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Śrīmad-bhāgavatam 3.21.22

Texto

ṛṣir uvāca
ity avyalīkaṁ praṇuto ’bja-nābhas
tam ābabhāṣe vacasāmṛtena
suparṇa-pakṣopari rocamānaḥ
prema-smitodvīkṣaṇa-vibhramad-bhrūḥ

Palabra por palabra

ṛṣiḥ uvāca — el gran sabio Maitreya dijo; iti — así; avyalīkam — sinceramente; praṇutaḥ — habiendo sido alabado; abja-nābhaḥ — el Señor Viṣṇu; tam — a Kardama Muni; ābabhāṣe — contestó; vacasā — con palabras; amṛtena — tan dulces como el néctar; suparṇa — de Garuḍa; pakṣa — los hombros; upari — sobre; rocamānaḥ — brillando; prema — de afecto; smita — con una sonrisa; udvīkṣaṇa — mirando; vibhramat — moviendo graciosamente; bhrūḥ — cejas.

Traducción

Maitreya prosiguió: Tras recibir esas sinceras palabras de alabanza, el Señor Viṣṇu, que montado sobre Garuḍa irradiaba un hermoso resplandor, contestó con palabras tan dulces como el néctar. Sus cejas se movieron muy graciosamente cuando miró al sabio con una sonrisa llena de afecto.

Significado

Es significativa la palabra vacasāmṛtena. Siempre que habla, el Señor lo hace desde el mundo trascendental; no habla desde el mundo material. Como Él es trascendental, Sus palabras y Sus actividades también son trascendentales. Todo lo relacionado con Él es trascendental. La palabra amṛta hace referencia a alguien que no se enfrenta con la muerte. Las palabras y las actividades del Señor son inmortales; de modo que no son un producto de este mundo material. El sonido de este mundo material y el del mundo espiritual son completamente diferentes. El sonido del mundo espiritual es nectáreo y eterno, mientras que el del mundo material es desabrido y tiene final. El sonido del santo nombre —Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare—hace aumentar eternamente el entusiasmo de quien lo canta. Si repetimos de forma monótona palabras materiales, acabaremos hartos, pero si cantamos Hare Kṛṣṇa las veinticuatro horas del día, nunca nos hartaremos; al contrario, nos sentiremos animados a continuar cantando más y más. La palabra vacasāmṛtena se mencionó específicamente cuando el Señor respondió al sabio Kardama, puesto que Él habló desde el mundo trascendental. Respondió con palabras trascendentales, y cuando habló, Sus cejas se movieron con gran afecto. Cuando un devoto alaba las glorias del Señor, Él Se siente muy satisfecho, y le concede Su bendición trascendental sin reservas, porque Él siempre es inmotivadamente misericordioso con Su devoto.