Skip to main content

Śrīmad-bhāgavatam 6.1.28-29

Texto

sa pāśa-hastāṁs trīn dṛṣṭvā
puruṣān ati-dāruṇān
vakra-tuṇḍān ūrdhva-romṇa
ātmānaṁ netum āgatān
dūre krīḍanakāsaktaṁ
putraṁ nārāyaṇāhvayam
plāvitena svareṇoccair
ājuhāvākulendriyaḥ

Palabra por palabra

saḥ — esa persona (Ajāmila); pāśa-hastān — con cuerdas en las manos; trīn — tres; dṛṣṭvā — al ver; puruṣān — personas; ati-dāruṇān — de espantoso aspecto; vakra-tuṇḍān — de rostros retorcidos; ūrdhva-romṇaḥ — con vellos erizados en el cuerpo; ātmānam — el ser; netum — para llevarse; āgatān — llegaron; dūre — a poca distancia; krīḍanaka-āsaktam — dedicado a su juego; putram — a su hijo; nārāyaṇa-āhvayam — llamado Nārāyaṇa; plāvitena — con ojos llenos de lágrimas; svareṇa — con su voz; uccaiḥ — en voz muy alta; ājuhāva — llamó; ākula-indriyaḥ — lleno de ansiedad.

Traducción

Ajāmila vio entonces a tres individuos de aspecto extraño, de rostros feroces y retorcidos, con cuerpos deformes cubiertos de vellos erizados. Traían cuerdas en las manos y habían ido para llevárselo a la morada de Yamarāja. Ajāmila se sintió muy confuso al verles y, llevado del apego, llamó a voces a su hijo, que jugaba a muy poca distancia. Fue así como, por una u otra razón, cantó el santo nombre de Nārāyaṇa con lágrimas en los ojos.

Significado

La persona que realiza actividades pecaminosas, las lleva a cabo con el cuerpo, la mente y las palabras. Esa es la razón de que fuesen tres los mensajeros que fueron a llevarse a Ajāmila a la morada de Yamarāja. Ajāmila tuvo la gran fortuna de cantar las cuatro sílabas del hari-nāma Nārāyaṇa, y por ello, a pesar de que solo estaba llamando a su hijo, también los mensajeros de Nārāyaṇa, los viṣṇudūtas, hicieron acto de presencia inmediatamente. Ajāmila tenía tanto miedo de las cuerdas de Yamarāja que cantó el nombre del Señor con los ojos repletos de lágrimas. Sin embargo, la realidad es que nunca quiso cantar el santo nombre de Nārāyaṇa; su intención era llamar a su hijo.