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Śrīmad-bhāgavatam 4.21.42

Texto

yad brahma nityaṁ virajaṁ sanātanaṁ
śraddhā-tapo-maṅgala-mauna-saṁyamaiḥ
samādhinā bibhrati hārtha-dṛṣṭaye
yatredam ādarśa ivāvabhāsate

Palabra por palabra

yat — lo que; brahma — la cultura brahmínica; nityam — eternamente; virajam — sin contaminación; sanātanam — sin principio; śraddhā — fe; tapaḥ — austeridad; maṅgala — auspiciosa; mauna — silencio; saṁyamaiḥ — controlar la mente y los sentidos; samādhinā — con concentración plena; bibhrati — ilumina; ha — tal como él lo hizo; artha — el verdadero objetivo de los Vedas; dṛṣṭaye — con vistas a encontrar; yatra — donde; idam — todo esto; ādarśe — en un espejo; iva — como; avabhāsate — manifiesta.

Traducción

En la cultura brahmínica, la posición trascendental del brāhmaṇa se mantiene eternamente, pues en ella se aceptan los mandamientos de los Vedas con fe, austeridad, conclusiones de las Escrituras, pleno control de la mente y los sentidos, y meditación. De esa forma, podemos ver el verdadero objetivo de la vida con la misma claridad con que vemos nuestro rostro cuando se refleja nítidamente en un espejo limpio.

Significado

En el verso anterior se explicó que dar de comer a un brāhmaṇa vivo da mejores resultados que ofrecer oblaciones en un fuego de sacrificio; por esa razón, en este verso se explica con toda claridad qué es el brahmanismo y quién es un brāhmaṇa. Aprovechándose de que en la era de Kali dar de comer a un brāhmaṇa resulta más efectivo que la ejecución de sacrificios, hay una cierta clase de hombres que, sin poseer las cualidades brahmínicas, reclaman para sí el privilegio de comer denominado brāhmaṇa-bhojana, basándose en el hecho de haber nacido en familias de brāhmaṇas. A fin de diferenciar a los verdaderos brāhmaṇas de esa clase de hombres, Mahārāja Pṛthu está dando una descripción exacta de lo que es un brāhmaṇa y de lo que es la cultura brahmínica. Nadie debe aprovecharse de su posición simplemente para vivir como un fuego que no da luz. Un brāhmaṇa debe estar plenamente versado en la conclusión de los Vedas, que se explica en el Bhagavad-gītā: vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ (Bg. 15.15). La conclusión de los Vedas, es decir, la comprensión definitiva, la comprensión vedānta, es el conocimiento de Kṛṣṇa. No cabe duda de ello, pues es suficiente entender a Kṛṣṇa tal y como es, como se explica en el Bhagavad-gītā (janma karma ca me divyam evaṁ yo vetti tattvataḥ), para alcanzar el nivel de perfección brahmínica. La posición del brāhmaṇa que conoce a Kṛṣṇa perfectamente bien siempre es trascendental. Esto también se confirma en el Bhagavad-gītā (14.26):

māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate

«Aquel que se dedica por completo al servicio devocional y es firme en todas las circunstancias, trasciende de inmediato las modalidades de la naturaleza material y llega así al plano de Brahman».

Por consiguiente, el devoto del Señor Kṛṣṇa es un brāhmaṇa perfecto; su posición es trascendental, ya que está libre de los cuatro defectos de la vida condicionada, que son: los sentidos imperfectos y las tendencias a cometer errores, a caer en ilusión y a engañar. Un vaiṣṇava perfecto, una persona consciente de Kṛṣṇa, está siempre en esa posición trascendental, porque habla de conformidad con Kṛṣṇa y Su representante. Las palabras de los vaiṣṇavas guardan una armonía perfecta con Kṛṣṇa; por esa razón, todo lo que dicen está libre de esos cuatro defectos. En el Bhagavad-gītā, por ejemplo, Kṛṣṇa dice que todos deben pensar siempre en Él, ser devotos Suyos, ofrecerle reverencias y adorarle, y en definitiva, entregarse a Él. Esas actividades devocionales son trascendentales y están libres de errores, ilusión, engaño e imperfección. Por lo tanto, a todo devoto sincero del Señor Kṛṣṇa que predique esta doctrina basando sus palabras únicamente en las enseñanzas de Kṛṣṇa, se le considera virajam, libre de los defectos de la contaminación material. Es decir, el brāhmaṇa o vaiṣṇava genuino depende eternamente de la conclusión de los Vedas y de las exposiciones védicas que vienen directamente de los labios de la Suprema Personalidad de Dios. Solo por medio del conocimiento védico podemos entender la verdadera posición de la Verdad Absoluta, quien, como se explica en el Śrīmad-Bhāgavatam, Se manifiesta en tres aspectos, a saber: el Brahman impersonal, Paramātmā localizado y, por último, la Suprema Personalidad de Dios. Este conocimiento es perfecto desde tiempo inmemorial, y la cultura brahmínica, o vaiṣṇava, depende eternamente de ese principio. Por lo tanto, los Vedas deben estudiarse con fe, no solo por el conocimiento que personalmente podamos obtener, sino para difundir ese conocimiento y esas actividades mediante una fe verdadera en las palabras de la Suprema Personalidad de Dios y los Vedas.

En este verso es muy significativa la palabra maṅgala («auspicioso»). Śrīla Śrīdhara Svāmī señala que maṅgala, auspicioso, es hacer lo que es bueno y rechazar lo que no lo es. Hacer lo que es bueno significa aceptar todo lo favorable para el desempeño de servicio devocional, y rechazar lo que no es bueno significa rechazar todo lo que no favorece el desempeño de servicio devocional. En nuestro movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa seguimos ese principio rechazando cuatro cosas prohibidas, que son la vida sexual ilícita, el consumo de drogas y alcohol, los juegos de azar y el comer carne; por otra parte, aceptemos cantar un mínimo de dieciséis rondas del mantra Hare Kṛṣṇa cada día, y meditar tres veces al día con la recitación del mantra gāyatrī. De esta forma podemos mantener intactas nuestra cultura brahmínica y nuestra fuerza espiritual. Quien siga estrictamente esos principios del servicio devocional, cantando el mahā-mantra —Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare— las veinticuatro horas del día, hará progresos tangibles en el sendero de la vida espiritual y, finalmente será perfectamente apto para ver con sus propios ojos a la Suprema Personalidad de Dios. El objetivo que se persigue mediante el estudio y la comprensión del conocimiento védico es encontrar a Kṛṣṇa; por consiguiente, aquel que siga los principios védicos antes citados podrá ver, desde el comienzo, todos los rasgos del Señor Kṛṣṇa, la Verdad Absoluta, con la misma claridad con que podemos ver el reflejo nítido de nuestro propio rostro en un espejo limpio. La conclusión es que un brāhmaṇa no es brāhmaṇa por el mero hecho de ser una entidad viviente, ni por haber nacido en una familia de brāhmaṇas; para serlo, debe poseer todas las cualidades que se mencionan en los śāstras, y debe poner en práctica los principios brahmínicos en su propia vida. Finalmente, alcanzará el estado de plena conciencia de Kṛṣṇa, y podrá entender quién es Kṛṣṇa. El siguiente verso de la Brahma-saṁhitā (5.38) explica que el devoto ve a Kṛṣṇa directa y continuamente en su corazón:

premāñjana-cchurita-bhakti-vilocanena
santaḥ sadaiva hṛdayeṣu vilokayanti
yaṁ śyāmasundaram acintya-guṇa-svarūpaṁ
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

Mediante el cultivo del amor puro por Kṛṣṇa, el devoto ve constantemente en su corazón a Śyāmasundara, la Suprema Personalidad de Dios. Esa es la etapa de perfección de la cultura brahmínica.