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Śrīmad-bhāgavatam 5.10.14

Texto

śrī-śuka uvāca
etāvad anuvāda-paribhāṣayā pratyudīrya muni-vara upaśama-śīla uparatānātmya-nimitta upabhogena karmārabdhaṁ vyapanayan rāja-yānam api tathovāha.

Palabra por palabra

śrī-śukaḥ uvāca — Śukadeva Gosvāmī continuó hablando; etāvat — tanto; anuvāda-paribhāṣayā — repitiendo y explicando las palabras que el rey le había dicho antes; pratyudīrya — respondiéndolas una tras otra; muni-varaḥ — el gran sabio Jaḍa Bharata; upaśama-śīlaḥ — cuyo carácter era pacífico y sereno; uparata — cesó; anātmya — cosas no relacionadas con el alma; nimittaḥ — cuya causa (la ignorancia) para identificarse con las cosas no relacionadas con el alma; upabhogena — aceptando las consecuencias de su karma; karma-ārabdham — la reacción que ahora obtenía como resultado; vyapanayan — al terminar; rāja-yānam — el palanquín del rey; api — de nuevo; tathā — como antes; uvāha — continuó llevando.

Traducción

Śukadeva Gosvāmī dijo: ¡Oh, Mahārāja Parīkṣit!, el rey Rahūgaṇa había reprendido con ásperas palabras al glorioso devoto Jaḍa Bharata, pero aquella persona santa y pacífica se mostró tolerante y le dio la respuesta adecuada. La nesciencia se debe al concepto corporal, y Jaḍa Bharata no estaba bajo la influencia de ese erróneo concepto. Debido a su naturaleza humilde, nunca se consideró un gran devoto, y estuvo de acuerdo en sufrir los resultados de su karma pasado. Como un hombre corriente, pensaba que al llevar el palanquín destruía las reacciones de los pecados que había cometido en el pasado. Pensando de ese modo, se dispuso a seguir cargando con el palanquín.

Significado

Un gran devoto del Señor nunca se considera un paramahaṁsa, una persona liberada. Siempre permanece como el humilde sirviente del Señor. Cuando las circunstancias le son adversas, siempre está dispuesto a sufrir los resultados de su vida pasada. Nunca acusa al Señor de haberle puesto en esa situación de sufrimiento. Esos son los signos de un gran devoto. Tat te ’nukampāṁ susamīkṣyamāṇaḥ: el devoto considera que las circunstancias adversas son un don del Señor. Nunca se irrita contra su amo, y siempre está satisfecho con la posición que este le ofrece. En cualquier caso, continúa cumpliendo con su deber en el servicio devocional. Esa persona tiene garantizada la elevación de regreso al hogar, de vuelta a Dios. Como se afirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (10.14.8):

tat te ’nukampāṁ susamīkṣamāṇo
bhuñjāna evātma-kṛtaṁ vipākam
hṛd-vāg-vapurbhir vidadhan namas te
jīveta yo mukti-pade sa dāya-bhāk

«Mi querido Señor, aquel que siempre está esperando recibir Tu misericordia sin causa mientras sigue sufriendo las reacciones de sus fechorías pasadas, ofreciéndote respetuosas reverencias desde lo más hondo del corazón, ciertamente es digno de la liberación, que se ha vuelto su derecho legítimo».