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Śrīmad-bhāgavatam 4.21.15

Texto

prāṁśuḥ pīnāyata-bhujo
gauraḥ kañjāruṇekṣaṇaḥ
sunāsaḥ sumukhaḥ saumyaḥ
pīnāṁsaḥ sudvija-smitaḥ

Palabra por palabra

prāṁśuḥ — muy alto; pīna-āyata — robustos y amplios; bhujaḥ — brazos; gauraḥ — de tez clara; kañja — como el loto; aruṇa-īkṣaṇaḥ — con ojos cuyo brillo recordaba al Sol naciente; su-nāsaḥ — nariz recta; su-mukhaḥ — de hermoso rostro; saumyaḥ — de estatura imponente; pīna-aṁsaḥ — hombros altos; su — hermosos; dvija — dientes; smitaḥ — sonriente.

Traducción

El rey Pṛthu tenía un cuerpo alto y fuerte; su tez era clara. Tenía los brazos amplios y robustos, y los ojos tan brillantes como el sol naciente. Su naríz era recta, su rostro, muy hermoso, y su personalidad, grave. Sus dientes resaltaban hermosos en su sonriente rostro.

Significado

De las cuatro órdenes sociales (brāhmaṇas, kṣatriyas, vaiśyas y śūdras), los hombres y mujeres kṣatriyas suelen ser muy hermosos. Como se verá en los siguientes versos, Mahārāja Pṛthu, además de contar con los atractivos rasgos físicos que aquí se describen, mostraba también en su constitucional corporal signos específicos sumamente auspiciosos.

Se dice que la cara es el espejo del alma. La mentalidad de una persona se pone de relieve en los rasgos de la cara. La persona manifiesta unos determinados rasgos corporales conforme a sus actos pasados, pues son los actos pasados lo que determina el aspecto del siguiente cuerpo, bien sea un cuerpo humano, animal o de semidiós. Esa es la prueba de la transmigración del alma por distintos tipos de cuerpos.