Skip to main content

CC Ādi-līlā 7.76

Texto

harer nāma harer nāma
harer nāmaiva kevalam
kalau nāsty eva nāsty eva
nāsty eva gatir anyathā

Palabra por palabra

hareḥ nāma—el santo nombre del Señor; hareḥ nāma—el santo nombre del Señor; hareḥ nāma—el santo nombre del Señor; eva—sin duda; kevalam—solamente; kalau—en esta era de Kali; na asti—no hay ningún; eva—sin duda; na asti—no hay ningún; eva—sin duda; na asti—no hay ningún; eva—sin duda; gatiḥ—progreso; anyathā—de otro modo.

Traducción

«“Para el progreso espiritual en esta era de Kali no hay otra alternativa, no hay otra alternativa, no hay otra alternativa que el santo nombre, el santo nombre, el santo nombre del Señor.’’

Significado

En Satya-yuga, para progresar en la vida espiritual, los śāstras aconsejan la meditación, en Tretā-yuga el sacrificio para la satisfacción del Señor Viṣṇu, y en Dvāpara-yuga la suntuosa adoración del Señor en el templo; pero en la era de Kali, sólo se puede alcanzar el progreso espiritual cantando el santo nombre del Señor. Esto está confirmado en varias Escrituras. En el Śrīmad-Bhāgavatam hay muchas referencias a ello. En el Canto Duodécimo (3.51) se dice:

kaler doṣa-nidhe rājannasti hy eko mahān guṇaḥ
kīrtanād eva kṛṣṇasya
mukta-saṅgaḥ paraṁ vrajet

En la era de Kali hay muchos defectos, porque la gente está sometida a muchas condiciones miserables; sin embargo, en esa era hay una gran bendición: por el simple hecho de cantar el mantra Hare Kṛṣṇa, la gente puede liberarse de la contaminación material y, de este modo, elevarse al mundo espiritual. El Nārada-pañcarātra también elogia el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa como sigue:

trayo vedāḥ ṣaḍ-aṅgānichandāṁsi vividhāḥ surāḥ
sarvam aṣṭākṣarāntaḥ-sthaṁ
yac cānyad api vāṅ-mayam
sarva-vedānta-sārārthaḥ
saṁsārārṇava-tāraṇaḥ

«La esencia de todo el conocimiento védico —que abarca las tres clases de actividad védica (karma-kāṇḍa, jñāna-kāṇḍa y upāsanā-kāṇḍa), los chandas o himnos védicos, y los procedimientos para satisfacer a los semidioses— está incluida en las ocho sílabas Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa. Ésta es la realidad de todo el Vedānta. Cantar el santo nombre es el único medio para cruzar el océano de la ignorancia». Igualmente, el Kali-santaraṇa Upaniṣad afirma: «Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare; estos dieciséis nombres, que totalizan treinta y dos sílabas, son el único medio para contrarrestar los efectos malignos de Kali-yuga. A lo largo de todos los Vedas se puede ver que para cruzar el océano de la ignorancia no hay otra alternativa que cantar el santo nombre». Igualmente, Śrī Madhvācārya, al comentar el Muṇḍaka Upaniṣad, citó el siguiente verso del Nârâyaṇa-saṁhitâ:

dvāparīyair janair viṣṇuḥpañcarātrais tu kevalaiḥ
kalau tu nāma-mātreṇa
pūjyate bhagavān hariḥ

«En Dvāpara-yuga sólo se podía satisfacer a Kṛṣṇa, Viṣṇu, adorándole con magnificencia, siguiendo el sistema Pāñcarātrikī, pero en la era de Kali, se puede satisfacer y adorar a la Suprema Personalidad de Dios, Hari, con tan sólo cantar el santo nombre». En su Bhakti-sandarbha (verso 284), Śrīla Jīva Gosvāmī subraya vivamente el canto del santo nombre del Señor como sigue:

nanu bhagavan-nāmātmakā eva mantrāḥ, tatra viśeṣeṇa namaḥ-śabdādy-alaṅkṛtāḥ śrī-bhagavatā śrīmad-ṛṣibhiś cāhita-śakti-viśeṣāḥ, śrī-bhagavatā samam ātma-sambandha-viśeṣa-pratipādakāś ca tatra kevalāni śrī-bhagavan-nāmāny api nirapekṣāṇy eva parama-puruṣārtha-phala-paryanta-dāna-samarthāni tato mantreṣu nāmato ’py adhika-sāmarthye labdhe kathaṁ dīkṣādy-apekṣā. ucyate — yady api svarūpato nāsti, tathāpi prāyaḥ svabhāvato dehādi-sambandhena kadarya-śīlānāṁ vikṣipta-cittānāṁ janānāṁ tat-saṅkocī-karaṇāya śrīmad-ṛṣi-prabhṛtibhir atrārcana-mārge kvacit kvacit kācit kācin maryādā sthāpitāsti.

Śrīla Jīva Gosvāmī afirma que la esencia de todos los mantras védicos es el canto del santo nombre del Señor. Cada mantra comienza con el prefijo nama om, y más adelante se dirige a la Suprema Personalidad de Dios por Su nombre. Por la suprema voluntad del Señor hay una potencia específica en todos y cada uno de los mantras cantados por los grandes sabios como Nārada Muni y otros ṛṣis. Al cantar el santo nombre del Señor se renueva inmediatamente la relación trascendental del ser viviente con el Señor Supremo.

Para cantar el santo nombre del Señor no es necesario disponer de nada, porque se pueden obtener inmediatamente todos los resultados deseados de relación o vínculo con la Suprema Personalidad de Dios. Se podría plantear, por tanto, por qué se necesita una iniciación o actividades espirituales adicionales en el servicio devocional para el que se ocupa en el canto del santo nombre del Señor. La respuesta es que, aunque sea exacto que el que se ocupa completamente en cantar el santo nombre no necesita depender de un proceso de iniciación, por lo general, el devoto es adicto a muchas costumbres materiales detestables, a causa de la contaminación material de su vida anterior. Para aliviar rápidamente todas estas contaminaciones, es necesario ocuparse en la adoración del Señor en el templo. Es esencial adorar a la Deidad en el templo para disminuir la agitación que proviene de la contaminación de la vida condicionada. Así pues, Nārada, en su pāñcarātrikī-vidhi, y otros grandes sabios, han insistido a veces sobre el hecho de que, puesto que toda alma condicionada tiene un concepto corporal de la vida orientado al disfrute de los sentidos, las reglas y regulaciones de la adoración de la Deidad en el templo son esenciales para restringir este disfrute de los sentidos. Śrīla Rūpa Gosvāmī ha explicado que el santo nombre del Señor lo pueden cantar las almas liberadas; pero casi todas las almas que debemos iniciar están condicionadas. Se recomienda que se cante el santo nombre del Señor sin ofensas y según lo dictado por los principios regulativos, pero, debido a malas costumbres adquiridas, se violan estas reglas y regulaciones. Así pues, los principios regulativos sobre la adoración de la Deidad también son, al mismo tiempo, esenciales.