espiritual que puede ser comprendida en vasudeva-sattva (śuddha-sattva), o bondad sin cualidades, que acompaña a la completa absorción en la comprensión de Vāsudeva. Las formas del grupo cuádruple, que poseen plenamente las seis opulencias de la Suprema Personalidad de Dios, son los disfrutadores de la potencia interna. Pensar que la absoluta Personalidad de Dios está afectada por la pobreza o que no tenga potencia (o, en otras palabras, que sea impotente) es sencillamente una canallada. Esta canallada es la profesión del alma condicionada, y aumenta su desconcierto. El que no puede comprender la diferencia entre el mundo espiritual y el mundo material, no está capacitado para examinar o para saber la situación de las formas trascendentales del grupo cuádruple. En su comentario al Vedānta-sūtra 2.2.42-45, Su Santidad Śrīpāda Śaṅkarācārya ha hecho un vano intento de anular la existencia de estas formas del grupo cuádruple en el mundo espiritual.

Śaṅkarācārya dice (sūtra 42) que, los devotos creen que la Suprema Personalidad de Dios, Vāsudeva, Śrī Kṛṣṇa, es única, que está libre de las cualidades materiales y que tiene un cuerpo trascendental lleno de dicha y existencia eterna. Él es la meta final de los devotos, que creen que la Suprema Personalidad de Dios Se expande en otras cuatro formas trascendentales (Vāsudeva, Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha). De Vāsudeva, que es la expansión primaria, derivan Saṅkarṣaṇa, Pradyumna, y Aniruddha, en este orden. Otro nombre de Vāsudeva es Paramātmā, otro nombre de Saṅkarṣaṇa es jīva (la entidad viviente), otro nombre de Pradyumna es mente, y otro nombre de Aniruddha es ahaṅkāra (ego falso). Entre estas expansiones, se considera a Vāsudeva como el origen de la naturaleza material. Por tanto, Śaṅkarācārya dice que Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha deben ser creaciones de esa causa original.

Las grandes almas afirman que Nārāyaṇa, a quien se conoce como Paramātmā o la Superalma, está más allá de la naturaleza material, y esto concuerda con las afirmaciones de las Escrituras védicas. Los māyāvādīs también admiten que Nārāyaṇa puede expandirse en varias formas. Śaṅkara dice que no intenta discutir esa parte de la comprensión de los devotos, pero que debe protestar ante la idea de que Saṅkarṣaṇa haya sido producido a partir de Vāsudeva, Pradyumna de Saṅkarṣaṇa, y Aniruddha de Pradyumna, porque si se entiende que Saṅkarṣaṇa representa a las entidades vivientes, creadas del cuerpo de Vāsudeva, las entidades vivientes no podrán ser eternas. Se supone que las entidades vivientes se liberan de la contaminación material cuando se ocupan en una prolongada adoración de la Suprema Personalidad de Dios en el templo, leen las Escrituras védicas y practican yoga y acciones piadosas para alcanzar al Señor Supremo. Pero si las entidades vivientes hubieran sido creadas a partir de la naturaleza material en un momento concreto, no serían eternas y no tendrían la posibilidad de liberarse ni de relacionarse con la Suprema Personalidad de Dios. Cuando una causa se anula, sus resultados se anulan también. En el segundo khaṇḍa del Capítulo Segundo del Vedānta-sūtra, Ācārya Vedavyāsa también ha rechazado la concepción de que los seres vivientes hayan nacido en algún momento (nātmā śruter nityatvāc ca tābhyaḥ). Puesto que las entidades vivientes no han sido creadas, tienen que ser eternas.

Śaṅkarācārya dice (sūtra 43) que, para los devotos, Pradyumna, que se considera como la representación de los sentidos, brotó de Saṅkarṣaṇa, que se considera como la representación de las entidades vivientes. Pero nosotros no podemos tener la experiencia de que una persona pueda producir sentidos. Los devotos también dicen que de Pradyumna brotó Aniruddha, que se considera la representación del ego. Pero Śaṅkarācārya dice que a menos que los devotos puedan probar de qué manera el ego y los medios de conocimiento pueden generarse de una persona, no puede aceptarse tal explicación del Vedānta-sūtra, porque ningún otro filósofo acepta los sūtras de esa manera.

También dice Śaṅkarācārya (sūtra 44) que no puede aceptar la idea de los devotos de que Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha sean tan poderosos como la absoluta Personalidad de Dios, completos en las seis opulencias de conocimiento, riqueza, fuerza, fama, belleza y renunciación, y libres del defecto de la generación en un momento determinado. Incluso si son expansiones plenas, queda el defecto de generación. Vāsudeva, Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha, al ser personas individuales distintas, no pueden ser una. Por tanto, si se Les acepta como absolutos, plenos e iguales, tiene que haber muchas Personalidades de Dios. Pero no es necesario aceptar que haya diversas Personalidades de Dios, porque la aceptación de un Dios omnipotente es suficiente a todo efecto. La aceptación de más de un Dios contradice la conclusión de que el Señor Vāsudeva, la absoluta Personalidad de Dios, es único y sin igual. Incluso si aceptamos que las formas del grupo cuádruple de Dios son idénticas, no podemos evitar el incongruente defecto de la no eternidad. A menos que aceptemos que hay alguna diferencia entre las personalidades, no tiene sentido la idea de que Saṅkarṣaṇa sea una expansión de Vāsudeva, Pradyumna sea una expansión de Saṅkarṣaṇa y Aniruddha sea una expansión de Pradyumna. Tiene que haber una distinción entre causa y efecto. Por ejemplo, un cántaro es distinto de la tierra con la cual está hecho, y por tanto, podemos comprobar que la tierra es la causa y el cántaro el efecto. Sin estas distinciones, causa y efecto no tienen sentido. Además, los seguidores de los principios del Pañcarātra no aceptan diferencia alguna en conocimiento ni cualidades entre Vāsudeva, Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha. Los devotos aceptan que todas estas expansiones son una, pero ¿por qué tendrían que restringir la unidad a estas cuatro expansiones cuádruples? Por supuesto no lo haríamos, porque todas las entidades vivientes, desde Brahmā a la hormiga insignificante, son expansiones de Vāsudeva, tal como está aceptado en todos los śrutis y smṛtis.

También dice Śaṅkarācārya (sūtra 45) que los devotos que siguen el Pañcarātra afirman que las cualidades de Dios y el mismo Dios, como poseedor de las cualidades, son lo mismo. Pero ¿cómo puede afirmar la escuela bhāgavata que las seis opulencias (sabiduría, riqueza, fuerza, fama, belleza y renunciación) son idénticas al Señor Vāsudeva? Esto es imposible.

En su Laghu-bhāgavatāmṛta (Pūrva 5.165-193), Śrīla Rūpa Gosvāmī ha rebatido las acusaciones dirigidas a los devotos por Śrīpad Śaṅkarācārya, referentes a la explicación que dan de las formas de Vāsudeva, Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha. Rūpa Gosvâmī dice que estas cuatro expansiones de Nārāyaṇa están presentes en el cielo espiritual, donde son famosas como Mahāvastha. De entre Ellos, se adora a Vāsudeva dentro del corazón, por medio de la meditación, porque Él es la Deidad regente del corazón, como está explicado en el Śrīmad-Bhāgavatam (4.3.23).

Saṅkarṣaṇa, la segunda expansión, es la expansión personal de Vāsudeva para Sus pasatiempos, y puesto que Él es el receptáculo de todas las entidades vivientes, a veces se Le llama jīva. La belleza de Saṅkarṣaṇa es mucho mayor que la de innumerables lunas llenas irradiando rayos de luz. Se Le debe adorar como el principio del ego. Él ha investido a Anantadeva con todas las potencias de sustentación. Para la disolución de la creación, también Se exhibe a Sí mismo como la Superalma en Rudra, en Adharma (la personalidad de la irreligiosidad), en sarpa (las serpientes), en Antaka (Yamarâja el señor de la muerte) y en los demonios.

Pradyumna, la tercera manifestación, surge de Saṅkarṣaṇa. Los que son especialmente inteligentes adoran esta expansión de Saṅkarṣaṇa, Pradyumna, como el principio de inteligencia. La diosa de la fortuna siempre canta las glorias de Pradyumna en el lugar llamado Ilāvṛta-varṣa, y siempre Le sirve con gran devoción. Su tez a veces es dorada y a veces azulada, como las nubes del monzón. Él es el origen de la creación del mundo material, y ha conferido Su principio creativo a Cupido. Es sólo bajo Su dirección que todos los hombres, semidioses y demás entidades vivientes tienen energía en su función generativa.

Aniruddha, la cuarta de las expansiones del grupo cuádruple, recibe adoración de los grandes sabios y sicólogos como el principio de la mente. Tiene la tez semejante al tono azulado de una nube de lluvia. Se ocupa del mantenimiento de la manifestación cósmica, y es la Superalma de Dharma (la deidad de la religiosidad), los Manus (progenitores de la humanidad) y los devatās (semidioses). La Escritura védica Mokṣa-dharma indica que Pradyumna es la Deidad de la mente total, mientras que Anirudha es la Deidad del ego total, pero las afirmaciones anteriores, referentes a las formas del grupo cuádruple, están confirmadas en los Pañcarātra tantras.

En el Laghu-bhāgavatāmṛta (Pūrva 5.86-100), hay una lúcida explicación de las potencias inconcebibles de la Suprema Personalidad de Dios. Negando las afirmaciones de Śaṅkarācārya, el Mahā-varāha Purāṇa declara:

sarve nityāḥ śāśvatāś cadehās tasya parātmanaḥ
hānopādāna-rahitā
naiva prakṛti-jāḥ kvacit

«Todas las diversas expansiones de la Personalidad de Dios son trascendentales y eternas, y todas ellas descienden una y otra vez a todos los diferentes universos de la creación material. Sus cuerpos, compuestos de eternidad, bienaventuranza y conocimiento, son sempiternos; no hay posibilidad de que se deterioren, porque no son creaciones del mundo material. Sus formas son existencia espiritual concentrada, siempre completas con todas las cualidades espirituales, y desprovistas de toda contaminación material».

Confirmando estas declaraciones, el Narada-pañcaratra sostiene:

maṇir yathā vibhāgenanīla-pītādibhir yutaḥ
rūpa-bhedam avāpnoti
dhyāna-bhedāt tathācyutaḥ

«La infalible Personalidad de Dios puede manifestar Su cuerpo de diversas maneras de acuerdo con las diferentes modalidades de adoración, lo mismo que la gema vaidurya puede manifestarse con diversos colores, como azul y amarillo». Cada encarnación es distinta de todas las demás. Esto es posible por la potencia inconcebible del Señor, mediante la cual Él puede presentarse al mismo tiempo como uno, como varias formas parciales y como el origen de esas formas parciales. Nada es imposible para Sus potencias inconcebibles.

Kṛṣṇa es único y sin igual, pero Se manifiesta en cuerpos diferentes, como afirma Nārada en el Canto Décimo del Śrīmad-Bhāgavatam:

citraṁ bataitad ekenavapuṣā yugapat pṛthak
gṛheṣu dvy-aṣṭa-sāhasraṁ
striya eka udāvahat

«Es maravilloso en verdad que un Kṛṣṇa sea al mismo tiempo diversos Kṛṣṇas en 16.000 palacios, para aceptar a 16.000 reinas como esposas» (Bhâg. 10.69.2). El Padma Purāna también explica:

sa devo bahudhā bhūtvānirguṇaḥ puruṣottamaḥ
ekī-bhūya punaḥ śete
nirdoṣo harir ādi-kṛt

«La misma Personalidad de Dios, Puruṣottama, la persona original, que está siempre desprovista de cualidades y contaminación materiales, puede exhibirse en diversas formas, y al mismo tiempo yacer en otra forma».

En el Canto Décimo del Śrīmad-Bhāgavatam se dice: yajanti tvan-mayās tvā vai bahu-mūrty-eka-mūrtikam, «¡Oh, mi Señor! Aunque Tú Te manifiestas en formas diversas, Tú eres único y sin igual. Por tanto, los devotos puros se concentran en Ti y Te adoran sólo a Ti» (Bhâg. 10.40.7). En el Kūrma Purāṇa se dice:

asthūlaś cānaṇuś caivasthūlo ’ṇuś caiva sarvataḥ
avarṇaḥ sarvataḥ proktaḥ
śyāmo raktānta-locanaḥ

«El Señor es personal, aunque impersonal; es como un átomo, aunque grande; y es negruzco con los ojos rojos, aunque no tiene color». Según la lógica material, todo esto puede parecer contradictorio, pero si comprendemos que la Suprema Personalidad de Dios tiene potencias inconcebibles, podemos aceptar estos hechos como eternamente posibles en Él. En nuestra condición presente no podemos comprender las actividades espirituales, ni de qué manera ocurren, pero aunque sean inconcebibles en el contexto material, no podemos descuidar estas concepciones contradictorias.

Aunque aparentemente es inconcebible, es totalmente posible para el Absoluto conciliar todos los elementos opuestos. El Śrīmad-Bhāgavatam establece esto en el Canto Sexto (6.9.34–37):

«¡Oh, mi Señor! Tus pasatiempos y diversiones trascendentales parecen inconcebibles, porque no están limitados por la acción de causa y efecto del pensamiento material. Tú puedes hacerlo todo sin ninguna actividad corporal. Los Vedas dicen que la Verdad Absoluta tiene múltiples potencias y no necesita hacer nada personalmente. Mi amado Señor, Tú estás enteramente desprovisto de cualidades materiales. Sin la ayuda de nadie, Tú puedes crear, mantener y disolver la manifestación material cualitativa entera, y sin embargo, en todas estas actividades, Tú no cambias. Tú no aceptas el resultado de Tus actividades, al contrario de los demonios y semidioses comunes, que sufren o gozan las reacciones de sus actividades en el mundo material. Sin ser afectado por las reacciones de la acción, Tú existes eternamente con Tu plena potencia espiritual. Esto no podemos entenderlo completamente.

«Debido a que Tú eres ilimitado en Tus seis opulencias, nadie puede contar Tus cualidades trascendentales. Los filósofos y pensadores están abrumados por las manifestaciones contradictorias del mundo físico y las proposiciones de argumentos y juicios lógicos. Como están desconcertados por el malabarismo de palabras y turbados por los diferentes cálculos de las Escrituras, sus teorías no pueden alcanzarte a Ti, que eres el gobernador y controlador de todos, y cuyas glorias están más allá de toda concepción.

«Tu potencia inconcebible Te mantiene desapegado de las cualidades mundanas. Sobrepasando todo concepto de contemplación material, Tu conocimiento trascendental puro Te mantiene más allá de todo proceso especulativo. Por Tu potencia inconcebible, no hay nada contradictorio en Ti.

«La gente puede pensar en Ti a veces como impersonal o como personal, pero Tú eres uno. Para aquellos que están confundidos y desorientados, una cuerda puede manifestarse como diferentes clases de serpientes. Para aquellos que están confundidos y dudan sobre Ti, Tú creas diversos sistemas filosóficos de conformidad con sus posturas inciertas.»

Habría que recordar siempre las diferencias entre las acciones espirituales y las materiales. El Señor Supremo, al ser totalmente espiritual, puede ejecutar toda acción sin ayuda ajena. En el mundo material, si queremos hacer un cántaro de barro, necesitamos los ingredientes, una máquina y un obrero. Pero no debemos aplicar esta idea a las acciones del Señor Supremo, porque Él puede crearlo todo en un instante sin lo que parece necesario según nuestra concepción. Cuando el Señor desciende como una encarnación con una finalidad determinada, esto no indica que Él sea incapaz de alcanzarla sin descender. Él puede hacerlo todo simplemente por Su voluntad, pero por Su misericordia inmotivada, parece depender de Sus devotos. Desciende como el hijo de Yaśodâmâtâ, no porque Él dependa de sus cuidados, sino porque acepta desempeñar este papel por su misericordia inmotivada. Cuando desciende para proteger a Sus devotos, acepta desgracias y tribulaciones por ellos.

Se dice en la Bhagavad-gītā que el Señor, al tener la misma disposición hacia todos los seres vivientes, no tiene amigos ni enemigos, pero muestra un afecto especial por el devoto que piensa siempre en Él con amor. Por tanto, neutralidad y parcialidad figuran entre las cualidades trascendentales del Señor, y las aplica de forma apropiada mediante Su energía inconcebible. El Señor es Parabrahman, o la fuente del Brahman impersonal, que es Su atributo de neutralidad que todo lo penetra. Sin embargo, en Su aspecto personal como poseedor de todas las opulencias trascendentales, el Señor Se muestra parcial poniéndose de parte de Sus devotos. Parcialidad, neutralidad y todas las demás cualidades semejantes, están presentes en Dios; de no ser así, no podrían ser experimentadas en la creación. Puesto que Él es la existencia total, todas las cosas se concilian de manera apropiada en el Absoluto. En el mundo relativo, estas cualidades se manifiestan desvirtuadas, y por tanto, tenemos la experiencia de la no dualidad como un reflejo desvirtuado. Puesto que no hay lógica para explicar cómo suceden las cosas en el reino del espíritu, a veces se describe al Señor diciendo que está situado más allá de la experiencia. Pero si aceptamos el carácter inconcebible del Señor, podremos conciliar todos los elementos en Él. Los no devotos no pueden comprender la energía inconcebible del Señor, y por consiguiente, se dice que para ellos está fuera del alcance de la expresión concebible. El autor de los Brahma-sūtras acepta este hecho y dice: śrutes tu śabda-mūlatvāt: la Suprema Personalidad de Dios, siendo inconcebible para el hombre común, puede ser comprendido solamente por medio de la evidencia de los mandatos de los Vedas. El Skanda Purāṇa confirma: acintyāḥ khalu ye bhāvā na tāṁs tarkeṇa yojayet, «Los temas inconcebibles para el hombre común no deben ser tema de discusión». Cualidades maravillosas las encontramos en cosas tan materiales como las piedras preciosas y las drogas. Por supuesto, sus cualidades parecen con frecuencia inconcebibles. Por tanto, si no atribuimos potencias inconcebibles a la Suprema Personalidad de Dios, no podemos establecer Su supremacía. Es a causa de estas potencias inconcebibles que las glorias del Señor siempre se han aceptado como difíciles de comprender.

La ignorancia y el malabarismo de palabras son muy comunes en la sociedad humana, pero no ayudan a nadie a comprender las energías inconcebibles de la Suprema Personalidad de Dios. Si aceptamos esa ignorancia y ese malabarismo de palabras, no podemos aceptar la perfección del Señor Supremo en seis opulencias. Por ejemplo, una de las opulencias del Señor Supremo es el conocimiento total. Por tanto, ¿cómo podría concebirse la ignorancia en Él? Las instrucciones védicas y las razones sensatas demuestran que el hecho de que el Señor mantenga la manifestación cósmica y al mismo tiempo sea indiferente a la acción de su mantenimiento, no encierra contradicción, a causa de Sus energías inconcebibles. Para el que está siempre absorto pensando en serpientes, una cuerda siempre le parece una serpiente, y de forma semejante, para el que está desorientado por las cualidades materiales y está desprovisto de conocimiento del Absoluto, la Suprema Personalidad de Dios aparece de acuerdo a diversas conclusiones desorientadas.

Alguien podría argumentar que el Absoluto estaría afectado por la dualidad si fuese al mismo tiempo totalmente cognoscitivo (Brahman) y la Personalidad de Dios completa en seis opulencias (Bhagavān). Para rebatir tal argumento, el aforismo svarūpa-dvayam īkṣyate declara que, a pesar de las apariencias, no hay posibilidad de dualidad en el Absoluto, porque Él no es sino uno en diversas manifestaciones. El comprender que el Absoluto muestra variados pasatiempos por la influencia de Sus energías, hace desaparecer al instante la incongruencia aparente de Sus energías opuestas inconcebibles. El Śrīmad-Bhāgavatam (3.4.16) da la descripción siguiente de la potencia inconcebible del Señor:

karmāṇy anīhasya bhavo ’bhavasya te
durgāśrayo ’thāri-bhayāt palāyanam
kālātmano yat pramadā-yutāśrayaḥ
svātman-rateḥ khidyati dhīr vidām iha

«Aunque no tiene nada que hacer, la suprema Personalidad de Dios, actúa; aunque siempre es innaciente, nace; aunque es el tiempo, a cual todos temen, huye de Mathurā por temor a Su enemigo, y Se refugia en un fuerte; y aunque Se basta a Sí mismo, Se desposa con 16.000 mujeres. Estos pasatiempos parecen desconcertantes contradicciones, hasta para el más inteligente». Si estas actividades del Señor no hubieran sido realidad, los sabios no se habrían desconcertado ante ellas. Por tanto, estas actividades no deben considerarse nunca imaginarias. Siempre que el Señor lo desea, Su energía inconcebible (yogamāyā) Le sirve creando y ejecutando estos pasatiempos.

Las Escrituras conocidas como los Pañcarātra-śāstras están reconocidas como Escrituras védicas, y han sido aceptadas por los grandes ācāryas. Estas Escrituras no son el producto de las modalidades de la pasión y la ignorancia. Por esto, eruditos y brāhmaṇas se refieren a las mismas como sātvata-saṁhitās. El recitador original de estas Escrituras es Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios. Esto se menciona en especial en el Mokṣa-dharma (349.68), que es parte del Śānti-parva del Mahābhārata. Sabios liberados como Nārada y Vyāsa, que están libres de los cuatro defectos de las almas condicionadas, son los propagadores de estas Escrituras. Śrī Nārada Muni es el recitador original del Pañcarātra-śāstra. El Śrīmad-Bhāgavatam también está considerado una sātvata-saṁhitā. Śrī Caitanya Mahāprabhu declaró: śrīmad-bhāgavatam purāṇam amalam, «El Śrīmad-Bhāgavatam es un Purāṇa inmaculado». Los eruditos y editores maliciosos que intentan tergiversar los Pañcarātra-śāstras para rebatir sus regulaciones, son sumamente abominables. En nuestros días, estos eruditos maliciosos han llegado a comentar erróneamente la Bhagavad-gītā, que fue hablada por Kṛṣṇa, para probar que Kṛṣṇa no existe. Ahora veremos de qué manera han tergiversado los māyāvādīs el pāñcarātrika-vidhi.

(1) Al comentar el Vedānta-sūtra 2.2.42, Śrīpāda Śaṅkarācārya ha pretendido que Saṅkarṣaṇa es jīva, la entidad viviente común, pero no hay evidencia en ninguna Escritura védica de que los devotos del Señor hayan dicho jamás que Saṅkarṣaṇa sea una entidad viviente común. Él es una expansión plenaria infalible de la Suprema Personalidad de Dios en la categoría de Viṣṇu, y está más allá de la creación de la naturaleza material. Él es la fuente original de las entidades vivientes. Los Upaniṣads declaran: nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām, «Él es la entidad viviente suprema entre todas las entidades vivientes». Por tanto, Él es vibhu-caitanya, el más grande. Él es directamente la causa de la manifestación cósmica y de las entidades vivientes infinitesimales. Él es la entidad viviente infinita, y las entidades vivientes comunes son infinitesimales. Por tanto, nunca se Le debe considerar un ser viviente común, porque esto sería contradecir las conclusiones de las Escrituras autorizadas. Las entidades vivientes están también más allá de las limitaciones del nacimiento y la muerte. Ésta es la versión de los Vedas, y está aceptada por aquellos que siguen los mandatos de las Escrituras y que han formado parte de la sucesión discipular.

(2) Para contestar al comentario de Śaṅkarācārya sobre el Vedânta-sūtra 2.2.43, debe decirse que el Viṣṇu original de todas las categorías de Viṣṇu, que están distribuidas de varias maneras, es Mūla-saṅkarṣaṇa. Mūla significa «el original». Saṅkarṣaṇa es también Viṣṇu, pero de Él Se expanden todos los demás Viṣṇus. Esto está confirmado en la Brahma-saṁhitā (5.46), en el que se dice que así como una llama que surge de otra actúa como la original, los Viṣṇus que emanan de Mūla-saṅkarṣaṇa son iguales al Viṣṇu original. Hay que adorar a la Suprema Personalidad de Dios, Govinda, que Se expande de este modo.

(3) Replicando al comentario de Śaṅkarācārya sobre el aforismo cuarenta y cuatro, puede decirse que ningún devoto puro que siga estrictamente los principios del Pañcarātra aceptará jamás la afirmación de que todas las expansiones de Viṣṇu son identidades diferentes, porque esta idea es completamente falsa. Incluso Śrīpada Śaṅkarācārya, en su comentario sobre el aforismo cuarenta y dos, ha aceptado que la Personalidad de Dios puede expandirse espontáneamente de diversas maneras. Por tanto, su comentario sobre el aforismo cuarenta y dos y su comentario sobre el aforismo cuarenta y cuatro se contradicen. Un defecto de los comentarios māyāvādīs consiste en que primero hacen una afirmación y después una afirmación contradictoria, como táctica para rebatir a la escuela bhāgavata. Así pues, los comentaristas māyāvādīs ni siquiera siguen principios regulativos. Hay que señalar que la escuela bhāgavata acepta las formas del grupo cuádruple de Nārāyaṇa, pero esto no significa que acepte muchos Dioses. Los devotos saben perfectamente que la Verdad Absoluta, la Suprema Personalidad de Dios, es única y sin igual. Los devotos nunca son panteístas, adoradores de muchos Dioses, porque esto es contrario a los mandatos de los Vedas. Los devotos creen firmemente, con una fe sólida, que Nārāyāna es trascendental y tiene la posesión inconcebible de diversas potencias trascendentales. Por esto, recomendamos que los eruditos consulten el Laghu-bhāgavatāmṛta de Śrīla Rūpa Gosvāmī, en el que están expuestas explícitamente estas ideas. Śrīpāda Śaṅkarācārya ha intentado probar que Vāsudeva, Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha Se expanden de causa a efecto. Les ha comparado con el barro y los cántaros de barro. Lo que significa ignorancia completa, porque no hay tales causa ni efecto en Sus expansiones (nānyad yat sad-asat-param). El Kūrma Purāṇa confirma también: deha-dehi-vibhedo yaṁ neśvare vidyate kvacit, «No hay diferencia entre cuerpo y alma en la Suprema Personalidad de Dios». Causa y efecto son materiales. Por ejemplo, es cosa sabida que el cuerpo de un padre es la causa del cuerpo del hijo, pero el alma no es causa ni efecto. A nivel espiritual no existe ninguna de las diferencias que encontramos en la causa y el efecto. Puesto que todas las formas de la Suprema Personalidad de Dios son espiritualmente supremas, todas controlan igualmente la naturaleza material. Encontrándose en la cuarta dimensión, son figuras regentes en el nivel trascendental. No hay rastro de contaminación material en Sus expansiones, porque las leyes materiales no pueden tener influencia sobre Ellas. Fuera del mundo material no existe la regla de causa y efecto. Por tanto, comprender la relación de causa a efecto no es la forma de abordar las expansiones completas, trascendentales y plenas de la Suprema Personalidad de Dios. Las Escrituras védicas prueban esto:

oṁ pūrṇam adaḥ pūrṇam idaṁpūrṇāt pūrṇam udacyate
pūrṇasya pūrṇam ādāya
pūrṇam evāvaśiṣyate

«La Personalidad de Dios es perfecta y completa, y como Él es completamente perfecto, todo lo que emana de Él, como este mundo fenoménico, está perfectamente provisto como totalidad completa. Todo lo que se produce de la totalidad completa está también completo en sí mismo. Puesto que Él es la totalidad completa, aunque emanen de Él múltiples unidades completas, Él, como restante, permanece completo» (Bṛhad-āraṇyaka Upaniṣad, 5.1). Es bien visible que los no devotos violan las reglas y regulaciones del servicio devocional para equiparar la manifestación cósmica entera, que es el aspecto externo de Viṣṇu, con la Suprema Personalidad de Dios, que es el controlador de māyā, o con Sus expansiones del grupo cuádruple. Equiparar a māyā con el espíritu, o a māyā con el Señor es señal de ateísmo. La creación cósmica, que manifiesta la vida en formas que van desde Brahmā hasta la hormiga, es el aspecto externo del Señor Supremo. Comprende una cuarta parte de la energía del Señor, como está confirmado en la Bhagavad-gītā (ekāṁśeṇa sthito jagat). La manifestación cósmica de la energía ilusoria es la naturaleza material, y todo en la naturaleza material está hecho de materia. Por tanto, no se debe intentar comparar las expansiones de la naturaleza material con el catur-vyūha, las expansiones del grupo cuádruple de la Personalidad de Dios; pero, desdichadamente, la escuela māyāvādī, de un modo irrazonable, intenta hacerlo.

(4) Para responder al comentario de Śaṅkarācārya sobre el Vedânta-sūtra 2.2. 45, en el Laghu-bhāgavatāmṛta (Pūrva 5.208-214), se describe la substancia de las cualidades trascendentales y su naturaleza espiritual como sigue: «Hay quien dice que la realidad trascendental debe estar exenta de toda cualidad, porque las cualidades se manifiestan solamente en la materia. Según ellos, toda cualidad es como un espejismo temporal vacilante. Pero esto no puede aceptarse. Puesto que la Suprema Personalidad de Dios es absoluta, Sus cualidades no son diferentes de Él. Su forma, nombre, cualidades y todo lo relacionado con Él son tan espirituales como Él. Cada expansión cualitativa de la absoluta Personalidad de Dios es idéntica a Él. Puesto que la Verdad Absoluta, la Personalidad de Dios, es el receptáculo de todo placer, todas las cualidades trascendentales que se expanden de Él son igualmente receptáculos de placer. Esto está confirmado en la Escritura conocida como Brahma-tarka, donde se afirma que todas las cualidades del Señor Supremo, Hari, provienen de Sí mismo, y por tanto, Viṣṇu y Sus devotos puros y sus cualidades trascendentales no pueden ser diferentes de sus personas. En el Viṣṇu Purāṇa, se adora al Señor Viṣṇu con las siguientes palabras: “¡Que la Suprema Personalidad de Dios sea misericordiosa con nosotros! Su existencia nunca está infectada por las cualidades materiales". En el mismo Viṣṇu-Purāṇa, se dice también que todas las cualidades que se atribuyen al Señor Supremo, como el conocimiento, opulencia, belleza, fuerza e influencia, son idénticas a Él. Esto está igualmente confirmado en el Padma Purāṇa, que explica que cuando quiera que se describe al Señor Supremo como exento de cualidades, hay que entender que está exento de cualidades materiales. En el Capítulo Primero del Śrīmad-Bhâgavatam (1.16.29) se dice: " ¡Oh, Dharma, protector de los principios religiosos! Todas las cualidades nobles y sublimes se manifiestan eternamente en la persona de Kṛṣṇa, y los devotos y trascendentalistas que aspiran a ser fieles también desean poseer las mismas cualidades trascendentales”». Por lo tanto, hay que entender que Śrī Kṛṣṇa, la forma trascendental de la bienaventuranza absoluta, es el manantial de todas las cualidades trascendentales agradables y potencias inconcebibles. A este respecto aconsejamos remitirse a Śrīmad-Bhāgavatam, versos 21, 25, 27, y 28 del Capítulo Veintiséis del Canto Tercero.

Śrīpāda Rāmānujācārya también ha rebatido los argumentos de Śaṅkara en su propio comentario sobre el Vedānta-sūtra, que se conoce como Śrī-bhāṣya:«Śrīpāda Śaṅkarācārya ha intentado equiparar los Pañcarātras con la filosofía del ateo Kapila, y de este modo ha tratado de probar que los Pañcarātras contradicen los mandatos védicos. Los Pañcarātras afirman que la personalidad de la jīva, llamada Saṅkarṣaṇa, ha emanado de Vāsudeva, la causa suprema de toda causa; que Pradyumna, la mente, proviene de Saṅkarṣaṇa, y que Aniruddha, el ego, proviene de Pradyumna. Pero no es posible decir que la entidad viviente (jīva) nace o es creada, porque tal afirmación está en contra de las enseñanzas de los Vedas. Como se afirma en el Kaṭha Upaniṣad (2.18), las entidades vivientes, como almas espirituales individuales, no pueden ni nacer ni morir. Todas las Escrituras védicas declaran que las entidades vivientes son eternas. Por tanto, cuando se dice que Saṅkarṣaṇa es la jīva, se indica que Él es la Deidad regente de las entidades vivientes. Igualmente, Pradyumnma es la Deidad regente de la mente, y Aniruddha, la del ego.

«Se ha dicho que Pradyumna, la mente, se produjo de Saṅkarṣaṇa. Pero si Saṅkarṣaṇa fuese una entidad viviente, esto no podría aceptarse, porque una entidad viviente no puede ser la causa de la mente. Las enseñanzas védicas afirman que todo, incluyendo la vida, la mente y los sentidos, viene de la Suprema Personalidad de Dios. Es imposible que la mente se produzca de una entidad viviente, pues los Vedas afirman que todo viene de la Verdad Absoluta, el Señor Supremo.

«Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha tienen todos los potentes atributos de la absoluta Personalidad de Dios, según afirman las Escrituras reveladas, que contienen hechos innegables que nadie puede rebatir. Por tanto, estos miembros de las manifestaciones del grupo cuádruple nunca deben considerarse seres vivientes comunes. Cada uno de Ellos es una expansión plenaria del Dios Absoluto, de manera que cada uno es idéntico al Señor Supremo en conocimiento, opulencia, energía, influencia, habilidades y potencias. La evidencia de los Pañcarātras no se puede ignorar. Sólo quien no tiene preparación y no ha estudiado genuinamente los Pañcarātras cree que los Pañcarātras contradicen los śrutis en relación con el nacimiento o comienzo de la entidad viviente. A este respecto hay que aceptar el veredicto del Śrīmad-Bhāgavatam, que dice: “La absoluta Personalidad de Dios, que se conoce como Vāsudeva, y que tiene gran afecto por Sus devotos rendidos, Se expande en un grupo de cuatro formas que Le están subordinadas y, al mismo tiempo, son idénticas a Él en todos los aspectos”. La Pauṣkara-saṁhitā afirma: “Las Escrituras que aconsejan a los brāhmaṇas que adoren las formas del grupo cuádruple de la Suprema Personalidad de Dios, se llaman āgamas (Escrituras védicas autorizadas)" . En toda la literatura vaiṣṇava se dice que adorar estas formas del grupo cuádruple es igual que adorar a la Suprema Personalidad de Dios, Vāsudeva, que en Sus diferentes expansiones, completas en seis opulencias, puede aceptar como ofrendas de Sus devotos los resultados de sus deberes prescritos. El adorar a las expansiones para Sus pasatiempos, tales como Nṛsiṁha, Rāma, Śeṣa y Kūrma, fomenta la adoración de las cuatro formas de Saṅkarṣaṇa. De este nivel se asciende al nivel de la adoración a Vāsudeva, el Brahman Supremo. En la Pauṣkara-saṁhitā se dice: “Si alguien adora plenamente según los principios regulativos, puede llegar a la Suprema Personalidad de Dios, Vāsudeva”. Hay que aceptar que Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha son iguales al Señor Vāsudeva, porque todos Ellos tienen un poder inconcebible y pueden adoptar formas trascendentales como Vāsudeva. Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha no han nacido nunca, pero pueden manifestarse en varias encarnaciones a los ojos de los devotos puros. Ésta es la conclusión de toda Escritura védica. El hecho de que el Señor pueda manifestarse ante Sus devotos por medio de Su poder inconcebible no contradice las enseñanzas del Pañcarātra. Puesto que Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha son respectivamente las Deidades regentes de todas las entidades vivientes, de la mente total y del ego total, las designaciones de Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha como “jīva”, “mente” y “ego” no contradicen en lo más mínimo las afirmaciones de las Escrituras. Estos términos identifican a estas Deidades, del mismo modo que los términos “cielo” y “luz” identifican a veces al Brahman Absoluto.

«Las Escrituras niegan completamente el nacimiento o producción de la entidad viviente. En la Parama-saṁhitā se dice que la naturaleza material, que se emplea para satisfacer los propósitos de otros, de hecho es inerte, y siempre está sujeta a transformaciones. La esfera de la naturaleza material es el campo de acción de los que se ocupan en actividades fruitivas, y puesto que la esfera material está relacionada externamente con la Suprema Personalidad de Dios, también es eterna. En todas las saṁhitās, la jīva (entidad viviente) se ha aceptado como eterna, y en los Pañcarātras se niega totalmente el nacimiento de la jīva. Todo lo que se produce debe ser también aniquilado. Por tanto, si aceptamos el nacimiento de la entidad viviente, tenemos que aceptar también su aniquilación. Pero como las Escrituras védicas dicen que la entidad viviente es eterna, no hay que creer que el ser viviente se haya producido en un momento determinado. Al principio de la Parama-saṁhitā se afirma de manera concluyente que el rostro de la naturaleza material cambia constantemente. Por tanto, comienzo, aniquilación y todos estos términos sólo son aplicables a la naturaleza material.

«Considerando todos estos extremos, hay que entender que la afirmación de Śaṅkarācārya que sostiene que Saṅkarṣaṇa nació como jīva es completamente contraria a las declaraciones védicas. Sus afirmaciones quedan totalmente rebatidas por las razones expuestas. A este respecto, el comentario de Śrīdhara Svāmī sobre el Śrīmad-Bhāgavatam (3.1.34) es muy provechoso.»

Si se quiere una refutación detallada de los argumentos que da Śaṅkarācārya para tratar de probar que Saṅkarṣaṇa es un ser viviente común, estaría indicado remitirse al comentario Śrīmat Sudarśanācārya sobre el Śrī-bhāṣya, conocido como el Śruta-prakāśikā.

Las formas del grupo cuádruple original –Kṛṣṇa, Baladeva, Pradyumna y Aniruddha–, Se expanden en otro grupo cuádruple que está presente en los planetas Vaikuṇṭhas del cielo espiritual. Por tanto, las formas del grupo cuádruple del cielo espiritual constituyen la segunda manifestación del grupo cuádruple original de Dvārakā. Como ya se ha explicado, Vāsudeva, Saṅkarṣaṇa, Pradyumna y Aniruddha son inmutables expansiones plenarias trascendentales del Señor Supremo, que no tienen relación con las modalidades materiales. La forma Saṅkarṣaṇa del segundo grupo cuádruple es no solamente una representación de Balarāma, sino también la causa original del océano Causal, donde Kāraṇodakaśāyī Viṣṇu yace dormido, lanzando al respirar las semillas de innumerables universos.

En el cielo espiritual hay una energía creativa espiritual llamada técnicamente śuddha-sattva, que es una energía espiritual pura que mantiene todos los planetas Vaikuṇṭhas con todas las opulencias de conocimiento, riqueza, fuerza, etc. Todas estas acciones del śuddha-sattva muestran las potencias de Mahā-saṅkarṣaṇa, que es el receptáculo de todas las entidades vivientes que están sufriendo en el mundo material. Cuando se aniquila la creación cósmica, las entidades vivientes, que son indestructibles por naturaleza, descansan en el cuerpo de Mahā-saṅkarṣaṇa. Por tanto, a Saṅkarṣaṇa se Le llama a veces la jīva total. Como chispas espirituales, las entidades vivientes tienen tendencia a la inactividad en contacto con la energía material, lo mismo que las chispas de fuego tienen tendencia a extinguirse tan pronto como dejan el fuego. Sin embargo, la naturaleza espiritual del ser viviente puede reavivarse en contacto con el Ser Supremo. Como el ser viviente puede aparecer ya en materia, ya en espíritu, a la jīva se la llama la potencia marginal.

Saṅkarṣaṇa es el origen de Kāraṇa Viṣṇu, que es la forma original que crea los universos, y ese Saṅkarṣaṇa no es más que una expansión plenaria de Śrī Nityānanda Rāma.