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CC Ādi-līlā 7.102

Texto

eta śuni’ hāsi’ prabhu balilā vacana
duḥkha nā mānaha yadi, kari nivedana

Palabra por palabra

eta—así pues; śuni’—oyendo; hāsi’—sonriendo; prabhu—Śrī Caitanya Mahāprabhu; balilā—dijo; vacana—Sus palabras; duḥkha—infeliz; nā—no; mānaha—considerarlo; yadi—si; kari—digo; nivedana—algo a vosotros.

Traducción

Tras oír hablar de aquella manera a los sannyāsīs māyāvādīs, Śrī Caitanya Mahāprabhu sonrió ligeramente y dijo: «Señores Míos, si no tenéis inconveniente, puedo deciros algo sobre la filosofía vedānta».

Significado

Los sannyāsīs māyāvādīs, comprendiendo al Śrī Caitanya Mahāprabhu, Le preguntaron por qué no hablaba nunca de la filosofía vedānta. En realidad, sin embargo, todo el sistema de actividades vaiṣṇavas se basa en la filosofía vedānta. Los vaiṣṇavas no descuidan el Vedānta, sino que no les interesa entenderlo sobre la base del comentario Śārīraka-bhāṣya. Por tanto, para aclarar la situación, el Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu, con el permiso de los sannyāsīs māyāvādīs, quería hablar sobre la filosofía vedānta.

Los vaiṣṇavas son, con mucho, los más grandes filósofos del mundo, y el más grande de todos ellos fue Śrīla Jīva Gosvāmī Prabhu, cuya filosofía fue presentada de nuevo, casi cuatrocientos años más tarde, por Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura Mahārāja. Por tanto, hay que saber muy bien que los filósofos vaiṣṇavas no son unos sentimentales o devotos «de pacotilla» como los sahajiyās. Todos los ācāryas vaiṣṇavas eran eruditos ampliamente instruidos que comprendían la filosofía vedānta perfectamente, porque, de no conocer la filosofía vedānta, no se puede ser ācārya. Para ser aceptado como ācārya entre los espiritualistas indios que siguen los principios védicos, hay que llegar a ser un erudito ampliamente instruido en filosofía vedānta, ya sea estudiándola o escuchándola.

El bhakti se desarrolla en base a la filosofía vedānta. Esto se declara en el Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.12):

tac chraddadhānā munayojñāna-vairāgya-yuktayā
paśyanty ātmani cātmānaṁ
bhaktyā śruta-gṛhītayā

Las palabras bhaktyā śruta-gṛhītayā de ese verso son muy importantes, porque indican que el bhakti debe basarse en la filosofía de los Upaniṣads y del Vedānta-sūtra. Śrīla Rūpa Gosvāmī dijo:

śruti-smṛti-purāṇādi-pañcarātra-vidhiṁ vinā
aikāntikī harer bhaktir
utpātāyaiva kalpate

«El servicio devocional practicado sin referencia a los Vedas, Purāṇas, Pañcarātras, etc., debe considerarse sentimentalismo, y no produce más que trastornos a la sociedad» (Brs. 1.2.101). Existen diferentes grados de vaiṣṇavas (kaniṣṭha-adhikārī, madhyama-adhikārī y uttama-adhikārī), pero para ser un predicador madhyama-adhikārī hay que ser un erudito docto en el Vedānta-sūtra y otras Escrituras védicas, porque cuando el bhakti-yoga se desarrolla en base a la filosofía vedānta es objetivo y estable. A este respecto, podemos citar la traducción y el significado del verso antes mencionado Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.12):

TRANSLATION

«Esa Verdad Absoluta la comprende el estudiante o sabio seriamente inquisitivo, dotado de conocimiento y que se ha desapegado al ofrecer servicio devocional y escuchar el Vedānta-śruti.

PURPORT

«La Verdad Absoluta se llega a comprender plenamente mediante el proceso del servicio devocional al Señor Vāsudeva, la Suprema Personalidad de Dios, que es la Verdad Absoluta en Su forma completa. El Brahman es la refulgencia trascendental de Su cuerpo, y Paramātmā es Su representación parcial. Por tanto, la comprensión Brahman o Paramātmā de la Verdad Absoluta no es más que una comprensión parcial. Hay cuatro tipos diferentes de seres vivientes: los karmīs, los jñānīs, los yogīs y los devotos. Los karmīs son materialistas, mientras que los otros tres son trascendentales. Los espiritualistas de primera categoría son los devotos que han comprendido a la Personalidad Suprema. Los espiritualistas de segunda categoría son aquellos que han comprendido parcialmente la porción plenaria de la Persona Absoluta. Y los espiritualistas de tercera categoría son aquellos que apenas han comprendido el foco espiritual de la Persona Absoluta. Como se afirma en la Bhagavad-gītā y otras Escrituras védicas, se puede llegar a comprender a la Persona Suprema por medio del servicio devocional, que se apoya en el conocimiento pleno y el desapego de todo contacto material. Ya hemos hablado del hecho de que del servicio devocional provienen el conocimiento y el desapego del contacto material. Así como la comprensión del Brahman y de Paramātmā son comprensiones imperfectas de la Verdad Absoluta, los medios para comprender el Brahman y Paramātmā, es decir, los senderos del jñāna y del yoga, son también medios imperfectos de comprender la Verdad Absoluta. El servicio devocional se basa en la combinación del conocimiento pleno y el desapego de todo contacto material establecidos por recepción auditiva del Vedānta-śruti, y es el único método perfecto para que el estudiante serio e inquisitivo comprenda la Verdad Absoluta. El servicio devocional no es, por lo tanto, un medio destinado a la clase de espiritualistas menos inteligentes.

Hay tres clases de devotos: la primera, la segunda y la tercera. Los devotos de tercera clase, los neófitos, que ni tienen conocimiento ni desapego del contacto con la materia, sino que solamente están atraídos por el proceso preliminar de adorar a la Deidad en el templo, se llaman devotos materialistas. Los devotos materialistas están más apegados al beneficio material que al trascendental. Por tanto, es necesario hacer progresos muy precisos para, desde el nivel de servicio devocional material, alcanzar el nivel devocional de segunda clase. En el nivel de segunda clase, el devoto puede ver cuatro principios en la línea devocional: la Personalidad de Dios, Sus devotos, los ignorantes y los envidiosos. Es necesario elevarse, al menos, a la etapa de devoto de segunda clase, y de este modo, volverse merecedor de conocer la Verdad Absoluta.

El devoto de tercera clase, por tanto, debe recibir las instrucciones del servicio devocional de las fuentes autorizadas del Bhāgavatam. El primer Bhāgavatam es la persona que es un devoto puro, y el otro Bhāgavatam es el mensaje de Dios. El devoto de tercera clase debe, por tanto, acudir al devoto puro para aprender las instrucciones del servicio devocional. Ese devoto puro no es un profesional que se gana la vida aprovechándose del Bhāgavatam. Ese devoto debe ser un representante de Śukadeva Gosvāmī, como Sūta Gosvāmī, y debe predicar el culto del servicio devocional para el beneficio completo de todos. El devoto neófito tiene poca inclinación a escuchar a las autoridades. Ese devoto neófito hace ostentación de escuchar a un profesional para satisfacer sus sentidos. Este tipo de proceso de escuchar y de cantar lo ha estropeado todo, de manera que hay que tener gran cuidado con los procesos defectuosos. Los mensajes santos de Dios, como aparecen en la Bhagavad-gītā o en el Śrīmad-Bhāgavatam, son temas trascendentales, indudablemente; pero aunque lo sean, estas temáticas trascendentales no deben recibirse de un profesional que las contamina, como la serpiente que envenena la leche con el simple contacto de su lengua.

Para poder avanzar, el devoto sincero debe estar preparado a escuchar las Escrituras védicas como los Upaniṣads, el Vedānta y otros escritos que dejaron autoridades o Gosvāmīs en el pasado. Sin escuchar estas Escrituras, no se puede avanzar. Y sin oír ni seguir las instrucciones, el alarde del servicio devocional pierde todo valor y se convierte en un obstáculo en el sendero del servicio devocional. Por tanto, a menos que el servicio devocional esté basado en los principios de la autoridad de śruti, smṛti, purāṇa y pañcarātra, el alarde de servicio devocional debe rechazarse de inmediato. El devoto que no esté autorizado no debe ser nunca reconocido como un devoto puro. Mediante la asimilación de estos mensajes de las Escrituras védicas, es posible ver constantemente el omnipresente aspecto localizado de la Personalidad de Dios dentro del propio ser. Esto se llama samādhi» (Bhāg. 1.2.12, Significado).