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CC Madhya-līlā 19.150

Texto

muktānām api siddhānāṁ
nārāyaṇa-parāyaṇaḥ
sudurlabhaḥ praśāntātmā
koṭiṣv api mahā-mune

Palabra por palabra

muktānām — de personas liberadas o libres del cautiverio de la ignorancia; api — incluso; siddhānām — de personas que han alcanzado la perfección; nārāyaṇa — de la Suprema Personalidad de Dios; parāyaṇaḥ — el devoto; su-durlabhaḥ — muy poco frecuente; praśānta-ātmā — completamente satisfecho, libre de deseos; koṭiṣu — de entre muchos millones; api — ciertamente; mahā-mune — ¡oh, gran sabio!

Traducción

«“¡Oh, gran sabio!, de entre muchos millones de personas liberadas de la materia y libres de la ignorancia, y de entre muchos millones de siddhas que prácticamente han alcanzado la perfección, difícil es encontrar un devoto puro de Nārāyaṇa. Sólo ese devoto está realmente satisfecho y vive completamente en paz.”

Significado

Este verso es una cita del Śrīmad-Bhāgavatam (6.14.5). El nārāyaṇa-parāyaṇa, el devoto del Señor Nārāyaṇa, es la única persona bienaventurada. Quien llega al nivel de nārāyaṇa-parāyaṇa ya está liberado del cautiverio material. Ya posee todas las perfecciones del yoga. Mientras no lleguemos al nivel de nārāyaṇa-parāyaṇa y superemos el plano de bhukti-mukti-siddhi, no podremos estar plenamente satisfechos. Ésa es la etapa devocional pura.

anyābhilāṣitā-śūnyaṁjñāna-karmādy-anāvṛtam
ānukūlyena kṛṣṇānu-
śīlanaṁ bhaktir uttamā

Aquel cuyo único deseo es Kṛṣṇa y no está influenciado por el proceso de jñāna-mārga (cultivo de conocimiento) se libera realmente de la ignorancia. Una persona de primera clase es aquella que no se halla bajo la influencia del karma (las actividades fruitivas) ni del yoga (el poder místico); depende sencillamente de Kṛṣṇa y está satisfecha en su servicio devocional. Según el Śrīmad-Bhāgavatam (6.17.28): nārāyaṇa-parāḥ sarve na kutaścana bibhyati. Esa persona nunca siente temor de nada. Para él, el cielo y el infierno son lo mismo. Hay sinvergüenzas que, sin conocer la posición del nārāyaṇa-parāyaṇa, sienten envidia de él. Por la gracia de Nārāyaṇa, el devoto está situado en la posición de mayor opulencia del mundo material. Los sinvergüenzas sienten envidia de Nārāyaṇa y de Su devoto, pero el devoto se esfuerza por complacer a otro devoto de Nārāyaṇa, pues sabe que, si complace al representante de Nārāyaṇa, complace directamente al Señor Nārāyaṇa. Por esa razón, el devoto ofrece las mayores comodidades a su maestro espiritual. Hay personas que, viéndolo desde fuera y sin conocer a Nārāyaṇa, sienten envidia tanto de Nārāyaṇa como de Su devoto. En consecuencia, cuando ven que el devoto de Nārāyaṇa goza de una posición opulenta, sienten aun más envidia de él. Pero, cuando el devoto de Nārāyaṇa pide a esos necios que vengan a vivir con él en esa misma situación confortable, no lo aceptan, pues no pueden abandonar la vida sexual ilícita, el comer carne, la ingestión de drogas y alcohol, y los juegos de azar. Por esa razón, los materialistas rechazan la compañía del nārāyaṇa-parāyaṇa, aunque sienten envidia de la situación material del devoto. En Occidente, la gente común —comerciantes y obreros—, cuando ven que nuestros devotos viven y comen de forma suntuosa pese a que no trabajan, sienten un gran deseo de saber de dónde sacan el dinero. Esa clase de personas, llenas de envidia, preguntan: «¿Cómo es posible vivir tan bien sin trabajar? ¿Cómo es que tenéis tantos coches, estáis siempre contentos y vais tan bien vestidos?». Como no saben que Kṛṣṇa vela por Sus devotos, esas personas se sorprenden, y algunos sienten envidia.