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CAPÍTULO 7

La muerte del demonio Tṛṇāvarta

En este capítulo se relatan los pasatiempos en que Śrī Kṛṣṇa rompió el carro (śakaṭa-bhañjana), mató al asura Tṛṇāvarta, y manifestó en Su boca el universo entero.

Muy complacido de ver que Mahārāja Parīkṣit estaba ansioso por escuchar acerca de los pasatiempos infantiles del Señor Kṛṣṇa, Śukadeva Gosvāmī continuó hablando. Śrī Kṛṣṇa, que solo tenía tres meses de edad, empezaba a darse la vuelta Él solo en la cuna, pero todavía no había aprendido a andar a gatas. Madre Yaśodā reunió entonces a sus amigas para celebrar una ceremonia ritual por la buena fortuna del niño. Esa clase de ceremonias suelen celebrarse en compañía de mujeres que también tienen niños pequeños. Cuando vio que Kṛṣṇa Se quedaba dormido, madre Yaśodā, que estaba muy atareada, acostó al bebé debajo de unśakaṭa, un carretón doméstico, y, mientras el niño dormía, se dedicó a ultimar los preparativos de aquella ceremonia ritual auspiciosa. Madre Yaśodā acostó al niño en una cunita que había puesto debajo del carretón. El niño, que estaba dormido, despertó de pronto agitando Sus piernecitas como suelen hacer los niños. Sus pataleos sacudieron el carretón, que se derrumbó con gran estrépito y se rompió en mil pedazos, con todo su contenido esparcido por el suelo. Unos niños que jugaban allí cerca corrieron a avisar a madre Yaśodā que el carretón se había roto. Madre Yaśodā, muy angustiada, llegó rápidamente con las otras gopīs, tomó al bebé en brazos y Le dio de mamar de su pecho. Las ceremonias rituales védicas se celebraron con la ayuda de los brāhmaṇas. Sin conocer la verdadera identidad del bebé, los brāhmaṇas Le dieron un sinfín de bendiciones.

Otro día, madre Yaśodā tenía al niño en su regazo cuando, de pronto, notó que pesaba tanto como el universo entero. Madre Yaśodā se sorprendió tanto que tuvo que dejar al niño en el suelo. En esas circunstancias, uno de los sirvientes de Kaṁsa, Tṛṇāvarta, apareció en el lugar en forma de torbellino y se llevó al bebé. Toda la región de Gokula se llenó de polvo, y nadie sabía a dónde había ido a parar el bebé. Todas las gopīs estaban desoladas porque la tormenta de arena se había llevado a Kṛṣṇa. Sin embargo, en el cielo, el asura apenas podía soportar el peso del niño. No podía llevarlo más lejos, pero tampoco podía soltarlo, porque Kṛṣṇa Se había abrazado a él con tanta fuerza que le costaba muchísimo separarlo de su cuerpo. Tṛṇāvarta cayó entonces desde una gran altura, con el niño firmemente sujeto a su cuello, y murió inmediatamente. Cuando el demonio cayó, las gopīs recogieron al bebé y Lo pusieron en brazos de madre Yaśodā. Madre Yaśodā no salía de su asombro, pero, debido a la influencia de yoga-māyā, nadie lograba comprender quién era Kṛṣṇa y qué había ocurrido en realidad. Todos, en cambio, alabaron a la fortuna por haber salvado al niño de semejante catástrofe. Nanda Mahārāja, por su parte, no podía dejar de pensar en la maravillosa clarividencia de Vasudeva y, considerándole un gran yogī, le alababa constantemente. Más tarde, mientras madre Yaśodā tenía al bebé en brazos, Kṛṣṇa bostezó, y madre Yaśodā pudo contemplar dentro de Su boca toda la manifestación universal.

Texts 1-2:
El rey Parīkṣit dijo: Mi señor, Śukadeva Gosvāmī, las actividades que manifiestan las encarnaciones de la Suprema Personalidad de Dios son en verdad placenteras para el oído y para la mente. Por el simple hecho de escuchar esas actividades, todas las impurezas que hay en la mente se desvanecen de inmediato. Generalmente no estamos muy dispuestos a escuchar acerca de las actividades del Señor, pero los pasatiempos infantiles de Kṛṣṇa son tan atractivos que la mente y el oído, de modo natural, se sienten complacidos con ellos. De esa forma, nuestro apego por escuchar acerca de cosas materiales, que es la causa o raíz de la existencia material, se desvanece, y poco a poco llegamos al plano del servicio devocional al Señor Supremo, adquirimos apego por Él, y hacemos amistad con los devotos que nos enriquecen con conciencia de Kṛṣṇa. Si lo consideras conveniente, ten la bondad de hablar de esas actividades del Señor.
Text 3:
Por favor, narra otros pasatiempos de Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, que advino en el planeta Tierra imitando a un niño humano, y que realizó actividades maravillosas, como la muerte de Pūtanā.
Text 4:
Śukadeva Gosvāmī dijo: Los esfuerzos del bebé de madre Yaśodā, que ya intentaba girar Su cuerpo para erguirse y darse la vuelta, fueron celebrados con una ceremonia védica. En esa ceremonia, denominada utthāna, que se celebra cuando el niño ya puede salir de casa por primera vez, el bebé es debidamente bañado. Cuando Kṛṣṇa acababa de cumplir los tres meses de edad, madre Yaśodā celebró esa ceremonia con otras mujeres del vecindario. Aquel día la Luna estaba en conjunción con la constelación Rohiṇī. Madre Yaśodā celebró una gran ceremonia, con la participación de músicos profesionales y de brāhmaṇas que cantaban himnos védicos.
Text 5:
Tras completar la ceremonia de baño del niño, madre Yaśodā recibió a los brāhmaṇas adorándoles con el debido respeto y proveyéndoles en abundancia de cereales y otros comestibles, ropas, hermosas vacas y collares de flores. Los brāhmaṇas entonaron los himnos védicos en observancia de la auspiciosa ceremonia. Cuando terminaron, madre Yaśodā vio que el niño se estaba quedando dormido, por lo cual se tendió en la cama con Él hasta que Kṛṣṇa disfrutó de un pacífico sueño.
Text 6:
La generosa madre Yaśodā, absorta en la celebración de la ceremonia utthāna, estaba tan atareada en recibir a los invitados, adorarles con todo respeto y ofrecerles ropas, vacas, collares de flores y cereales, que no escuchó el llanto del niño que la llamaba. En ese momento, el bebé Kṛṣṇa, exigiendo beber la leche del pecho de Su madre, Se puso a patalear muy enfadado.
Text 7:
El Señor Śrī Kṛṣṇa estaba acostado debajo de una carreta de mano en una esquina del patio. Sus piernecitas eran tan tiernas como hojas, pero, cuando golpeó con ellas el carro, este volcó violentamente y se vino abajo. Las ruedas se separaron del eje, los cubos y los radios saltaron en pedazos, y el astil se rompió. Sobre el carro había muchos utensilios metálicos de pequeño tamaño, que se esparcieron por todas partes.
Text 8:
Ante aquella asombrosa situación, madre Yaśodā y las demás gopīs que se habían reunido para el festival utthāna, y también Nanda Mahārāja y los demás pastores, se preguntaban cómo había podido romperse el carro por sí solo. Aunque buscaron por todas partes tratando de encontrar la causa, no lograron descubrirla.
Text 9:
Los pastores de vacas y las gopīs hacían suposiciones acerca de cómo había ocurrido aquello. «¿Será obra de algún demonio o de algún planeta maléfico?», se preguntaban. Entonces, los niños pequeños allí presentes aseguraron que el carro lo había destrozado el bebé Kṛṣṇa, que Se había puesto a llorar, y, al golpear la rueda del carro con el pie, este se había venido abajo. No tenían ninguna duda al respecto.
Text 10:
Las gopīs y los gopas allí reunidos no eran conscientes de que Kṛṣṇa es siempre ilimitado, y no podían creer que el bebé Kṛṣṇa tuviera aquel inconcebible poder. Sin dar crédito a las afirmaciones de los niños, las consideraron fantasías infantiles y no les hicieron caso.
Text 11:
Pensando que algún planeta maléfico había atacado a Kṛṣṇa, madre Yaśodā tomó en brazos al bebé y, para que dejase de llorar Le dio de mamar de su pecho. A continuación llamó a los brāhmaṇas expertos para que cantasen himnos védicos y celebrasen una ceremonia ritual auspiciosa.
Text 12:
Después de que los fuertes y robustos pastores recogiesen los potes y demás objetos y, una vez reparada la carreta, lo dejasen todo como antes, los brāhmaṇascelebraron una ceremonia ritual con un sacrificio de fuego para apaciguar al planeta maligno. Seguidamente, adoraron al Señor Supremo con granos de arroz, kuśa, agua y yogur.
Texts 13-15:
Las bendiciones de los brāhmaṇas que están libres de la envidia, la falsedad, el orgullo innecesario, el rencor, la agitación ante la prosperidad ajena y el prestigio falso, nunca son en vano. Teniendo esto en cuenta, Nanda Mahārāja, con actitud sobria, sentó a Kṛṣṇa en su regazo e invitó a todos esos brāhmaṇas veraces a que celebrasen una ceremonia ritual conforme a los himnos sagrados del Sāma Veda, el Ṛg Veda y el Yajur Veda. A continuación, mientras se cantaban los himnos, Nanda Mahārāja bañó al niño con una mezcla de agua y hierbas puras. Tras celebrar una ceremonia de fuego, alimentó suntuosamente a todos los brāhmaṇas con cereales y otros alimentos de primera calidad.
Text 16:
Nanda Mahārāja, para garantizar la prosperidad de su hijo Kṛṣṇa, dio a los brāhmaṇas vacas muy bien adornadas con mantos, guirnaldas de flores y collares de oro. Esas vacas, perfectamente dotadas para dar leche en abundancia, les fueron dadas a los brāhmaṇas como caridad. Los brāhmaṇas, después de aceptarlas, bendijeron a toda la familia, y, en especial, a Kṛṣṇa.
Text 17:
Todos aquellos brāhmaṇas, grandes expertos en el canto de himnos védicos, eran yogīs dotados de todos los poderes místicos. Ciertamente, las bendiciones que pronunciaban nunca dejaban de cumplirse.
Text 18:
Un día, un año después del nacimiento de Kṛṣṇa, madre Yaśodā, mientras acariciaba a su hijo, notó de pronto que el niño Se volvía más pesado que el pico de una montaña, y no pudo sostenerle por más tiempo en sus brazos.
Text 19:
Angustiada al notar que el niño pesaba tanto como el universo entero, y pensando que quizás estaba siendo atacado por otro demonio o fantasma, la asombrada madre dejó al bebé en el suelo y se absorbió en pensar en Nārāyaṇa. En previsión de posibles perturbaciones, madre Yaśodā llamó a los brāhmaṇas para contrarrestar el extraño fenómeno. Hecho esto, volvió a sus quehaceres domésticos. Ella no podía entender que Kṛṣṇa es la fuente original de todo, de modo que no le quedaba otra opción que refugiarse en los pies de loto de Nārāyaṇa.
Text 20:
Mientras el niño estaba sentado en el suelo, un demonio llamado Tṛṇāvarta, que era un sirviente de Kaṁsa y venía instigado por él, apareció allí en forma de remolino, y sin ninguna dificultad se llevó al niño por los aires.
Text 21:
Aquel demonio, que giraba como un poderoso torbellino, cubrió toda la región de Gokula con una espesa polvareda que cegó la vista de todos. La aterradora vibración del demonio se escuchaba por todas partes.
Text 22:
Por un momento, todos los pastizales quedaron cubiertos por la densa oscuridad de la tormenta de polvo. Madre Yaśodā no encontraba a su hijo en el lugar en que Lo había dejado.
Text 23:
Debido a la arena que Tṛṇāvarta había lanzado por todas partes, las personas no podían verse ni a sí mismas ni a los demás, y eso les causaba trastorno y confusión.
Text 24:
Con la tormenta de arena levantada por el impetuoso torbellino, madre Yaśodā no hallaba el menor rastro de su hijo y no podía entender por qué. Así, como una vaca que ha perdido a su ternero, se derrumbó en el suelo, lamentándose de un modo que inspiraba gran compasión.
Text 25:
Cuando la intensidad de los vientos y la tormenta de polvo fueron amainando, las amigas de madre Yaśodā, las otras gopīs, escucharon su lastimoso llanto y fueron a ver qué ocurría. Al ver que Kṛṣṇa había desaparecido, también ellas se sintieron muy afligidas y, con los ojos llenos de lágrimas, unieron su llanto al de madre Yaśodā.
Text 26:
El demonio Tṛṇāvarta, que había adoptado la forma de un violento torbellino, elevó a Kṛṣṇa a gran altura en el cielo. Sin embargo, cuando Kṛṣṇa Se hizo más pesado que el demonio, este tuvo que detener su impulso y no pudo seguir subiendo.
Text 27:
El enorme peso de Kṛṣṇa hacía pensar a Tṛṇāvarta que era como una gran montaña o un bloque de hierro. Pero como Kṛṣṇa Se había aferrado firmemente a su cuello, el demonio no podía desprenderse de Él. Tṛṇāvarta pensó entonces que aquel niño era maravilloso, ya que no podía, ni soportar Su peso, ni desprenderse de Él.
Text 28:
Con Kṛṣṇa aferrado a su cuello, Tṛṇāvarta se asfixiaba, y no podía emitir el menor sonido ni mover los brazos y las piernas. Con los ojos saltándosele de las órbitas, el demonio perdió la vida y cayó, con el bebé, hacia el suelo de Vraja.
Text 29:
Mientras las gopīs lloraban por Kṛṣṇa, el demonio cayó desde el cielo y se precipitó contra el suelo, como Tripurāsura cuando fue herido por la flecha del Señor Śiva, y fue a dar contra una gran roca, dislocándose todos los miembros.
Text 30:
Las gopīs recogieron inmediatamente a Kṛṣṇa del pecho del demonio y se Lo entregaron a madre Yaśodā, completamente libre de malos augurios. A pesar de que el demonio se lo había llevado al espacio, el niño había salido ileso, y ahora estaba completamente libre de peligro y de desgracia. Debido a ello, las gopīs y los pastores de vacas, encabezados por Nanda Mahārāja, se sentían sumamente felices.
Text 31:
Es de lo más sorprendente que este inocente niño haya regresado vivo y sin rastro de heridas, pese que el rākṣasa se lo llevó para comérselo. Ese demonio, que era un pecador envidioso y cruel, ha sido matado por sus propias actividades pecaminosas. Esa es la ley de la naturaleza. El inocente devoto siempre goza de la protección de la Suprema Personalidad de Dios, y la persona pecaminosa siempre es destruida por su vida de pecado.
Text 32:
Nanda Mahārāja y los demás pastores dijeron: En el pasado hemos debido de realizar austeridades por muchísimo tiempo; seguramente hemos adorado a la Suprema Personalidad de Dios, hemos celebrado actividades piadosas por el bienestar público, hemos construido pozos y carreteras, y también hemos debido de dar caridad. Como resultado de ello, este niño, aunque ha encontrado a la muerte cara a cara, ha regresado para devolver la felicidad a Sus familiares.
Text 33:
Al ver que en Bṛhadvana ocurrían todos estos sucesos, Nanda Mahārāja, cada vez más asombrado, no podía dejar de recordar las palabras de Vasudeva en Mathurā.
Text 34:
Un día, después de tomar a Kṛṣṇa en brazos y sentarle en su regazo, madre Yaśodā Le estaba dando la leche de su pecho con cariño maternal. La leche fluía de su pecho, y el niño la bebía.
Texts 35-36:
¡Oh, rey Parīkṣit!, cuando el bebé Kṛṣṇa estaba terminando de beber la leche de Su madre, mientras madre Yaśodā Le acariciaba y miraba Su cara, hermosa, brillante y sonriente, el bebé bostezó. Entonces madre Yaśodā vio dentro de Su boca el cielo entero, la Tierra y el sistema planetario superior, con los astros luminosos en todas direcciones, el Sol, la Luna, el fuego, el aire, los mares, las islas, las montañas, los ríos, los bosques y toda clase de entidades vivientes, móviles e inmóviles.
Text 37:
Cuando madre Yaśodā vio el universo entero en la boca de su hijo, el corazón le comenzó a palpitar y, completamente atónita, quería cerrarse los inquietos ojos.