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CC Antya-līlā 3.139

Texto

tabe sei veśyā gurura ājñā la-ila
gṛha-vitta yebā chila, brāhmaṇere dila

Palabra por palabra

tabe — a continuación; sei — esa; veśyā — prostituta; gurura — del maestro espiritual; ājñā — la orden; la-ila — tomó; gṛha-vitta — todos sus bienes domésticos; yebā — todo lo que; chila — había; brāhmaṇere — a los brāhmaṇas; dila — dio.

Traducción

A continuación, la prostituta repartió entre los brāhmaṇas todos sus bienes domésticos, siguiendo la orden de su maestro espiritual.

Significado

A veces, la palabra gṛha-vṛtti se sustituye con la palabra gṛha-vitta. Vṛtti significa «profesión». La gṛha-vṛtti de la prostituta era cautivar a los necios y hacerles entregarse a la vida sexual. En este verso, sin embargo, la palabra gṛha-vṛtti no es adecuada. Lo adecuado es gṛha-vitta, que significa «todos los bienes que tenía en su hogar». La muchacha había ganado todo lo que tenía con la profesión de prostituta, de modo que todo ello era producto de su vida de pecado. El hecho de dar esas posesiones a los brāhmaṇas vaiṣṇavas, quienes, debido a su avance en la vida espiritual, pueden ocuparlas en el servicio del Señor, ayuda de forma indirecta a la persona que las da como caridad, pues de ese modo se libera de las reacciones pecaminosas. Kṛṣṇa promete: ahaṁ tvāṁ sarva-pāpebhyo mokṣayiṣyāmi, «Yo te salvaré de todas las reacciones pecaminosas». Cuando nuestros devotos conscientes de Kṛṣṇa salen a pedir caridad o a recoger donaciones en forma de cuotas de inscripción de socios, el dinero que el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa recibe de ese modo se emplea estrictamente en la propagación del cultivo de conciencia de Kṛṣṇa por todo el mundo. Los devotos conscientes de Kṛṣṇa recogen el dinero de los demás para el servicio de Kṛṣṇa, y se sienten satisfechos con el prasādam de Kṛṣṇa y lo que Él quiera darles para su sustento. No desean comodidades materiales. Sin embargo, aceptan grandes inconvenientes para ocupar en el servicio del Señor las posesiones de las prostitutas, o de personas que vienen a ser como prostitutas, liberándolas así de las reacciones pecaminosas. El guru vaiṣṇava acepta dinero y otras aportaciones, pero no lo emplea en la complacencia de los sentidos. El vaiṣṇava puro se considera incapaz de ayudar a nadie a liberarse de las reacciones de la vida pecaminosa, pero ocupa en el servicio del Señor el dinero que tanto nos cuesta ganar, liberándonos así de las reacciones pecaminosas. Un guru vaiṣṇava nunca depende de las donaciones de sus discípulos. Siguiendo las instrucciones de Haridāsa Ṭhākura, el vaiṣṇava puro no se queda para sí una sola paisa de nadie, pero anima a sus seguidores a gastar en el servicio del Señor todas sus posesiones.