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Śrīmad-bhāgavatam 4.28.20

Texto

prabodhayati māvijñaṁ
vyuṣite śoka-karśitā
vartmaitad gṛha-medhīyaṁ
vīra-sūr api neṣyati

Palabra por palabra

prabodhayati — da buen consejo; — a mí; avijñam — necio; vyuṣite — cuando yo estaba lejos; śoka — por aflicción; karśitā — afligida y marchitándose; vartma — sendero; etat — este; gṛha-medhīyam — de responsabilidades domésticas; vīra-sūḥ — la madre de grandes héroes; api — aunque; neṣyati — ¿podrá ejecutar?

Traducción

El rey Purañjana pensó también en los buenos consejos que ella le daba cuando se encontraba confuso, y en cómo se afligía cuando él estaba lejos del hogar. Aunque ella era madre de muchos hijos y héroes, el rey seguía temiendo que no pudiera cargar con las responsabilidades de los asuntos domésticos.

Significado

A la hora de la muerte, el rey Purañjana estaba pensando en su esposa; eso se denomina conciencia contaminada. Tal como el Señor Kṛṣṇa explica en el Bhagavad-gītā (15.7):

mamaivāṁśo jīva-loke
jīva-bhūtaḥ sanātanaḥ
manaḥ-ṣaṣṭhānīndriyāṇi
prakṛti-sthāni karṣati

«Las entidades vivientes de este mundo condicionado son Mis partes fragmentarias eternas. Debido a la vida condicionada, sostienen una lucha muy dura con los seis sentidos, entre los que se incluye la mente».

La entidad viviente, en última instancia, es parte integral del Espíritu Supremo, Kṛṣṇa. En otras palabras, la posición constitucional de Kṛṣṇa y la posición constitucional de la entidad viviente son cualitativamente iguales. La única diferencia es que la entidad viviente es, eternamente, una partícula atómica del Espíritu Supremo. Mamaivāṁśo jīva-loke jīva-bhūtaḥ sanātanaḥ. En este mundo material de vida condicionada, la parte fragmentaria del Señor Supremo, el alma individual, sostiene una lucha que se debe a su mente y su conciencia contaminadas. Como parte integral del Señor Supremo, la entidad viviente debería pensar en Kṛṣṇa, pero aquí vemos que el rey Purañjana (la entidad viviente) está pensando en una mujer. La consecuencia de esa absorción de la mente en los objetos materiales es que la entidad viviente tiene que luchar por la existencia en el mundo material. El rey Purañjana está pensando en su esposa; por lo tanto, su lucha por la existencia en el mundo material no terminará con la muerte. Tal como se revela en los próximos versos, en su siguiente vida el rey Purañjana tuvo que aceptar un cuerpo de mujer, debido a que estaba demasiado absorto en pensar en su esposa. Así pues, la absorción de la mente en un estado de conciencia social, político, seudo religioso, nacional o comunitario, es causa de cautiverio. Durante su vida, la persona debe cambiar la naturaleza de sus actividades a fin de liberarse del cautiverio. Esto se confirma en el Bhagavad-gītā (3.9): yajñārthāt karmaṇo ’nyatra loko ’yaṁ karma-bandhanaḥ. Si no cambiamos la naturaleza de nuestra conciencia en esta vida, todo lo que hagamos en nombre del bien social, político, religioso, comunitario y nacional, será la causa de nuestro cautiverio. Eso significa que tendremos que continuar en la vida material condicionada. Como se explica en el Bhagavad-gītā (15.7): manaḥ-ṣaṣṭhānīndriyāṇi prakṛti-sthāni karṣati. Cuando la mente y los sentidos se ocupan en actividades materiales, la persona tiene que permanecer en la existencia material y luchar por lograr la felicidad. Esa lucha por la felicidad es una constante en todas las vidas de la entidad viviente. En realidad, en el mundo material nadie es feliz, pero esa lucha proporciona una falsa sensación de felicidad. La persona tiene que trabajar con gran esfuerzo, y cuando logra el resultado de su arduo trabajo, se considera feliz. En el mundo material, la gente no conoce la verdadera felicidad. Sukham ātyantikaṁ yat tad buddhi-grāhyam atīndriyam (Bg. 6.21). La verdadera felicidad debe percibirse con los sentidos trascendentales. Si no estamos purificados, los sentidos trascendentales no se manifiestan; y para purificar los sentidos, hay que emprender el proceso de conciencia de Kṛṣṇa y ocupar los sentidos en el servicio del Señor. Entonces la felicidad será verdadera, y tendrá lugar la liberación.

En el Bhagavad-gītā (15.8), se afirma:

śarīraṁ yad avāpnoti
yac cāpy utkrāmatīśvaraḥ
gṛhītvaitāni saṁyāti
vāyur gandhān ivāśayāt

«En el mundo material, la entidad viviente arrastra sus diferentes concepciones de la vida de un cuerpo a otro, tal como el aire transporta los aromas. De este modo, toma una clase de cuerpo, y de nuevo lo deja para tomar otro». El viento, cuando pasa por un jardín, transporta la fragancia de las rosas, y cuando pasa por un basurero, transporta el hedor de sustancias podridas. De manera similar, el rey Purañjana, la entidad viviente, hace pasar ahora el aire de su vida por su esposa, una mujer; como consecuencia, en su siguiente vida tendrá que aceptar un cuerpo de mujer.