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Śrīmad-bhāgavatam 4.29.66

Texto

mana eva manuṣyasya
pūrva-rūpāṇi śaṁsati
bhaviṣyataś ca bhadraṁ te
tathaiva na bhaviṣyataḥ

Palabra por palabra

manaḥ — la mente; eva — ciertamente; manuṣyasya — de un hombre; pūrva — pasadas; rūpāṇi — formas; śaṁsati — indica; bhaviṣyataḥ — del que ha de nacer; ca — también; bhadram — buena fortuna; te — a ti; tathā — así; eva — ciertamente; na — no; bhaviṣyataḥ — del que ha de nacer.

Traducción

¡Oh, rey! ¡Te deseo toda buena fortuna! La mente es la causa de que la entidad viviente obtenga un determinado tipo de cuerpo, conforme a su relación con la naturaleza material. El contenido de la mente de una persona nos permite comprender qué fue esa entidad viviente en su vida pasada, y qué clase de cuerpo tendrá en el futuro. De ese modo, la mente nos indica el cuerpo pasado y el futuro.

Significado

La mente de una persona nos da información acerca de sus vidas pasada y futura. Si alguien es un devoto del Señor, es porque en su vida anterior cultivó el servicio devocional. De la misma manera, si alguien tiene mente de criminal, es porque en su última vida fue un criminal. De la misma forma, la mente puede indicarnos qué nos va a suceder en vidas futuras. En el Bhagavad-gītā (14.18), se dice:

ūrdhvaṁ gacchanti sattva-sthā
madhye tiṣṭhanti rājasāḥ
jaghanya-guṇa-vṛtti-sthā
adho gacchanti tāmasāḥ

«Aquellos que están en el plano de la modalidad de la bondad ascienden gradualmente a los sistemas planetarios superiores; los que están en el plano de la modalidad de la pasión viven en los planetas terrenales; y los que están en el plano de la abominable modalidad de la ignorancia descienden a los mundos infernales».

Cuando una persona está en el plano de la modalidad de la bondad, sus actividades mentales la elevarán a un sistema planetario superior. De la misma manera, si tiene una mentalidad baja, su vida futura será sumamente abominable. El estado de la mente nos indica las vidas pasada y futura de la entidad viviente. En este verso, Nārada Muni bendice al rey deseándole toda buena fortuna, para que el rey no haga planes ni desee nada relacionado con la complacencia de los sentidos. El deseo de obtener una vida mejor en el futuro llevó al rey a ocuparse en rituales fruitivos. Nārada Muni le deseó que abandonara todas las invenciones mentales. Como antes se explicó, tanto en los planetas celestiales como en los infernales, todos los cuerpos son producto de las invenciones de la mente, y los sufrimientos y disfrutes de la vida se dan en el plano de la mente. Tienen lugar en el carro de la mente (mano-ratha). Por eso se dice:

yasyāsti bhaktir bhagavaty akiñcanā
sarvair guṇais tatra samāsate surāḥ
harāv abhaktasya kuto mahad-guṇā
mano-rathenāsati dhāvato bahiḥ

«El que tiene devoción inquebrantable por la Personalidad de Dios posee todas las buenas cualidades de los semidioses. Pero el que no es devoto del Señor solo tiene cualidades materiales, que son de muy poco valor. Debido a su inestable posición en el plano mental, es seguro que se verá atraído por el resplandor de la energía ilusoria» (Bhāg. 5.18.12).

A menos que nos volvamos devotos del Señor, es decir, a menos que nos volvamos plenamente conscientes de Kṛṣṇa, no cabe duda de que seguiremos vagando por el plano de la mente y seremos elevados o degradados a distintos tipos de cuerpos. Todas las cualidades que se consideran buenas desde el punto de vista material, en realidad, no tienen el menor valor, pues esas supuestas buenas cualidades no nos podrán salvar del ciclo de nacimientos y muertes. Llegamos entonces a la conclusión de que no debemos albergar ningún deseo mental: anyābhilāṣitā-śūnyaṁ jñāna-karmādy-anāvṛtam: Debemos liberarnos por completo de los deseos materiales, de la especulación filosófica y de las actividades fruitivas. Lo mejor que el ser humano puede hacer es aceptar de un modo favorable el servicio devocional trascendental del Señor. Esa es la perfección más elevada de la vida humana.