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CAPÍTULO 2

Hiraṇyakaśipu, el rey de los demonios

Como se explica en este capítulo, tras la muerte de Hiraṇyākṣa, sus hijos y su hermano, Hiraṇyakaśipu, estaban muy afligidos. Hiraṇyakaśipu reaccionó como un gran pecador, tratando de reducir las actividades religiosas del pueblo. Por otro lado, trató de disminuir el pesar de sus sobrinos con una instructiva historia.

Hiraṇyakaśipu, después de que la Suprema Personalidad de Dios apareciera en la forma del Jabalí y matase a Hiraṇyākṣa, su hermano, estaba muy afligido e iracundo, y acusó a la Suprema Personalidad de Dios de mostrar preferencia por Sus devotos; también ridiculizó la forma de Varāha del Señor, que había aparecido para matar a su hermano. Se dedicó a agitar a todos los demonios y rākṣasas, y a molestar a los sabios pacíficos y a otros habitantes de la Tierra en su práctica de ceremonias rituales. Debido a la falta de yajña (sacrificios), los semidioses comenzaron a vagar por la Tierra sin ser vistos.

Tras completar los ritos funerarios en honor de su hermano, Hiraṇyakaśipu se dirigió a sus sobrinos y, citando los śāstras, les habló de la verdad de la vida. Con intención de calmarles, les habló de la siguiente manera: «Mis queridos sobrinos, los héroes que mueren frente a sus enemigos son gloriosos. En el mundo material, las entidades vivientes, llevadas por las leyes de la naturaleza, se unen y de nuevo se separan, conforme a sus actividades fruitivas. Sin embargo, siempre debemos recordar que el alma espiritual, que es distinta del cuerpo, es eterna, inmutable, pura, omnipresente y consciente de todo. Atada por la energía material, el alma nace en especies superiores o inferiores, conforme al contacto que establece con la materia; de ese modo recibe distintos tipos de cuerpos en los que disfruta o sufre. La influencia de las condiciones de la existencia material es la única causa de la felicidad y la aflicción; por lo tanto, no debemos acongojarnos por ver las acciones superficiales del karma».

Hiraṇyakaśipu contó entonces la historia del rey Suyajña, que vivía en el país de Uśīnara. Hiraṇyakaśipu repitió a sus sobrinos las instrucciones que las esposas de ese rey, abrumadas por el dolor, escucharon cuando este fue matado. Hiraṇyakaśipu habló de un pájaro kuliṅga que fue herido por la flecha de un cazador mientras se lamentaba por su esposa, que, a su vez, había sufrido los disparos del mismo cazador. Con esas narraciones, Hiraṇyakaśipu calmó a sus sobrinos y demás familiares, aliviando su lamentación. Una vez serenas, Diti y Ruṣābhānu, madre y cuñada de Hiraṇyakaśipu respectivamente, centraron su mente en la comprensión espiritual.

Texto

śrī-nārada uvāca
bhrātary evaṁ vinihate
hariṇā kroḍa-mūrtinā
hiraṇyakaśipū rājan
paryatapyad ruṣā śucā

Palabra por palabra

śrī-nāradaḥ uvāca — Śrī Nārada Muni dijo; bhrātari — cuando el hermano (Hiraṇyākṣa); evam — así; vinihate — fue matado; hariṇā — por Hari; kroḍa-mūrtinā — en la forma del avatāra Jabalí, Varāha; hiraṇyakaśipuḥ — Hiraṇyakaśipu; rājan — ¡oh, rey!; paryatapyat — afligido; ruṣā — por la ira; śucā — por la pena.

Traducción

Śrī Nārada Muni dijo: Mi querido rey Yudhiṣṭhira, cuando el Señor Viṣṇu, en la forma de Varāha, el avatāra Jabalí, mató a Hiraṇyākṣa, su hermano Hiraṇyakaśipu, comenzó a lamentarse, cegado por la ira.

Significado

Yudhiṣṭhira había preguntado a Nārada Muni la razón de que Hiraṇyakaśipu sintiera tanta envidia de Prahlāda, su propio hijo. Nārada Muni se dispuso entonces a narrar toda la historia, comenzando por explicar la causa de la profunda enemistad que Hiraṇyakaśipu mostraba hacia el Señor Viṣṇu.

Texto

āha cedaṁ ruṣā pūrṇaḥ
sandaṣṭa-daśana-cchadaḥ
kopojjvaladbhyāṁ cakṣurbhyāṁ
nirīkṣan dhūmram ambaram

Palabra por palabra

āha — dijo; ca — y; idam — este; ruṣā — con ira; pūrṇaḥ — lleno; sandaṣṭa — mordidos; daśana-chadaḥ — cuyos labios; kopa-ujjvaladbhyām — ardiendo de ira; cakṣurbhyām — con ojos; nirīkṣan — mirar a; dhūmram — humeante; ambaram — el cielo.

Traducción

Mordiéndose los labios de rabia, Hiraṇyakaśipu miró al cielo. La ira de sus ojos era tan ardiente, que llenó todo el cielo de humo. Entonces comenzó a hablar.

Significado

Como suele suceder, el demonio siente envidia de la Suprema Personalidad de Dios y se muestra hostil con Él. Este verso describe el aspecto de Hiraṇyakaśipu mientras meditaba en la forma de matar al Señor Viṣṇu y destruir Su reino, Vaikuṇṭhaloka.

Texto

karāla-daṁṣṭrogra-dṛṣṭyā
duṣprekṣya-bhrukuṭī-mukhaḥ
śūlam udyamya sadasi
dānavān idam abravīt

Palabra por palabra

karāla-daṁṣṭra — con dientes terribles; ugra-dṛṣṭyā — y mirada feroz; duṣprekṣya — de horrible aspecto; bhru-kuṭī — frunciendo el entrecejo; mukhaḥ — cuyo rostro; śūlam — tridente; udyamya — levantando; sadasi — en la asamblea; dānavān — a los demonios; idam — esto; abravīt — habló.

Traducción

Mostrando sus terribles dientes, con una mirada feroz y el entrecejo fruncido, con un aspecto espantoso, tomó su arma, el tridente, y comenzó a hablar a la asamblea de demonios.

Texto

bho bho dānava-daiteyā
dvimūrdhaṁs tryakṣa śambara
śatabāho hayagrīva
namuce pāka ilvala
vipracitte mama vacaḥ
puloman śakunādayaḥ
śṛṇutānantaraṁ sarve
kriyatām āśu mā ciram

Palabra por palabra

bhoḥ — ¡oh!; bhoḥ — ¡oh!; dānava-daiteyāḥ — dānavas y daityas; dvi-mūrdhan — Dvimūrdha (dos cabezas); tri-akṣa — Tryakṣa (tres ojos); śambara — Śambara; śata-bāho — Śatabāhu (cien brazos); hayagrīva — Hayagrīva (cabeza de caballo); namuce — Namuci; pāka — Pāka; ilvala — Ilvala; vipracitte — Vipracitti; mama — mis; vacaḥ — palabras; puloman — Puloman; śakuna — Śakuna; ādayaḥ — y demás; śṛṇuta — escuchen tan solo; anantaram — después de eso; sarve — todos; kriyatām — que se haga; āśu — rápidamente; — no; ciram — se demoren.

Traducción

¡Oh, dānavas y daityas! ¡Oh, Dvimūrdha, Tryakṣa, Śambara y Śatabāhu! ¡Oh, Hayagrīva, Namuci, Pāka e Ilvala! ¡Oh, Vipracitti, Puloman, Śakuna y demás demonios! Escúchenme todos atentamente, por favor, y después, sin más demora, actúen conforme a mis palabras.

Texto

sapatnair ghātitaḥ kṣudrair
bhrātā me dayitaḥ suhṛt
pārṣṇi-grāheṇa hariṇā
samenāpy upadhāvanaiḥ

Palabra por palabra

sapatnaiḥ — por los enemigos*; ghātitaḥ — matado; kṣudraiḥ — de poder insignificante; bhrātā — hermano; me — a mi; dayitaḥ — muy querido; suhṛt — amigo; pārṣṇi-grāheṇa — atacando por la espalda; hariṇā — por la Suprema Personalidad de Dios; samena — ecuánime con todos (tanto semidioses como demonios); api — aunque; upadhāvanaiḥ — por los adoradores, los semidioses.

Traducción

Mis insignificantes enemigos, los semidioses, se han unido para matar a mi muy querido y obediente amigo, mi hermano Hiraṇyākṣa. Aunque el Señor Supremo, el Señor Viṣṇu, siempre Se había mostrado ecuánime con unos y otros —semidioses y demonios—, esta vez, después de recibir la devota adoración de los semidioses, Se ha puesto de su parte y les ha ayudado a matar a Hiraṇyākṣa.

Significado

Como se afirma en el Bhagavad-gītā (9.29): samo 'haṁ sarva-bhūteṣu: El Señor es ecuánime con todas las entidades vivientes. Si tanto los semidioses como los demonios son entidades vivientes, ¿cómo es posible que el Señor Se ponga de parte de unos seres vivos y en contra de otros? En realidad, no es posible que el Señor sea parcial. Sin embargo, los semidioses, los devotos, como siempre siguen estrictamente las órdenes del Señor Supremo, debido a esa sinceridad acaban venciendo a los demonios; estos saben que el Señor Supremo es Viṣṇu, pero no siguen Sus instrucciones. Por lo general, y debido a que recuerdan constantemente a la Suprema Personalidad de Dios, Viṣṇu, los demonios después de morir logran sāyujya-mukti. El demonio Hiraṇyakaśipu acusó al Señor de haberse puesto de parte de los semidioses debido a la adoración que estos Le habían ofrecido, pero la realidad es que el Señor, como el gobierno, no manifiesta la menor parcialidad. El gobierno no tiene preferencia por ningún ciudadano, pero al ciudadano que sigue las leyes del estado, estas le brindan muchas facilidades para vivir en paz y ver satisfechos sus verdaderos intereses.

Texto

tasya tyakta-svabhāvasya
ghṛṇer māyā-vanaukasaḥ
bhajantaṁ bhajamānasya
bālasyevāsthirātmanaḥ
mac-chūla-bhinna-grīvasya
bhūriṇā rudhireṇa vai
asṛk-priyaṁ tarpayiṣye
bhrātaraṁ me gata-vyathaḥ

Palabra por palabra

tasya — de Él (la Suprema Personalidad de Dios); tyakta-svabhāvasya — que ha abandonado Su posición natural (de ser ecuánime con todos); ghṛṇeḥ — muy abominable; māyā — bajo la influencia de la energía ilusoria; vana-okasaḥ — comportándose exactamente como un animal de la jungla; bhajantam — al devoto ocupado en servicio devocional; bhajamānasya — ser adorado; bālasya — un niño; iva — como; asthira-ātmanaḥ — que es siempre inquieto e inestable; mat — mío; śūla — con el tridente; bhinna — separado; grīvasya — cuyo cuello; bhūriṇā — abundante; rudhireṇa — con sangre; vai — en verdad; asṛk-priyam — a quien le gustaba la sangre; tarpayiṣye — complaceré; bhrātaram — hermano; me — mío; gata-vyathaḥ — logrando también yo la paz.

Traducción

La Suprema Personalidad de Dios ha abandonado Su natural tendencia a la ecuanimidad con respecto a demonios y semidioses. Aunque es la Persona Suprema, ahora, bajo la influencia de māyā, ha adoptado una forma de jabalí para complacer a Sus devotos, los semidioses, que ahora son Sus preferidos porque es como un niño caprichoso. Yo voy a cortar la cabeza del Señor Viṣṇu con mi tridente, y con los chorros de sangre de Su cuerpo satisfaré a mi hermano Hiraṇyākṣa, a quien tanto le gustaba beber sangre. Así también yo me calmaré.

Significado

En este verso se expresa con gran claridad el defecto de la mentalidad demoníaca. Hiraṇyakaśipu pensaba que Viṣṇu también adopta actitudes partidistas, como un niño de mente inestable e indecisa. El Señor puede cambiar de opinión en cualquier momento, pensaba Hiraṇyakaśipu, y por ello, Sus palabras y actividades son como las de los niños. En realidad, los demonios son simples seres humanos, y debido a ello son sus mentes las que son inestables; ellos están sometidos al condicionamiento material, y creen que la Suprema Personalidad de Dios también está condicionado. En el Bhagavad-gītā (9.11), el Señor dice: avajānanti māṁ mūḍhā mānuṣīṁ tanum āśritam: «Los necios se burlan de Mí cuando desciendo con forma humana».

Los demonios siempre piensan que se puede matar a Viṣṇu. Por eso, como están absortos en la forma de Viṣṇu, pensando en cómo matarle, por lo menos tienen la posibilidad de pensar en Viṣṇu con actitud desfavorable. Aunque no son devotos, el hecho de que piensen en Viṣṇu produce su efecto, y de ese modo, generalmente alcanzan sāyujya-mukti. Para los demonios, el Señor Supremo es un ser viviente más, y por ello piensan que matar al Señor Viṣṇu es como matar a una persona común y corriente. Otro aspecto que se revela en este verso es que a los demonios les gusta mucho beber sangre. En verdad, todos ellos son comedores de carne y bebedores de sangre.

Hiraṇyakaśipu acusó al Señor Supremo de tener una mente tan inquieta como la de un niño pequeño, a quien se puede inducir a cualquier cosa con solo ofrecerle unos pastelitos y unos lāḍḍus. Indirectamente, esto indica la verdadera posición de la Suprema Personalidad de Dios, que en el Bhagavad-gītā (9.26) dice:

patraṁ puṣpaṁ phalaṁ toyaṁ
yo me bhaktyā prayacchati
tad ahaṁ bhakty-upahṛtam
aśnāmi prayatātmanaḥ

«Si alguien Me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, fruta o agua, Yo lo aceptaré». El Señor acepta las ofrendas de los devotos debido al amor trascendental que sienten por Él. Por su amor por el Señor Supremo, los devotos no comen nada sin ofrecérselo antes al Señor. El Señor no necesita ninguna hoja ni ninguna flor, y tiene más que suficiente para comer. En verdad, es Él quien alimenta a todas las entidades vivientes. Aun así, Él es muy misericordioso, y es bhakta-vatsala, es decir, favorable a Sus devotos; por esa razón, Él come, sin lugar a dudas, todo lo que Le ofrecen con amor y devoción; no hay que cometer el error de pensar que eso es una cualidad infantil. La cualidad más elevada del Señor Supremo es que Él es bhakta-vatsala; en otras palabras, siempre está sumamente complacido con Sus devotos. En cuanto a la palabra māyā, cuando se usa con relación a los tratos de la Suprema Personalidad de Dios y Sus devotos, significa «afecto». Las acciones con las que el Señor favorece a Sus devotos no son defectos de parte del Señor, sino signos de Su afecto natural.

Y en cuanto a rudhira, la sangre de Viṣṇu, como no hay posibilidad alguna de cortar la cabeza del Señor Viṣṇu, nunca se puede hablar de sangre. El collar de flores que engalana el cuerpo de Viṣṇu, sin embargo, es rojo como la sangre. Los demonios que alcanzan sāyujya-mukti y se liberan de sus actividades pecaminosas son bendecidos por el collar de flores de Viṣṇu, que es rojo como la sangre. Después de alcanzar sāyujya-mukti, los demonios a veces se elevan al mundo Vaikuṇṭha, donde reciben como recompensa prasāda el collar de flores del Señor.

Texto

tasmin kūṭe ’hite naṣṭe
kṛtta-mūle vanas-patau
viṭapā iva śuṣyanti
viṣṇu-prāṇā divaukasaḥ

Palabra por palabra

tasmin — cuando Él; kūṭe — el mayor engañador; ahite — enemigo; naṣṭe — se termina; kṛtta-mūle — con las raíces cortadas; vanas-patau — un árbol; viṭapāḥ — las ramas y hojas; iva — como; śuṣyanti — se secan; viṣṇu-prāṇāḥ — cuya vida es el Señor Viṣṇu; diva-okasaḥ — los semidioses.

Traducción

Cuando se cortan las raices de un árbol, este cae, y sus ramas y hojas, de modo natural, se secan. De la misma manera, cuando yo haya matado a Viṣṇu, el conspirador, que es la vida y alma de los semidioses, estos se marchitarán, porque habrán perdido la misma fuente de su vida.

Significado

En este verso queda explicada la diferencia entre los semidioses y los demonios. Los semidioses siempre siguen las instrucciones de la Suprema Personalidad de Dios, mientras que los demonios se dedican a hacer planes para molestarle o matarle. Aun así, a veces los demonios saben reconocer el hecho de que los semidioses dependen por completo de la misericordia del Señor, con lo cual, y de manera indirecta, glorifican a los semidioses.

Texto

tāvad yāta bhuvaṁ yūyaṁ
brahma-kṣatra-samedhitām
sūdayadhvaṁ tapo-yajña-
svādhyāya-vrata-dāninaḥ

Palabra por palabra

tāvat — mientras yo (me ocupo en la tarea de matar a Viṣṇu); yāta — vayan; bhuvam — al planeta Tierra; yūyam — todos ustedes; brahma-kṣatra — de los brāhmaṇas y los kṣatriyas; samedhitām — que ha prosperado gracias a las actividades (cultura brahmínica y gobierno védico); sūdayadhvam — destruyan sin más; tapaḥ — a los que realizan austeridades; yajña — sacrificios; svādhyāya — estudio del conocimiento védico; vrata — los votos regulativos; dāninaḥ — y a los que dan caridad.

Traducción

Mientras yo me encargo de matar al Señor Viṣṇu, ustedes desciendan al planeta Tierra, que florece gracias a la cultura brahmínica y a un gobierno kṣatriya. Esa gente está ocupada en austeridades, sacrificios, estudio de los Vedas, votos regulativos y caridad. ¡Acaben con todos los que se ocupan en esas actividades!

Significado

El principal objetivo de Hiraṇyakaśipu era perturbar a los semidioses. Su primer plan consistía en matar al Señor Viṣṇu, pues tan pronto como Él muriese, los semidioses se debilitarían y morirían también. Entre sus planes también estaba la idea de causar perturbación entre los habitantes del planeta Tierra. La paz y la prosperidad de los habitantes de ese y de todos los demás planetas eran mantenidas por los brāhmaṇas y los kṣatriyas. En el Bhagavad-gītā (4.13), el Señor dice: cātur-varṇyaṁ mayā sṛṣṭaṁ guṇa-karma-vibhāgaśaḥ: «Conforme a las tres modalidades de la naturaleza material y a las actividades asociadas con ellas, Yo creé las cuatro divisiones de la sociedad humana». En todos los planetas hay distintas clases de habitantes, pero el Señor, refiriéndose en particular al planeta Tierra, que está habitado por seres humanos, recomienda que la sociedad debe dividirse en cuatro varṇasbrāhmaṇakṣatriyavaiśya y śūdra. Antes del advenimiento del Señor Kṛṣṇa, la Tierra era gobernada porbrāhmaṇas y kṣatriyas. Los brāhmaṇas tienen el deber de cultivar śamaḥ (serenidad), damaḥ (dominio de sí mismos), titikṣā(tolerancia), satyam (veracidad), śaucam (limpieza) y ārjavam (sencillez). Los brāhmaṇas dotados de esas cualidades tienen el deber de aconsejar a los reyes kṣatriyas en el gobierno del país o del planeta. Siguiendo las instrucciones de los brāhmaṇas, loskṣatriyas deben ocupar a la población en austeridades y sacrificios, en el estudio de los Vedas, y en la práctica de las reglas y regulaciones establecidas por los principios védicos. También deben disponer que los brāhmaṇassannyāsīs y templos reciban caridad. Ese es el orden divino de la cultura brahmínica.

La gente se siente inclinada a ofrecer yajña porque, si no se ofrecen sacrificios, no lloverá lo suficiente (yajñād bhavati parjanyaḥ), con lo cual quedarán paralizadas las actividades agrícolas (parjanyād anna-sambhavaḥ). Por tanto, el gobiernokṣatriya debe implantar la cultura brahmínica y ocupar a la gente en la realización de yajña, en el estudio de los Vedas, y en dar caridad. De ese modo, la gente no tendrá dificultad en conseguir lo necesario para la vida, y la sociedad vivirá libre de perturbaciones. Con respecto a esto, el Señor Kṛṣṇa dice en el Bhagavad-gītā (3.12):

iṣṭān bhogān hi vo devā
dāsyante yajña-bhāvitāḥ
tair dattān apradāyaibhyo
yo bhuṅkte stena eva saḥ

«Satisfechos con la celebración de yajñas [sacrificios], los semidioses encargados de satisfacer las diversas necesidades de la vida les proveerán de todo lo que necesiten. Pero aquel que disfruta de esos dones sin ofrecerlos a su vez a los semidioses, es sin duda un ladrón».

Los semidioses son agentes de suministro autorizados que actúan como representantes de la Suprema Personalidad de Dios, Viṣṇu. Por lo tanto, es necesario satisfacerles con la realización de los yajñas prescritos. En los Vedas se establecen distintosyajñas para satisfacer a las diversas categorías de semidioses; en última instancia, todos esos yajñas se ofrecen a la Suprema Personalidad de Dios. Los sacrificios a los semidioses se recomiendan para quienes no pueden entender a la Suprema Personalidad de Dios. En los Vedas se establecen yajñas de distintos tipos, conforme a las cualidades de las personas que los realizan. La adoración de los diversos semidioses se apoya en el mismo principio, es decir, se lleva a cabo en función de las cualidades del adorador. Por ejemplo, a quienes comen carne se les recomienda que adoren a la diosa Kālī, la espantosa forma de la naturaleza material, mediante el sacrificio de animales. Sin embargo, a las personas que se encuentran en el plano de la modalidad de la bondad, se les recomienda la adoración trascendental de Viṣṇu. En última instancia, todos los yajñas tienen por objeto la paulatina elevación hasta la posición trascendental. Para los hombres corrientes es necesaria, como mínimo, la ejecución de los cinco yajñas denominados pañca-mahāyajña.

Debemos saber, no obstante, que todo lo que la sociedad humana necesita para vivir, son los semidioses, los agentes del Señor, quienes se lo proporcionan. Nadie puede fabricar nada. En el caso de los comestibles, por ejemplo, las personas que están en el plano de la modalidad de la bondad necesitan cereales, frutas, verduras, leche y azúcar; los que no son vegetarianos también necesitan carne para comer; y nada de eso lo pueden fabricar los hombres. Otras necesidades de la vida, como, por ejemplo, el calor, la luz, el agua y el aire, tampoco puede fabricarlas la sociedad humana. Sin el Señor Supremo, no puede haber luz del Sol ni de la Luna, ni lluvias y brisas suficientes, sin lo cual no se puede vivir. Es obvio que nuestra vida depende de las cosas que el Señor nos suministra. Nuestras grandes industrias también necesitan de muchísimas materias primas, como metales, azufre, mercurio, manganeso, y tantos otros elementos indispensables; todos ellos nos son suministrados por los agentes del Señor a fin de que les demos un uso adecuado, empleándolos para mantenernos sanos y fuertes y, de ese modo, progresar en la senda de la autorrealización, que nos conduce al objetivo supremo de la vida, la liberación de la lucha por la existencia material. Ese objetivo de la vida puede alcanzarse por medio de la realización de yajñas. Si olvidamos el objetivo de la vida humana y nos limitamos a tomar los dones de los agentes del Señor y complacer con ellos nuestros sentidos, nos enredaremos cada vez más en la existencia material, lo cual no es el verdadero objetivo de la creación. Si actuamos así, seremos unos simples ladrones, y merecemos ser castigados por las leyes de la naturaleza material. Una sociedad de ladrones nunca puede ser feliz, ya que su vida no tiene ningún objetivo. Los materialistas declarados, que son ladrones, no conocen ningún objetivo supremo en la vida. Su única aspiración es la complacencia de los sentidos; carecen incluso del conocimiento acerca de cómo ejecutar yajñas. El Señor Caitanya, sin embargo, ha inaugurado el saṅkīrtana-yajña, que es el yajña de más fácil ejecución y lo puede llevar a cabo en este mundo toda persona que acepte los principios del proceso de conciencia de Kṛṣṇa.

El plan de Hiraṇyakaśipu consistía en matar a los habitantes de la Tierra, de manera que desapareciese la práctica de yajña y que los semidioses, ante esa perturbación, muriesen inmediatamente, tan pronto como el Señor Viṣṇu, el yajñeśvara, fuese matado. Esos eran los demoníacos planes de Hiraṇyakaśipu, que era experto en esa clase de actividades.

Texto

viṣṇur dvija-kriyā-mūlo
yajño dharmamayaḥ pumān
devarṣi-pitṛ-bhūtānāṁ
dharmasya ca parāyaṇam

Palabra por palabra

viṣṇuḥ — el Señor Viṣṇu, la Suprema Personalidad de Dios; dvija — de los brāhmaṇas y kṣatriyas; kriyā-mūlaḥ — cuya raíz es la celebración de yajña y las ceremonias rituales que se mencionan en los Vedas; yajñaḥ — la personificación del yajña (el Señor Viṣṇu, a quien Se conoce con el nombre de yajña-puruṣa); dharma-mayaḥ — lleno de principios religiosos; pumān — la Persona Suprema; deva-ṛṣi — de los semidioses y grandes ṛṣis, como Vyāsadeva y Nārada; pitṛ — de los antepasados; bhūtānām — y de todas las demás entidades vivientes; dharmasya — de los principios religiosos; ca — también; parāyaṇam — el refugio.

Traducción

El principio básico de la cultura brahmínica es satisfacer al Señor Viṣṇu, la personificación de los rituales y ceremonias de sacrificio. El Señor Viṣṇu es el manantial personificado de todos los principios religiosos, y es el refugio de todos los semidioses, de los grandes pitās y de la gente en general. Cuando hayan matado a los brāhmaṇas, no habrá nadie que anime a los kṣatriyas a celebraryajñas; así, los semidioses, faltos de la satisfacción que obtienen del yajña, morirán enseguida.

Significado

Como el Señor Viṣṇu es el punto central de toda la cultura brahmínica, el plan de Hiraṇyakaśipu consistía en matar a Viṣṇu, pues con Viṣṇu muerto, la cultura brahmínica desaparecería también, de modo natural. Entonces, una vez eliminada la cultura brahmínica, dejarían de celebrarse yajñas, y ante la falta de yajñas, también las lluvias dejarían de caer con regularidad (yajñād bhavati parjanyaḥ). El mundo entero se sumiría en grandes perturbaciones, y como consecuencia natural vendría la derrota de los semidioses. Este verso nos da claras indicaciones de las desgracias que tiene que afrontar la sociedad humana cuando se acaba con la civilización védica arya y se impide que los brāhmaṇas celebren ceremonias rituales védicas. Kalau śudra-sambhavaḥ: Como la población del mundo moderno está compuesta de śūdras en su mayor parte, la cultura brahmínica ha desaparecido, y es extremadamente difícil hacer que quede debidamente establecida otra vez. Por esa razón, el Señor Caitanya ha recomendado el canto del santo nombre del Señor, que revivirá la cultura brahmínica sin mayores dificultades.

harer nāma harer nāma
harer nāmaiva kevalam
kalau nāsty eva nāsty eva
nāsty eva gatir anyathā

Debido al aumento de la población demoníaca, la gente ha perdido la cultura brahmínica. Tampoco existen gobiernos kṣatriyas. En su lugar, los gobiernos son democracias en las que cualquier śūdra puede recibir los votos necesarios para asumir las riendas del estado y hacerse con el poder. Debido a los venenosos efectos de Kali-yuga, como el śāstra dice (dasyu-prāyeṣu rājasu, Bhāg. 12.2.13), los gobernantes se comportarán como dasyus, como bandidos. No habrá brāhmaṇas que den instrucciones, e incluso si los hay, no habrá gobernantes kṣatriyas que puedan seguirlas. Pero no solo en Kali-yuga, sino ya mucho antes, en Satya-yuga, en los días en que florecieron los demonios, Hiraṇyakaśipu trazó un plan para destruir la cultura brahmínica y el gobierno kṣatriya y de ese modo crear el caos por todo el mundo. En Satya-yuga, ese plan era muy difícil de poner en práctica, pero en Kali-yuga, era llena de śūdras y demonios, la cultura brahmínica se ha perdido ya y solo se puede revivir por medio del canto del mahā-mantra. Esa es la razón por la que se ha fundado el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa, el movimiento Hare Kṛṣṇa: para revivir sin dificultad la cultura brahmínica, de manera que la gente pueda vivir esta vida feliz y en paz, y se prepare para elevarse en la siguiente. En relación con esto, Śrīla Madhvācārya cita el siguiente verso del Brahmāṇḍa Purāṇa:

vipra-yajñādi-mūlaṁ tu
harir ity āsuraṁ matam
harir eva hi sarvasya
mūlaṁ samyaṅ mato nṛpa

«¡Oh, rey!, los demonios creen que Hari, el Señor Viṣṇu, existe gracias a los brāhmaṇas y al yajña, pero lo cierto es que Hari es la causa de todo, incluyendo a los brāhmaṇas y al yajña». Por lo tanto, con la popularización del hari-kīrtana, es decir, el movimiento de saṅkīrtana, la cultura brahmínica y el gobierno kṣatriya volverán por sí solos, y la gente será extraordinariamente feliz.

Texto

yatra yatra dvijā gāvo
vedā varṇāśrama-kriyāḥ
taṁ taṁ janapadaṁ yāta
sandīpayata vṛścata

Palabra por palabra

yatra yatra — dondequiera; dvijāḥ — los brāhmaṇas; gāvaḥ — las vacas protegidas; vedāḥ — la cultura védica; varṇa-āśrama — de la civilización ārya de cuatro varṇas y cuatro āśramas; kriyāḥ — las actividades; tam tam — a esa; jana-padam — a la ciudad o pueblo; yāta — vayan; sandīpayata — prendan fuego; vṛścata — corten (todos los árboles).

Traducción

Vayan inmediatamente a todos los lugares donde se brinde protección a las vacas y a los brāhmaṇas y donde se estudien los Vedasconforme a los principios del varṇāśrama. Préndanles fuego a todos, y corten por la raíz todos los árboles, que son la fuente de la vida.

Significado

Este verso nos ofrece una descripción indirecta de la verdadera civilización humana. En una civilización humana perfecta tiene que haber una clase de hombres educados por entero como brāhmaṇas perfectos; también debe haber kṣatriyasque sepan gobernar el país conforme a los mandamientos de los śāstras, y vaiśyas que protejan las vacas. La palabra gāvaḥindica que las vacas deben ser protegidas. En la actualidad, la civilización védica se ha perdido, y debido a ello, las vacas no reciben protección; por el contrario, se las mata indiscriminadamente en los mataderos. Esos actos son propios de demonios; y, por lo tanto, esta civilización es demoníaca. El varṇāśrama-dharma, que se menciona en este verso, es esencial para la civilización humana. ¿Cómo va a vivir la gente en paz sin brāhmaṇas que la guíen, sin kṣatriyas que sepan gobernarla perfectamente, y sin vaiśyasperfectos que produzcan alimentos y protejan a las vacas? Es imposible.

Otro aspecto significativo de este verso es que también los árboles deben ser protegidos. Mientras esté vivo, nunca debe cortarse un árbol con fines de explotación industrial. En Kali-yuga los árboles se cortan innecesaria e indiscriminadamente para alimentar a la industria, en especial a la industria del papel, que elabora grandes cantidades de papel para publicar propaganda demoníaca, obras literarias inútiles, grandes cantidades de periódicos, y muchos otros productos. Esto es signo de una sociedad demoníaca. A menos que sea estrictamente necesario para el servicio del Señor Viṣṇu, está prohibido cortar árboles. Yajñārthāt karmaṇo 'nyatra loko 'yaṁ karma-bandhanaḥ: «Toda actividad debe realizarse como un sacrificio en honor de Viṣṇu, pues, de lo contrario, nos encadena al mundo material». Sin embargo, se podría objetar, si las industrias papeleras dejasen de producir papel, ¿cómo se iban a publicar los libros del movimiento Hare Kṛṣṇa? La respuesta es que las empresas papeleras solo deben fabricar el papel necesario para la publicación de las obras del movimiento Hare Kṛṣṇa, pues la impresión de estos libros es para el servicio del Señor Viṣṇu. Estas obras nos revelan nuestra relación con el Señor Viṣṇu; por lo tanto, su publicación es yajñaYajñārthāt karmaṇo 'nyatra loko 'yaṁ karma-bandhanaḥ. Debemos celebrar yajñas, como indican las autoridades superiores. La tala de árboles a fin de fabricar papel para la publicación de obras literarias indeseables es el mayor de los pecados.

Texto

iti te bhartṛ-nirdeśam
ādāya śirasādṛtāḥ
tathā prajānāṁ kadanaṁ
vidadhuḥ kadana-priyāḥ

Palabra por palabra

iti — así; te — ellos; bhartṛ — del señor; nirdeśam — la orden; ādāya — recibir; śirasā — con sus cabezas; ādṛtāḥ — respetar; tathā — así también; prajānām — de todos los ciudadanos; kadanam — persecución; vidadhuḥ — ejecutaron; kadana-priyāḥ — que son expertos en perseguir a otros.

Traducción

De este modo, los demonios, aficionados a causar desastres, se tomaron sobre sus cabezas con gran respeto las instrucciones de Hiraṇyakaśipu y le ofrecieron reverencias. Siguiendo sus órdenes, realizaron actividades llenas de envidia en contra de todos los seres vivos.

Significado

Los seguidores de principios demoníacos, como aquí se explica, sienten una profunda envidia contra la población en general. En la actualidad, tenemos ejemplos de esa envidia en los avances científicos. El descubrimiento de la energía nuclear ha sido desastroso para la gente, pues como consecuencia los demonios están fabricando armas nucleares por todo el mundo. Con respecto a esto es muy significativa la palabra kadana-priyāḥ. Las personas demoníacas que desean acabar con la cultura védica sienten una tremenda envidia de los débiles ciudadanos, y actúan de tal manera que, en última instancia, sus descubrimientos causarán la desgracia de todos (jagato 'hitāḥ). El capítulo dieciséis del Bhagavad-gītā explica que los demonios se ocupan en actividades pecaminosas destinadas a la destrucción de toda la población.

Texto

pura-grāma-vrajodyāna-
kṣetrārāmāśramākarān
kheṭa-kharvaṭa-ghoṣāṁś ca
dadahuḥ pattanāni ca

Palabra por palabra

pura — ciudades y pueblos; grāma — aldeas; vraja — campos de pastoreo; udyāna — jardines y huertos; kṣetra — campos agrícolas; ārāma — bosques naturales; āśrama — ermitas de personas santas; ākarān — y minas (que producían metales valiosos para mantener la cultura brahmínica); kheṭa — aldeas con granjas; kharvaṭa — aldeas de montaña; ghoṣān — las pequeñas aldeas de los pastores de vacas; ca — y; dadahuḥ — quemaron; pattanāni — las capitales; ca — también.

Traducción

Los demonios incendiaron las ciudades, aldeas, campos de pastoreo, establos de vacas, jardines, huertos, sembrados y bosques naturales. Quemaron las ermitas de las personas santas, las minas importantes, que producían metales preciosos, los lugares en que vivían los agricultores, las aldeas de montaña y las aldeas de los pastores dedicados a la protección de las vacas. También quemaron las capitales del gobierno.

Significado

La palabra udyāna se refiere a los lugares en que se cultivan árboles que dan frutas y flores, los cuales son muy importantes para la civilización humana. En el Bhagavad-gītā (9.26) Kṛṣṇa dice:

patraṁ puṣpaṁ phalaṁ toyaṁ
yo me bhaktyā prayacchati
tad ahaṁ bhakty-upahṛtam
aśnāmi prayatātmanaḥ

«Si alguien Me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, fruta o agua, Yo lo aceptaré». Al Señor Le gustan mucho las frutas y las flores. Si deseamos complacer a la Suprema Personalidad de Dios, podemos ofrecerle simplemente frutas y flores; el Señor Se complacerá en aceptarlas. Nuestro único deber es complacer al Dios Supremo (saṁsiddhir hari-toṣaṇam). En todo lo que hagamos, y en cualquiera que sea nuestra ocupación, nuestro principal objetivo debe ser complacer al Señor Supremo. Todos los lugares que se mencionan en este verso están especialmente destinados a la satisfacción del Señor, y no a satisfacer nuestros propios sentidos. El gobierno —y, en verdad, la sociedad entera— debe estructurarse de manera tal que todo el mundo aprenda a satisfacer a la Suprema Personalidad de Dios. Pero, por desdicha, y especialmente en esta era: na te viduḥ svārtha-gatiṁ hi viṣṇum: La gente no sabe que el objetivo más elevado de la vida humana es complacer al Señor Viṣṇu. Por el contrario, y al igual que los demonios, hacen constantes planes para matar a Viṣṇu y ser felices mediante la complacencia de los sentidos.

Texto

kecit khanitrair bibhiduḥ
setu-prākāra-gopurān
ājīvyāṁś cicchidur vṛkṣān
kecit paraśu-pāṇayaḥ
prādahañ śaraṇāny eke
prajānāṁ jvalitolmukaiḥ

Palabra por palabra

kecit — algunos de los demonios; khanitraiḥ — con herramientas para cavar; bibhiduḥ — rompieron en pedazos; setu — puentes; prākāra — murallas de protección; gopurān — puertas de ciudad; ājīvyān — la fuente de sustento; cicchiduḥ — cortaron; vṛkṣān — árboles; kecit — algunos; paraśu-pāṇayaḥ — con hachas en la mano; prādahan — quemaron; śaraṇāni — las moradas; eke — otros demonios; prajānām — de los ciudadanos; jvalita — ardiendo; ulmukaiḥ — con antorchas.

Traducción

Algunos de los demonios, provistos de herramientas para cavar, echaron abajo los puentes y las murallas y puertas [gopuras] que protegían las ciudades. Otros cortaron a golpes de hacha los árboles útiles, como el mango, el de la fruta jack y otros que daban también frutas alimenticias. Y otros se armaron con antorchas y prendieron fuego a las casas de los ciudadanos.

Significado

En general, está prohibido cortar árboles, y, en particular, no se deben cortar los árboles que dan frutas que sirven de alimento a la sociedad humana. Las especies de árboles frutales varían de país en país. En la India destacan los árboles del mango y de la fruta jack, y en otros lugares, además de esos árboles, también hay cocoteros y arbustos que dan bayas. Los árboles que dan frutas que sirven al hombre de alimento no se deben cortar nunca. Así lo ordenan los śāstras.

Texto

evaṁ viprakṛte loke
daityendrānucarair muhuḥ
divaṁ devāḥ parityajya
bhuvi cerur alakṣitāḥ

Palabra por palabra

evam — así; viprakṛte — perturbada; loke — cuando toda la gente; daitya-indra-anucaraiḥ — por los seguidores de Hiraṇyakaśipu, el rey de los daityas; muhuḥ — una y otra vez; divam — los planetas celestiales; devāḥ — los semidioses; parityajya — abandonar; bhuvi — sobre el planeta Tierra; ceruḥ — recorrieron (para ver la magnitud del problema); alakṣitāḥ — sin ser vistos por los demonios.

Traducción

Agobiados por las repetidas desgracias que, de forma inusitada, les causaban los seguidores de Hiraṇyakaśipu, la gente tuvo que abandonar las actividades propias de la cultura védica. Los semidioses, al dejar de recibir los resultados de los yajñas, también sufrieron los trastornos ocasionados. Salieron de sus residencias en los planetas celestiales, y sin que los demonios les viesen, recorrieron el planeta Tierra para ver los desastres causados.

Significado

Como se afirma en el Bhagavad-gītā, la ejecución de yajñas repercute en forma de buena fortuna tanto para los seres humanos como para los semidioses. Cuando los demonios interrumpieron las prácticas de yajña con sus agresiones, los semidioses se encontraron naturalmente privados de los resultados del yajña y con grandes obstáculos para la ejecución de sus respectivos deberes. Entonces descendieron al planeta Tierra para ver la anómala situación en que se encontraba la gente y considerar las medidas a tomar.

Texto

hiraṇyakaśipur bhrātuḥ
samparetasya duḥkhitaḥ
kṛtvā kaṭodakādīni
bhrātṛ-putrān asāntvayat

Palabra por palabra

hiraṇyakaśipuḥ — Hiraṇyakaśipu; bhrātuḥ — del hermano; samparetasya — difunto; duḥkhitaḥ — muy afligido; kṛtvā — realizar; kaṭodaka-ādīni — ceremonias que se observan después de la muerte; bhrātṛ-putrān — a los hijos de su hermano; asāntvayat — calmó.

Traducción

Tras observar las ceremonias rituales por la muerte de su hermano, Hiraṇyakaśipu, que sentía un enorme dolor, trató de calmar a sus sobrinos.

Texto

śakuniṁ śambaraṁ dhṛṣṭiṁ
bhūtasantāpanaṁ vṛkam
kālanābhaṁ mahānābhaṁ
hariśmaśrum athotkacam
tan-mātaraṁ ruṣābhānuṁ
ditiṁ ca jananīṁ girā
ślakṣṇayā deśa-kāla-jña
idam āha janeśvara

Palabra por palabra

śakunim — a Śakuni; śambaram — a Śambara; dhṛṣṭim — a Dhṛṣṭi; bhūtasantāpanam — a Bhūtasantāpana; vṛkam — a Vṛka; kālanābham — a Kālanābha; mahānābham — a Mahānābha; hariśmaśrum — a Hariśmaśru; atha — así como; utkacam — a Utkaca; tat-mātaram — a la madre de estos; ruṣābhānum — a Ruṣābhānum; ditim — a Diti; ca — y; jananīm — a su propia madre; girā — con palabras; ślakṣṇayā — muy dulces; deśa-kāla-jñaḥ — que era muy experto en comprender el momento y la situación; idam — este; āha — dijo; jana-īśvara — ¡oh, rey!

Traducción

¡Oh, rey!, Hiraṇyakaśipu era un gran político, y a pesar de que estaba extremadamente iracundo, supo cómo actuar conforme a la situación y el momento. Con dulces palabras, se dispuso a tranquilizar a sus sobrinos, Śakuni, Śambara, Dhṛṣṭi, Bhūtasantāpana, Vṛka, Kālanābha, Mahānābha, Hariśmaśru y Utkaca. Consoló también a su cuñada, Ruṣābhānu, que era la madre de todos ellos, así como a Diti, su propia madre. Sus palabras fueron las siguientes.

Texto

śrī-hiraṇyakaśipur uvāca
ambāmba he vadhūḥ putrā
vīraṁ mārhatha śocitum
ripor abhimukhe ślāghyaḥ
śūrāṇāṁ vadha īpsitaḥ

Palabra por palabra

śrī-hiraṇyakaśipuḥ uvāca — Hiraṇyakaśipu dijo; amba amba — ¡madre, madre!; he — ¡oh!; vadhūḥ — ¡cuñada!; putrāḥ — ¡oh, hijos de mi hermano!; vīram — el héroe; — no; arhatha — merecen; śocitum — lamentarse por; ripoḥ — al enemigo; abhimukhe — frente; ślāghyaḥ — gloriosa; śūrāṇām — de los que son verdaderamente grandes; vadhaḥ — muerte; īpsitaḥ — deseada.

Traducción

Hiraṇyakaśipu dijo: Querida madre, querida cuñada, queridos sobrinos, no deben lamentarse por la muerte de este gran héroe, pues la muerte de un héroe ante su enemigo es gloriosa y deseable.

Texto

bhūtānām iha saṁvāsaḥ
prapāyām iva suvrate
daivenaikatra nītānām
unnītānāṁ sva-karmabhiḥ

Palabra por palabra

bhūtānām — de todas las entidades vivientes; iha — en este mundo material; saṁvāsaḥ — el vivir juntas; prapāyām — en una fuente de agua fresca; iva — como; su-vrate — ¡oh, mi buena madre!; daivena — por una voluntad superior; ekatra — a un lugar; nītānām — de los que son llevados; unnītānām — de los que se separan; sva-karmabhiḥ — por sus propias reacciones.

Traducción

Mi querida madre, a veces muchos viajeros coinciden en un restaurante o en una fuente de agua fresca, pero después de beber, cada uno continúa rumbo a su propio destino. Del mismo modo, las entidades vivientes se reúnen formando una familia, y más tarde, como resultado de sus propias acciones, se separan para seguir cada una hacia un destino diferente.

Significado

prakṛteḥ kriyamāṇāni
guṇaiḥ karmāṇi sarvaśaḥ
ahaṅkāra-vimūḍhātmā
kartāham iti manyate

«El alma que está confundida por la influencia del ego falso, se cree la autora de actividades que en realidad son ejecutadas por las tres modalidades de la naturaleza material» (Bg. 3.27). Todas las entidades vivientes actúan ateniéndose estrictamente a las indicaciones de prakṛti, la naturaleza material, pues en el mundo material dependemos por completo de un control superior. Todas las entidades vivientes del mundo material han venido aquí únicamente por su deseo de ser iguales a Kṛṣṇa en posibilidades de disfrutar; de ese modo, han sido enviadas a este mundo para quedar en mayor o menor grado sometidas al condicionamiento de la naturaleza material. Las supuestas familias del mundo material no son más que una combinación de varias personas en un hogar para cumplir con la condena que les ha sido impuesta. Igual que los presos comunes, que se separan tan pronto como cumplen condena y quedan en libertad, también nosotros vivimos juntos durante un tiempo, formando una familia, para después seguir hacia nuestros respectivos destinos. Se da también el ejemplo de que los miembros de una familia son como briznas de hierba arrastradas por la corriente de un río. A veces, en algún remolino, esas briznas de hierba se juntan, pero más tarde la misma corriente vuelve a separarlas; a partir de entonces flotan solas en el agua.

Aunque era un demonio, Hiraṇyakaśipu poseía conocimiento y comprensión de los Vedas. Así, el consejo que dio a sus familiares —cuñada, madre y sobrinos— era perfectamente válido. Los demonios tienen fama de ser muy elevados en lo que a conocimiento se refiere, pero se les considera demonios porque no emplean su gran inteligencia en el servicio del Señor. Los semidioses, sin embargo, actúan con gran inteligencia para satisfacer a la Suprema Personalidad de Dios. Esto se confirma en elŚrīmad-Bhāgavatam (1.2.13) con las siguientes palabras:

ataḥ pumbhir dvija-śreṣṭhā
varṇāśrama-vibhāgaśaḥ
svanuṣṭhitasya dharmasya
saṁsiddhir hari-toṣaṇam

«¡Oh, el mejor entre los nacidos por segunda vez!, se concluye, entonces, que la perfección más elevada que se puede alcanzar mediante el desempeño de los deberes prescritos [dharma] conforme a las divisiones en castas y órdenes de vida es complacer al Señor Hari». Para llegar a ser semidioses o seres divinos, debemos satisfacer a la Suprema Personalidad de Dios, cualquiera que sea nuestra ocupación.

Texto

nitya ātmāvyayaḥ śuddhaḥ
sarvagaḥ sarva-vit paraḥ
dhatte ’sāv ātmano liṅgaṁ
māyayā visṛjan guṇān

Palabra por palabra

nityaḥ — eterna; ātmā — el alma espiritual; avyayaḥ — inagotable; śuddhaḥ — totalmente libre de contaminación material; sarva-gaḥ — con la capacidad de ir a todas partes, en los mundos materiales y espirituales; sarva-vit — llena de conocimiento; paraḥ — trascendental a las condiciones materiales; dhatte — acepta; asau — el ātmā, o ser vivo; ātmanaḥ — del ser; liṅgam — un cuerpo; māyayā — por la energía material; visṛjan — creando; guṇān — diversas cualidades materiales.

Traducción

El alma espiritual, la entidad viviente, nunca muere, pues es eterna e inagotable. Como está libre de la contaminación material, puede ir a cualquier lugar, tanto en los mundos materiales como en los espirituales. Goza de conciencia plena, y es completamente distinta del cuerpo material; sin embargo, por haberse desviado, abusando de su pequeña independencia, se ve obligada a recibir cuerpos densos y sutiles creados por la energía material; así queda sujeta a los supuestos materiales de la felicidad y la aflicción. Por lo tanto, nadie debe lamentarse porque un alma espiritual abandone el cuerpo.

Significado

Hiraṇyakaśipu explicó con gran inteligencia la posición del alma. El alma nunca es el cuerpo; el alma y el cuerpo siempre son completamente distintos. Al ser eterna e inagotable, el alma no muere nunca; sin embargo, esa misma alma pura, cuando desea disfrutar del mundo material de modo independiente, queda supeditada a las condiciones de la naturaleza material y tiene que recibir un determinado cuerpo y sufrir los dolores y placeres que de él se derivan. Esto lo explica también Kṛṣṇa en elBhagavad-gītā (13.22): kāraṇaṁ guṇa-saṅgo 'sya sad-asad-yoni-janmasu: La entidad viviente nace en distintas familias o especies de vida debido a que está contaminada por las modalidades de la naturaleza material. Bajo el condicionamiento de la naturaleza material, la entidad viviente tiene que aceptar un determinado tipo de cuerpo, que la naturaleza le ofrece bajo la supervisión del Señor Supremo.

īśvaraḥ sarva-bhūtānāṁ
hṛd-deśe ’rjuna tiṣṭhati
bhrāmayan sarva-bhūtāni
yantrārūḍhāni māyayā

«El Señor Supremo Se encuentra en el corazón de todos, ¡oh, Arjuna!, y dirige los movimientos de todas las entidades vivientes, que están sentadas como en una máquina hecha de energía material» (Bg. 18.61). El cuerpo es como una máquina, y la entidad viviente, conforme a su karma, recibe un determinado tipo de máquina para ir de un lugar a otro bajo el control de la naturaleza material. Ese proceso continúa hasta que se entrega a la Suprema Personalidad de Dios (māṁ eva ye prapadyante māyām etāṁ taranti te). Hasta ese momento, el alma condicionada es llevada de vida en vida por disposición de la naturaleza material.

Texto

yathāmbhasā pracalatā
taravo ’pi calā iva
cakṣuṣā bhrāmyamāṇena
dṛśyate calatīva bhūḥ

Palabra por palabra

yathā — tal como; ambhasā — por agua; pracalatā — moverse; taravaḥ — los árboles (en la orilla del río); api — también; calāḥ — moverse; iva — como si; cakṣuṣā — por el ojo; bhrāmyamāṇena — moverse; dṛśyate — se ve; calatī — moverse; iva — como si; bhūḥ — la tierra.

Traducción

Debido a los movimientos del agua, los árboles de la orilla, reflejados en el río, también parecen moverse. De manera similar, cuando los ojos se mueven debido a algún trastorno de la mente, también la tierra parece moverse.

Significado

A veces, debido a desórdenes de la mente, la tierra parece moverse. Los borrachos y los enfermos de corazón, por ejemplo, a veces tienen la sensación de que el suelo se mueve. Del mismo modo, también los árboles reflejados en la corriente de un río parecen moverse. Todo ello no es más que la acción de māyā. En realidad, la entidad viviente no se mueve (sthāṇur acalo 'yam). La entidad viviente no nace ni muere, pero debido a los cuerpos densos y sutiles, que son temporales parece que se mueve de un lugar a otro, o parece estar muerta y haberse ido para siempre. En palabras del gran poeta vaiṣṇava bengalí Jagadānanda Paṇḍit:

piśācī pāile yena mati-cchanna haya
māyā-grasta jīvera haya se bhāva udaya

Según este verso del Prema-vivarta, la entidad viviente sometida al condicionamiento de la naturaleza material es como una persona poseída por un fantasma. Debemos, pues, entender que el alma espiritual permanece en una posición fija, y que, arrastrada por las olas de la naturaleza material, pasa por distintos cuerpos y situaciones caracterizadas por el anhelo y la lamentación. El éxito en la vida se alcanza cuando comprendemos la posición constitucional de nuestro propio ser y no nos perturbamos ante los condicionamientos creados por la naturaleza material (prakṛteḥ kriyamāṇāni guṇaiḥ karmāṇi sarvaśaḥ).

Texto

evaṁ guṇair bhrāmyamāṇe
manasy avikalaḥ pumān
yāti tat-sāmyatāṁ bhadre
hy aliṅgo liṅgavān iva

Palabra por palabra

evam — de este modo; guṇaiḥ — por las modalidades de la naturaleza material; bhrāmyamāṇe — cuando es sacudida; manasi — la mente; avikalaḥ — inmutable; pumān — la entidad viviente; yāti — se acerca; tat-sāmyatām — la misma condición agitada que la mente; bhadre — ¡oh, mi dulce madre!; hi — en verdad; aliṅgaḥ — sin cuerpo denso ni sutil; liṅga-vān — con un cuerpo material; iva — como si.

Traducción

Del mismo modo, ¡oh, mi dulce madre!, cuando la mente se agita con los movimientos de las modalidades de la naturaleza material, la entidad viviente, aunque está libre de las diversas fases de los cuerpos densos y sutiles, cree que ha cambiado y que ha pasado de una condición a otra.

Significado

En el Śrīmad-Bhāgavatam (10.84.13), se afirma:

yasyātma-buddhiḥ kuṇape tri-dhātuke
sva-dhīḥ kalatrādiṣu bhauma-ijya-dhīḥ
yat-tīrtha-buddhiḥ salile na karhicij
janeṣv abhijñeṣu sa eva go-kharaḥ

«El ser humano que identifica el ser con el cuerpo hecho de tres elementos, que considera que los subproductos del cuerpo son sus familiares, que considera adorable la tierra en que ha nacido, y que va a los lugares de peregrinaje simplemente para bañarse, en vez de buscar a los hombres de conocimiento trascendental que allí se encuentran, debe ser considerado como una vaca o un asno». Hiraṇyakaśipu, a pesar de ser un gran demonio, no era tan necio como la población actual del mundo. Hiraṇyakaśipu poseía un conocimiento claro acerca del alma espiritual y de los cuerpos denso y sutil; en la actualidad, sin embargo, estamos tan degradados que todo el mundo, e incluso los más eminentes científicos, filósofos y demás líderes, están sometidos a la influencia del concepto corporal de la vida, concepto que se censura en los śāstrasSa eva go-kharaḥ: Esas personas no son más que vacas y asnos.

Hiraṇyakaśipu aconsejó a sus familiares que no se lamentasen a pesar del dolor que les causaba la muerte del cuerpo denso de Hiraṇyākṣa, pues la gran alma de Hiraṇyākṣa ya habría alcanzado su siguiente destino. Ātmā, el alma espiritual, es siempre inmutable (avikalaḥ pumān). Somos almas espirituales; pero cuando somos arrastrados por las actividades mentales (manodharma), sufrimos a causa de las supuestas condiciones materiales de la vida. Eso es lo que les ocurre a todos los no devotos. Harāv abhaktasya kuto mahad-guṇāḥ: Puede ser que algunos no devotos posean unas cualidades materiales sublimes, pero como son necios, carecen de verdaderas buenas cualidades. Las falsas identificaciones del alma condicionada en el mundo material son adornos en un cuerpo muerto. El alma condicionada carece de información acerca del espíritu y de su gloriosa existencia más allá de los efectos del condicionamiento material.

Texto

eṣa ātma-viparyāso
hy aliṅge liṅga-bhāvanā
eṣa priyāpriyair yogo
viyogaḥ karma-saṁsṛtiḥ
sambhavaś ca vināśaś ca
śokaś ca vividhaḥ smṛtaḥ
avivekaś ca cintā ca
vivekāsmṛtir eva ca

Palabra por palabra

eṣaḥ — esta; ātma-viparyāsaḥ — confusión de la entidad viviente; hi — en verdad; aliṅge — en la que no posee un cuerpo material; liṅga-bhāvanā — identificar el cuerpo material con el ser; eṣaḥ — este; priya — con aquellos que son muy queridos; apriyaiḥ — y con los que no son queridos (enemigos, los que no pertenecen a la familia, etc.); yogaḥ — relación; viyogaḥ — separación; karma — los frutos de la acción; saṁsṛtiḥ — la condición material de la vida; sambhavaḥ — aceptar el nacimiento; ca — y; vināśaḥ — aceptar la muerte; ca — y; śokaḥ — lamentación; ca — y; vividhaḥ — diversidades; smṛtaḥ — mencionadas en las Escrituras; avivekaḥ — falta de discriminación; ca — también; cintā — ansiedad; ca — y; viveka — de discriminación adecuada; asmṛtiḥ — olvido; eva — en verdad; ca — también.

Traducción

La entidad viviente que se encuentra confundida identifica el cuerpo y la mente con el ser y considera a unos hombres sus parientes, mientras otros le son extraños. Debido a ese concepto erróneo, sufre. En verdad, la acumulación de esas ideas materiales inventadas es la causa del sufrimiento y de la supuesta felicidad del mundo material. En ese estado, el alma condicionada tiene que nacer en diversas especies y actuar con diversos tipos de conciencia, creando con ello nuevos cuerpos. Esa vida material continuada recibe el nombre de saṁsāra. El nacimiento, la muerte, la lamentación, la necedad y la ansiedad se deben a esas consideraciones materiales. De ese modo, a veces llegamos a entender las cosas correctamente, y a veces caemos de nuevo en una concepción equivocada de la vida.

Texto

atrāpy udāharantīmam
itihāsaṁ purātanam
yamasya preta-bandhūnāṁ
saṁvādaṁ taṁ nibodhata

Palabra por palabra

atra — a este respecto; api — en verdad; udāharanti — ellos citan; imam — esta; itihāsam — historia; purātanam — muy antigua; yamasya — de Yamarāja, el superintendente de la muerte, que juzga al hombre después de la muerte; preta-bandhūnām — de los amigos de un difunto; saṁvādam — exposición; tam — esa; nibodhata — traten de entender.

Traducción

A este respecto, hay una vieja historia que puede servir de ejemplo; la historia recoge las palabras de Yamarāja ante las amistades de un difunto. Por favor, escúchenla atentamente.

Significado

Las palabras itihāsaṁ purātanam significan «una vieja historia». Los Purāṇas no siguen un orden cronológico, pero los episodios que se narran en ellos son historias verdaderas ocurridas en eras remotas. El Śrīmad-Bhāgavatam es el Mahā-purāṇa, la esencia de todos los Purāṇas. Los eruditos māyāvādīs no aceptan la autoridad de los Purāṇas; pero Śrīla Madhvācārya y todas las demás autoridades los aceptan y los consideran la historia del mundo más autorizada.

Texto

uśīnareṣv abhūd rājā
suyajña iti viśrutaḥ
sapatnair nihato yuddhe
jñātayas tam upāsata

Palabra por palabra

uśīnareṣu — en el estado de Uśīnara; abhūt — había; rājā — un rey; suyajñaḥ — Suyajña; iti — así; viśrutaḥ — famoso; sapatnaiḥ — por enemigos; nihataḥ — matado; yuddhe — en la guerra; jñātayaḥ — los familiares; tam — de él; upāsata — se sentaron alrededor.

Traducción

En el estado de Uśīnara vivía un famoso rey llamado Suyajña. Cuando cayó ante sus enemigos en una batalla, sus familiares se sentaron alrededor del cadáver y comenzaron a lamentar la muerte de su amigo.

Texto

viśīrṇa-ratna-kavacaṁ
vibhraṣṭābharaṇa-srajam
śara-nirbhinna-hṛdayaṁ
śayānam asṛg-āvilam
prakīrṇa-keśaṁ dhvastākṣaṁ
rabhasā daṣṭa-dacchadam
rajaḥ-kuṇṭha-mukhāmbhojaṁ
chinnāyudha-bhujaṁ mṛdhe
uśīnarendraṁ vidhinā tathā kṛtaṁ
patiṁ mahiṣyaḥ prasamīkṣya duḥkhitāḥ
hatāḥ sma nātheti karair uro bhṛśaṁ
ghnantyo muhus tat-padayor upāpatan

Palabra por palabra

viśīrṇa — esparcidos por todas partes; ratna — hecha de joyas; kavacam — armadura protectora; vibhraṣṭa — desprendidos; ābharaṇa — adornos; srajam — collares de flores; śara-nirbhinna — herido con flechas; hṛdayam — el corazón; śayānam — yaciendo; asṛk-āvilam — lleno de sangre; prakīrṇa-keśam — con los cabellos sueltos y despeinados; dhvasta-akṣam — con los ojos sin brillo; rabhasā — con ira; daṣṭa — mordidos; dacchadam — sus labios; rajaḥ-kuṇṭha — cubierta de tierra; mukha-ambhojam — su cara, que antes era como una flor de loto; chinna — seccionados; āyudha-bhujam — los brazos y las armas; mṛdhe — en el campo de batalla; uśinara-indram — el señor del estado de Uśīnara; vidhinā — por la providencia; tathā — así; kṛtam — forzado a caer en esa condición; patim — al esposo; mahiṣyaḥ — las reinas; prasamīkṣya — al ver; duḥkhitāḥ — muy afligidas; hatāḥ — matadas; sma — ciertamente; nātha — ¡oh, esposo!; iti — así; karaiḥ — con las manos; uraḥ — el pecho; bhṛśam — constantemente; ghnantyaḥ — golpeando; muhuḥ — una y otra vez; tat-padayoḥ — a los pies del rey; upāpatan — cayeron.

Traducción

Con la enjoyada armadura de oro destrozada, los adornos y collares de flores por el suelo; los cabellos sueltos y despeinados, y los ojos sin brillo, el rey yacía muerto en el campo de batalla, con el cuerpo lleno de sangre y el corazón atravesado por las flechas del enemigo. En el momento de morir se había mordido los labios con el deseo de mostrar su valor, y los dientes mantenían aún ese mismo gesto. Su hermosa cara de loto estaba ahora negra, cubierta con la tierra del campo de batalla. Y con los brazos rotos y seccionados, todavía empuñaba su espada y demás armas. Cuando las esposas del rey de Uśīnara vieron a su esposo que yacía en aquella condición, comenzaron a llorar: «¡Oh, señor!, con tu muerte, nos han matado a nosotras también». Repitiendo esas palabras una y otra vez y golpeándose el pecho, cayeron a los pies del rey muerto.

Significado

Como se afirma en este verso: rabhasā daṣṭa-dacchadam: Mientras luchaba con gran ira, el difunto rey se había mordido los labios para mostrar su valor, pero aun así, la providencia (vidhinā) había dispuesto que le matasen. Esto demuestra que estamos bajo el control de autoridades superiores; nuestro poder, nuestro esfuerzo personal, no siempre es supremo. Por lo tanto, debemos aceptar la situación que se nos ofrezca por orden del Supremo.

Texto

rudatya uccair dayitāṅghri-paṅkajaṁ
siñcantya asraiḥ kuca-kuṅkumāruṇaiḥ
visrasta-keśābharaṇāḥ śucaṁ nṛṇāṁ
sṛjantya ākrandanayā vilepire

Palabra por palabra

rudatyaḥ — llorar; uccaiḥ — en voz muy alta; dayita — de su querido esposo; aṅghri-paṅkajam — los pies de loto; siñcantyaḥ — humedecer; asraiḥ — con lágrimas; kuca-kuṅkuma-aruṇaiḥ — que estaban rojas del kuṅkuma que cubría sus senos; visrasta — sueltos; keśa — cabellos; ābharaṇāḥ — y alhajas; śucam — dolor; nṛṇām — de la gente; sṛjantyaḥ — crear; ākrandanayā — con llantos lastimeros; vilepire — comenzaron a lamentarse.

Traducción

Las reinas lloraban desconsoladas, y sus lágrimas resbalaban por sus senos y enrojecían con el polvo de kuṅkuma antes de caer a los pies de loto de su marido. Se les soltaron los cabellos, se les cayeron las alhajas, y de este modo comenzaron a lamentarse por la muerte de su esposo con una actitud que despertaba la compasión en el corazón de los allí presentes.

Texto

aho vidhātrākaruṇena naḥ prabho
bhavān praṇīto dṛg-agocarāṁ daśām
uśīnarāṇām asi vṛttidaḥ purā
kṛto ’dhunā yena śucāṁ vivardhanaḥ

Palabra por palabra

aho — ¡ay!; vidhātrā — por la providencia; akaruṇena — que no tiene misericordia; naḥ — nuestro; prabho — ¡oh, señor!; bhavān — Tu Señoría; praṇītaḥ — llevado; dṛk — de la vista; agocarām — más allá del alcance; daśām — a un estado; uśīnarāṇām — para los habitantes del estado de Uśīnara; asi — tú eras; vṛtti-daḥ — quien da el sustento; purā — en el pasado; kṛtaḥ — terminado; adhunā — ahora; yena — por quien; śucām — de lamentación; vivardhanaḥ — aumentar.

Traducción

¡Oh, señor!, la cruel providencia te ha llevado a un estado que se encuentra más allá del alcance de nuestra vista. Tú velaste por el sustento diario de los habitantes de Uśīnara, y supiste hacerles felices; pero ahora tu situación es la causa de su desdicha.

Texto

tvayā kṛtajñena vayaṁ mahī-pate
kathaṁ vinā syāma suhṛttamena te
tatrānuyānaṁ tava vīra pādayoḥ
śuśrūṣatīnāṁ diśa yatra yāsyasi

Palabra por palabra

tvayā — tú; kṛtajñena — una personalidad muy agradecida; vayam — nosotras; mahī-pate — ¡oh, rey!; katham — cómo; vinā — sin; syāma — vamos a existir; suhṛt-tamena — nuestro mejor amigo; te — de ti; tatra — allí; anuyānam — las seguidoras; tava — de ti; vīra — ¡oh, héroe!; pādayoḥ — de los pies de loto; śuśrūṣatīnām — de quienes se ocupan en el servicio; diśa — por favor, ordena; yatra — donde; yāsyasi — vas a ir.

Traducción

¡Oh, rey!, ¡oh, héroe!, tú fuiste un esposo muy agradecido, nuestro amigo más sincero. ¿Cómo vamos a vivir sin ti? ¡Oh, héroe!, adonde sea que te estés dirigiendo, por favor, guíanos hacia allí, de manera que podamos seguir tus pasos y ocuparnos de nuevo en tu servicio. ¡Deja que vayamos contigo!

Significado

En el pasado, los reyes kṣatriyas solían tener muchas esposas; después de la muerte del rey, y en especial si moría en el campo de batalla, todas las reinas seguían el proceso de saha-māraṇa y morían con el esposo, que para ellas era su misma vida. A la muerte de Pāṇḍu Mahārāja, el padre de los Pāṇḍavas, sus dos esposas, es decir, la madre de Yudhiṣṭhira, Bhīma y Arjuna, y la madre de Nakula y Sahadeva, se disponían a morir en la pira funeraria junto con él. Pero, tras llegar a un acuerdo, decidieron que Kuntī seguiría viva para cuidar de los niños pequeños, y que la otra esposa, Mādrī, podría morir con su esposo. Ese sistema de saha-māraṇa siguió vigente en la India incluso hasta la época del gobierno británico, pero más tarde se fue eliminando, pues, con el avance de Kali-yuga, la actitud de las esposas había ido cambiando. De ese modo, el sistema de saha-māraṇa ha quedado prácticamente abolido. No obstante, no hace más de cincuenta años, vi personalmente a una mujer, la esposa de un médico, que por su propia voluntad decidió morir junto con su esposo. Ambos fueron llevados en procesión en el carro mortuorio. Ese intenso amor de una casta esposa por su marido es fuera de lo común.

Texto

evaṁ vilapatīnāṁ vai
parigṛhya mṛtaṁ patim
anicchatīnāṁ nirhāram
arko ’staṁ sannyavartata

Palabra por palabra

evam — así; vilapatīnām — de las reinas que se lamentaban; vai — en verdad; parigṛhya — tomando sobre sus regazos; mṛtam — al muerto; patim — esposo; anicchatīnām — sin desear; nirhāram — llevar el cuerpo a la ceremonia funeraria; arkaḥ — el Sol; astam — a la posición del ocaso; sannyavartata — pasó.

Traducción

Había llegado el momento de la cremación del cuerpo, pero las reinas no permitían que se lo llevasen, y continuaban lamentándose por el cuerpo muerto, que sostenían en sus regazos. Para entonces, el Sol había completado su recorrido y se ocultaba por el oeste.

Significado

Según el sistema védico, cuando una persona muere durante el día, la costumbre es que sus ceremonias funerarias se celebren antes de que se ponga el Sol, tanto si va a ser quemada como enterrada; si muere de noche, el funeral debe haberse completado antes de que salga el Sol. Parece ser que las reinas continuaban lamentándose por el cuerpo muerto, aquel montón de materia, y no permitían que se lo llevasen para incinerarlo. Este ejemplo sirve para ilustrar lo fuerte que es el nudo de la ilusión entre las personas necias que identifican el cuerpo con el ser. Por lo general, a las mujeres se las considera poco inteligentes. Llevadas únicamente por la ignorancia, las reinas pensaban que aquel cadáver era su esposo, y que mientras tuviesen el cadáver con ellas de alguna forma, su esposo también estaría con ellas. Ese concepto del ser es ciertamente apropiado para go-khara, las vacas y los asnos. En la vida real hemos visto que a veces, cuando una vaca pierde su cría, el lechero la engaña poniéndole delante el cuerpo muerto del ternero. Así, la vaca, que de otra forma no permitiría que la ordeñasen, lame el cadáver del ternero y se deja ordeñar. Esto apoya la afirmación del śāstra que compara al hombre necio que está bajo la influencia del concepto corporal de la vida, con una vaca. Y no son solamente esos tontos los que identifican el cuerpo con el ser; también hemos visto a los discípulos de un falso yogī retener durante varios días el cadáver de su guru, pensando que se encontraba en estado de samādhi. Solo permitieron la incineración de su cuerpo cuando, por desdicha, los olores de la descomposición comenzaron a imponerse al poder yóguico. El concepto corporal de la vida es especialmente fuerte entre las personas necias, a quienes se compara con vacas y asnos. Hoy en día, los grandes científicos están tratando de congelar cuerpos muertos para que en el futuro, al descongelarlos, puedan volver a la vida. El episodio histórico que Hiraṇyakaśipu está narrando debe de haber ocurrido hace millones de años, ya que el propio Hiraṇyakaśipu —que estaba recordando un suceso que ya era historia— vivió hace millones de años. Así que ese episodio fue anterior a la vida de Hiraṇyakaśipu, pero la ignorancia propia del concepto corporal de la vida sigue siendo la misma, y no solo entre la gente corriente, sino incluso entre los científicos, que creen en la posibilidad de revivir cadáveres congelados.

Parece ser que las reinas tenían miedo de morir con el cadáver de su esposo, y por eso no querían dejar que se lo llevasen para incinerarlo.

Texto

tatra ha preta-bandhūnām
āśrutya paridevitam
āha tān bālako bhūtvā
yamaḥ svayam upāgataḥ

Palabra por palabra

tatra — ahí; ha — ciertamente; preta-bandhūnām — de los amigos y parientes del rey muerto; āśrutya — escuchar; paridevitam — los lamentos en voz alta (tan alta que se podían oír desde el planeta de Yamarāja); āha — dijo; tān — a ellas (las reinas que se lamentaban); bālakaḥ — un niño; bhūtvā — volviéndose; yamaḥ — Yama-rāja, el superintendente de la muerte; svayam — en persona; upāgataḥ — después de ir.

Traducción

El llanto de las reinas que se lamentaban por el cuerpo del rey se oyó incluso en la morada de Yamarāja, quien, adoptando una forma de niño, se acercó personalmente a los familiares del cuerpo muerto y les aconsejó con las siguientes palabras.

Significado

A veces la entidad viviente se ve obligada a abandonar el cuerpo y a entrar en otro conforme a la sentencia de Yamarāja. Sin embargo, al alma condicionada le es difícil entrar en otro cuerpo si antes no se destruye el que tenía mediante la cremación o por cualquier otro medio. El ser vivo está apegado a su cuerpo actual y no desea entrar en otro; debido a ello, mientras no acepta un nuevo cuerpo, permanece en forma de fantasma. Si el ser vivo que ha abandonado el cuerpo ha llevado una vida piadosa, Yamarāja le ayudará proporcionándole otro cuerpo. En este caso, el ser vivo que habitaba en el cuerpo del rey tenía un cierto apego por ese cuerpo, y debido a ello, permanecía en forma de fantasma; Yamarāja, en un gesto de especial consideración, fue a ver personalmente a los parientes que se lamentaban, para instruirles. Para ello adoptó la forma de un niño, pues a los niños no se les cierra el paso y se les deja entrar en todas partes, incluso en el palacio de un rey. Además, el niño hablaba filosofía. La gente siente un gran interés por la filosofía cuando es un niño quien la expone.

Texto

śrī-yama uvāca
aho amīṣāṁ vayasādhikānāṁ
vipaśyatāṁ loka-vidhiṁ vimohaḥ
yatrāgatas tatra gataṁ manuṣyaṁ
svayaṁ sadharmā api śocanty apārtham

Palabra por palabra

śrī-yamaḥ uvāca — Śrī Yamarāja dijo; aho — ¡ay!; amīṣām — de estas; vayasā — por edad; adhikānām — de las que son avanzadas; vipaśyatām — ver cada día; loka-vidhim — la ley de la naturaleza (que todo el mundo muere); vimohaḥ — la confusión; yatra — de donde; āgataḥ — vino; tatra — allí; gatam — regresó; manuṣyam — el hombre; svayam — ellas mismas; sa-dharmāḥ — de idéntica naturaleza (expuestas a la muerte); api — aunque; śocanti — se lamentan; apārtham — inútilmente.

Traducción

Śrī Yamarāja dijo: ¡Ay, qué asombroso! Estas personas, que son mayores que yo, tienen plena experiencia del nacimiento y la muerte de cientos de miles de entidades vivientes. Por lo tanto, deberían haber entendido que también ellas tienen que morir; pero, aun así, siguen confundidas. El alma condicionada viene de un lugar desconocido, y después de morir regresa a ese mismo lugar desconocido. Esta regla, que lleva a la práctica la naturaleza material, no conoce excepciones. Sabiéndolo, ¿por qué se lamentan inútilmente?

Significado

En el Bhagavad-gītā (2.28), el Señor dice:

avyaktādīni bhūtāni
vyakta-madhyāni bhārata
avyakta-nidhanāny eva
tatra kā paridevanā

«Todos los seres creados están sin manifestar en el comienzo, manifiestos en el estado intermedio, y de nuevo sin manifestar tras ser aniquilados. ¿Qué necesidad hay entonces de lamentarse?».

Hay dos clases de filósofos, unos que creen en la existencia del alma, y otros que no creen en ella. Ni en en un caso ni en otro hay motivo de lamentación. Para los seguidores de la sabiduría védica, los que no creen en la existencia del alma son ateos. Pero, aun así, si por el solo hecho de argumentar, aceptamos la teoría atea, sigue sin haber motivo de lamentación. Dejando a un lado la existencia separada del alma, antes de la creación los elementos materiales permanecen en estado no manifiesto. De ese estado sutil de no manifestación surge la manifestación, así como del éter se genera el aire, del aire el fuego, del fuego el agua, y del agua la tierra. La tierra es fuente de una gran diversidad de manifestaciones. Un gran rascacielos, por ejemplo, se manifiesta a partir de la tierra; cuando se derrumba, la manifestación pasa de nuevo al estado no manifestado, y en su última etapa, permanece en forma de átomos. La ley de la conservación de la energía sigue siendo cierta, pero en el transcurso del tiempo, las cosas se manifiestan y dejan de manifestarse; esa es la diferencia. ¿Qué motivo hay entonces para lamentarse, ya sea en la etapa de manifestación o en la de no manifestación? Sea como sea, las cosas no se pierden, ni siquiera en la etapa no manifestada. Todos los elementos permanecen no manifestados, tanto al principio como al final; a nivel material, ello no supone ninguna diferencia verdadera.

Si aceptamos la conclusión védica tal como se expone en el Bhagavad-gītā (antavanta ime dehāḥ), es decir, que los cuerpos materiales van a perecer a su debido tiempo (nityasyoktāḥ śarīriṇaḥ), pero que el alma es eterna, entonces debemos recordar siempre que el cuerpo es como un traje; y, ¿por qué lamentar un cambio de traje? El cuerpo material, en relación con el alma eterna, no tiene existencia real. Es como un sueño. En sueños podemos pensar que volamos por el cielo o que somos un rey sentado en su carroza, pero al despertar vemos que no estamos ni en el cielo, ni en la carroza real. La sabiduría védica fomenta el cultivo de la autorrealización basándose en la no existencia del cuerpo material. Por lo tanto, no importa si creemos o no creemos en la existencia del alma; en ningún caso hay razón para lamentarse por la pérdida del cuerpo.

En el Mahābhārata se dice: adarśanād ihāyātaḥ punaś cādarśanaṁ gataḥ. Esta afirmación podría respaldar la teoría de los científicos ateos de que el niño en el vientre de la madre no está vivo, sino que es un simple montón de materia. Según esa teoría atea, si se extrae ese montón de materia mediante un aborto o intervención quirúrgica, no se está atentando contra la vida; el cuerpo del niño sería como un tumor, y no hay pecado alguno en extirpar un tumor y deshacerse de él. Ese mismo argumento podría aplicarse en relación con el rey y sus esposas. El cuerpo del rey se manifestó a partir de una fuente no manifiesta, y de nuevo pasó del estado manifestado a la etapa no manifiesta. Si la manifestación solo existe en la etapa intermedia, entre los dos puntos no manifestados, ¿por qué llorar por el cuerpo manifestado en esa etapa?

Texto

aho vayaṁ dhanyatamā yad atra
tyaktāḥ pitṛbhyāṁ na vicintayāmaḥ
abhakṣyamāṇā abalā vṛkādibhiḥ
sa rakṣitā rakṣati yo hi garbhe

Palabra por palabra

aho — ¡ay!; vayam — nosotros; dhanya-tamāḥ — muy afortunados; yat — pues; atra — en la actualidad; tyaktāḥ — dejado solo, sin protección; pitṛbhyām — por los padres; na — no; vicintayāmaḥ — nos preocupamos; abhakṣyamāṇāḥ — no ser comido; abalāḥ — muy débiles; vṛka-ādibhiḥ — por tigres y otros animales salvajes; saḥ — Él (la Suprema Personalidad de Dios); rakṣitā — protegerá; rakṣati — ha protegido; yaḥ — quien; hi — en verdad; garbhe — dentro del vientre.

Traducción

Es asombroso que yo comprenda el sentido de la vida mejor que estas mujeres adultas. En verdad, me siento muy afortunado, pues aunque no soy más que un niño abandonado a su suerte en el mundo material, sin la protección de unos padres, y a pesar de que soy muy débil, no he sido atacado ni devorado por animales salvajes. Por eso, creo firmemente en que la Suprema Personalidad de Dios, que me ha protegido incluso en el vientre materno, me protegerá en todas partes.

Significado

Como se afirma en el Bhagavad-gītā (18.61): īśvaraḥ sarva-bhūtānāṁ hṛd-deśe 'rjuna tiṣṭhati: El Señor está en el corazón de todos. Desde ahí, brinda Su protección a todos y concede a la entidad viviente los diversos cuerpos de que desea disfrutar. Todo se hace bajo la orden de la Suprema Personalidad de Dios. Por lo tanto, no debemos lamentar el nacimiento y la muerte de los seres vivos, pues todo ello ha sido dispuesto por el Señor Supremo. En el Bhagavad-gītā (15.15), el Señor Kṛṣṇa dice: sarvasya cāhaṁ hṛdi sanniviṣṭo mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca: «Yo estoy situado en el corazón de todos, y de Mí vienen el recuerdo, el conocimiento y el olvido». Debemos actuar conforme a las indicaciones del Señor, que está en el corazón; sin embargo, debido a que el alma condicionada desea actuar de modo independiente, el Señor le permite actuar y experimentar las reacciones de sus actos. Dice el Señor: sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja: «Abandona todos los demás deberes y simplemente entrégate a Mí». A la persona que no se conduce conforme a las órdenes de la Suprema Personalidad de Dios se le ofrece la oportunidad de disfrutar del mundo material. En lugar de imponerle restricciones, el Señor da al alma condicionada la oportunidad de disfrutar, de manera que, al madurar en experiencia, tras muchísimas vidas (bahūnāṁ janmanām ante), llegue a entender que el único deber de todos los seres vivos consiste en entregarse a los pies de loto de Vāsudeva.

Texto

ya icchayeśaḥ sṛjatīdam avyayo
ya eva rakṣaty avalumpate ca yaḥ
tasyābalāḥ krīḍanam āhur īśituś
carācaraṁ nigraha-saṅgrahe prabhuḥ

Palabra por palabra

yaḥ — quien; icchayā — por Su voluntad (sin ser obligado por nadie); īśaḥ — el controlador supremo; sṛjati — crea; idam — este (mundo material); avyayaḥ — permaneciendo tal y como Él es (sin haber perdido Su propia existencia por haber creado tantas manifestaciones materiales); yaḥ — quien; eva — en verdad; rakṣati — mantiene; avalumpate — aniquila; ca — también; yaḥ — quien; tasya — de Él; abalāḥ — ¡oh, pobres mujeres!; krīḍanam — el juguete; āhuḥ — ellos dicen; īśituḥ — de la Suprema Personalidad de Dios; cara-acaram — móviles e inmóviles; nigraha — en destrucción; saṅgrahe — o en protección; prabhuḥ — perfectamente capacitado.

Traducción

El niño se dirigió a las mujeres: ¡Oh, débiles mujeres!, solo por la voluntad de la Suprema Personalidad de Dios, quien nunca se ve disminuido, se crea, se mantiene y vuelve de nuevo a aniquilarse el mundo entero. Ese es el veredicto del conocimiento védico. Esta creación material, que comprende todo lo móvil e inmóvil, es para Él como un juguete. Él, como Señor Supremo, está perfectamente capacitado para destruir y proteger.

Significado

Con respecto a esto, las reinas podrían argumentar: «Si nuestro esposo fue protegido por la Suprema Personalidad de Dios cuando estaba en el vientre de su madre, ¿por qué no lo ha sido también ahora?». La respuesta a esa pregunta es: ya icchayeśaḥ sṛjatīdam avyayo ya eva rakṣaty avalumpate ca yaḥ. Las actividades de la Suprema Personalidad de Dios no están sujetas a discusión. El Señor siempre es libre, y por ello puede proteger o puede también destruir. Él no es nuestro criado; puede hacer lo que guste. Por lo tanto, Él es el Señor Supremo. El Señor no crea el mundo material porque alguien Se lo haya ordenado, y, por lo tanto, puede aniquilarlo todo si así gusta. Esa es Su supremacía. Si alguien argumenta: «¿Por qué actúa de ese modo?», la respuesta es que lo hace así porque es supremo. Nadie puede poner en tela de juicio Sus actividades. Si alguien argumenta: «¿Qué sentido tienen esas pecaminosas actividades de la creación y la destrucción?», la respuesta es que Él puede hacer lo que sea para probar Su omnipotencia, y nadie puede negarle ese derecho. Si Él tuviera que rendirnos cuentas de lo que hace y de lo que no hace, Su supremacía quedaría restringida.

Texto

pathi cyutaṁ tiṣṭhati diṣṭa-rakṣitaṁ
gṛhe sthitaṁ tad-vihataṁ vinaśyati
jīvaty anātho ’pi tad-īkṣito vane
gṛhe ’bhigupto ’sya hato na jīvati

Palabra por palabra

pathi — en la vía pública; cyutam — alguna pertenencia que se pierde; tiṣṭhati — permanece; diṣṭa-rakṣitam — protegida por el destino; gṛhe — en el hogar; sthitam — a pesar de su situación; tat-vihatam — golpeado por la voluntad del Supremo; vinaśyati — se pierde; jīvati — permanece vivo; anāthaḥ api — aun sin tener nadie que le proteja; tat-īkṣitaḥ — siendo protegido por el Señor; vane — en la selva; gṛhe — en casa; abhiguptaḥ — bien escondido y protegido; asya — de este; hataḥ — golpeado; na — no; jīvati — vive.

Traducción

A veces alguien pierde su dinero en la calle más céntrica, donde todo el mundo podría verlo, pero como está protegido por el destino, nadie lo ve, y vuelve a encontrarlo. Por otro lado, si el Señor no nos protege, perderemos incluso el dinero celosamente escondido en nuestras casas. Si el Señor Supremo nos da Su protección, estaremos a salvo incluso en medio de una selva sin contar con nadie que nos proteja, mientras que una persona bien cuidada por sus familiares en el calor del hogar, a veces muere sin que nadie pueda hacer nada por ella.

Significado

Este verso nos presenta ejemplos de la supremacía del Señor. Nuestros planes para proteger o destruir no funcionan, pero todo lo que Él piensa hacer sucede sin falta. Se dan, con respecto a esto, algunos ejemplos prácticos. Son experiencias prácticas que todo el mundo ha tenido; pueden darse muchos más ejemplos claros. Prahlāda Mahārāja, por ejemplo, dijo que un niño depende de sus padres, pero que hay muchos sufrimientos que ellos, aunque estén presentes, no le pueden evitar. A veces, un paciente no sobrevive aunque tenga los mejores médicos y las mejores medicinas. Todo depende, por lo tanto, del libre albedrío de la Suprema Personalidad de Dios; así que nuestro único deber es entregarnos a Él y buscar Su protección.

Texto

bhūtāni tais tair nija-yoni-karmabhir
bhavanti kāle na bhavanti sarvaśaḥ
na tatra hātmā prakṛtāv api sthitas
tasyā guṇair anyatamo hi badhyate

Palabra por palabra

bhūtāni — todos los cuerpos de las entidades vivientes; taiḥ taiḥ — sus respectivos; nija-yoni — causando sus propios cuerpos; karmabhiḥ — por actividades pasadas; bhavanti — aparecen; kāle — a su debido tiempo; na bhavanti — desaparecen; sarvaśaḥ — en todo aspecto; na — no; tatra — ahí; ha — en verdad; ātmā — el alma; prakṛtau — dentro del mundo material; api — aunque; sthitaḥ — situada; tasyāḥ — de ella (la energía material); guṇaiḥ — por diversas modalidades; anya-tamaḥ — muy diferentes; hi — en verdad; badhyate — es atada.

Traducción

Toda alma condicionada recibe un tipo distinto de cuerpo conforme a sus acciones; el final de esas ocupaciones es el final del cuerpo. El alma espiritual, a pesar de encontrarse en cuerpos materiales densos y sutiles en diversas formas de vida, no queda atada por ellos, ya que se entiende que es completamente distinta del cuerpo manifestado.

Significado

Aquí se explica con toda claridad que Dios no es responsable de los diversos cuerpos que la entidad viviente recibe. El cuerpo adquirido depende de las leyes de la naturaleza y de nuestro propio karma. Por lo tanto, los Vedas ordenan que las personas ocupadas en actividades materiales deben recibir instrucciones mediante las cuales puedan aplicar inteligentemente sus actividades al servicio del Señor, a fin de liberarse del cautiverio material en el ciclo de nacimientos y muertes (sva-karmaṇā tam abhyarcya siddhiṁ vindati mānavaḥ). El Señor siempre está dispuesto a dar esas instrucciones. El Bhagavad-gītā recoge con todo detalle Sus instrucciones. Si sabemos sacar provecho de ellas, entonces, a pesar de estar condicionados bajo las leyes de la naturaleza material, podremos liberarnos y alcanzar nuestra posición constitucional original (mām eva ye prapadyante māyām etāṁ taranti te). Debemos tener una fe firme en que el Señor es supremo, y en que si nos entregamos a Él, Él se hará cargo de nosotros y nos indicará la manera de liberarnos de la vida material y de regresar al hogar, de vuelta a Dios. Sin esa entrega, nos veremos obligados a recibir un determinado cuerpo conforme al karma, a veces en una forma animal, a veces con forma de semidiós, y así sucesivamente. El alma espiritual, con el paso del tiempo, acaba perdiendo el cuerpo que se le ha dado, pero ella, en realidad, no establece una conexión con el cuerpo, sino que está bajo el yugo de las modalidades de la naturaleza con las que ha creado un contacto pecaminoso. La educación espiritual cambia nuestra conciencia, y entonces cumplimos las órdenes del Señor Supremo y nos liberamos de la influencia de las modalidades de la naturaleza material.

Texto

idaṁ śarīraṁ puruṣasya mohajaṁ
yathā pṛthag bhautikam īyate gṛham
yathaudakaiḥ pārthiva-taijasair janaḥ
kālena jāto vikṛto vinaśyati

Palabra por palabra

idam — este; śarīram — cuerpo; puruṣasya — del alma condicionada; moha-jam — nacido de la ignorancia; yathā — tal como; pṛthak — separados; bhautikam — material; īyate — se ve; gṛham — una casa; yathā — tal como; udakaiḥ — con agua; pārthiva — con tierra; taijasaiḥ — y con fuego; janaḥ — el alma condicionada; kālena — a su debido tiempo; jātaḥ — nacida; vikṛtaḥ — transformada; vinaśyati — se destruye.

Traducción

Un casado no es idéntico a su casa, pero se identifica con ella; del mismo modo, el alma condicionada, debido a la ignorancia, se identifica con el cuerpo, aunque en realidad el cuerpo y el alma son diferentes. El cuerpo se obtiene a través de una combinación de tierra, agua y fuego; con el paso del tiempo, la tierra, el agua y el fuego se transforman, y el cuerpo se destruye. El alma no tiene nada que ver con esa creación y disolución del cuerpo.

Significado

Vamos transmigrando de un cuerpo a otro, en cuerpos que son productos de nuestra ilusión; sin embargo, como almas espirituales tenemos una existencia separada de la vida material condicionada. El ejemplo que se ofrece en el verso es que una casa o un coche siempre son diferentes de sus propietarios, pero, debido al apego, el alma condicionada se identifica con ellos; el coche o la casa en realidad están hechos de elementos materiales, y existen mientras esos elementos se mantienen perfectamente combinados; en cuanto los elementos se disgregan, el coche o la casa también se descomponen. El alma espiritual, sin embargo, siempre permanece tal como es.

Texto

yathānalo dāruṣu bhinna īyate
yathānilo deha-gataḥ pṛthak sthitaḥ
yathā nabhaḥ sarva-gataṁ na sajjate
tathā pumān sarva-guṇāśrayaḥ paraḥ

Palabra por palabra

yathā — tal como; analaḥ — el fuego; dāruṣu — en leña; bhinnaḥ — separado; īyate — se percibe; yathā — tal como; anilaḥ — el aire; deha-gataḥ — dentro del cuerpo; pṛthak — separado; sthitaḥ — situado; yathā — tal como; nabhaḥ — el cielo; sarva-gatam — omnipresente; na — no; sajjate — se mezcla; tathā — del mismo modo; pumān — la entidad viviente; sarva-guṇa-āśrayaḥ — aunque ahora refugio de las modalidades de la naturaleza material; paraḥ — trascendental a la contaminación material.

Traducción

Así como se percibe la diferencia entre el fuego y la leña en que arde, y así como el aire se encuentra dentro de la boca y las fosas nasales pero está separado de ellas, y del mismo modo que el cielo, que está en todas partes, nunca se mezcla con nada, la entidad viviente también está separada del cuerpo material, al que da origen.

Significado

En el Bhagavad-gītā, la Suprema Personalidad de Dios ha explicado que de Él emanan tanto la energía material como la espiritual. La energía material viene descrita con las palabras me bhinnā prakṛtir aṣṭadhā, es decir, las ocho energías separadas del Señor. Pero aunque se afirma que esas ocho energías materiales densas y sutiles —la tierra, el agua, el fuego, el aire, el éter, la mente, la inteligencia y el ego falso— son bhinnā, es decir, están separadas del Señor, en realidad no lo están. Del mismo modo que el fuego parece estar separado de la leña, y del mismo modo que el aire que circula por las fosas nasales y la boca parece estar separado del cuerpo, Paramātmā, la Suprema Personalidad de Dios, parece estar separado del ser vivo, cuando la realidad es que está separado, pero al mismo tiempo no lo está. Esa es la filosofía de acintya-bhedābheda-tattva expuesta por Śrī Caitanya Mahāprabhu. Conforme a las reacciones del karma, el ser vivo parece estar separado de la Suprema Personalidad de Dios, pero en realidad mantiene una relación muy íntima con el Señor. Por consiguiente, y aunque parezca que el Señor nos ha abandonado a nuestra suerte, en realidad Él siempre está pendiente de nuestras actividades. Así pues, debemos depender de la supremacía de la Suprema Personalidad de Dios en toda circunstancia, y de ese modo revivir nuestra relación íntima con Él. Debemos depender de la autoridad y el control de la Suprema Personalidad de Dios.

Texto

suyajño nanv ayaṁ śete
mūḍhā yam anuśocatha
yaḥ śrotā yo ’nuvakteha
sa na dṛśyeta karhicit

Palabra por palabra

suyajñaḥ — el rey llamado Suyajña; nanu — en verdad; ayam — este; śete — yace; mūḍhāḥ — ¡oh, necias!; yam — a quien; anuśocatha — ustedes lloran; yaḥ — aquel que; śrotā — el que escuchaba; yaḥ — aquel que; anuvaktā — el que hablaba; iha — en este mundo; saḥ — él; na — no; dṛśyeta — es visible; karhicit — en ningún momento.

Traducción

Yamarāja continuó: ¡Oh, se están lamentando como necias! La persona llamada Suyajña, por quien lloran, yace todavía ante ustedes y no se ha ido a ninguna parte. ¿Cuál es entonces la causa de sus lamentos? Antes, él las escuchaba y respondía, pero ahora, como no saben donde está, se lamentan. Su conducta es contradictoria, pues a la persona que estaba dentro del cuerpo, y que las escuchaba y respondía, nunca la han visto en realidad. No hay por qué lamentarse, pues el cuerpo que siempre veían yace todavía ante ustedes.

Significado

Esta instrucción de Yamarāja en forma de niño puede entenderla incluso un hombre común. Sin duda, al hombre común que se identifica con el cuerpo se le puede comparar a un animal (yasyātma-buddhiḥ kuṇape tridhātuke... sa eva go-kharaḥ). Pero incluso esa clase de hombre puede entender que, al morir, la persona ha partido. Aunque el cuerpo sigue presente, los familiares del difunto se lamentan porque la persona se ha ido, pues el hombre común puede ver el cuerpo, pero no el alma. Como se explica en el Bhagavad-gītādehino 'smin yathā dehe: El alma, la propietaria del cuerpo, está en su interior. En el momento de la muerte, cuando el aliento deja de circular por las fosas nasales, podemos entender que la persona que estaba dentro del cuerpo, la que escuchaba y respondía, se ha ido. Por ello, el hombre común llega, en efecto, a la conclusión de que el alma espiritual era en realidad distinta del cuerpo, y que ahora se ha ido. De ese modo, incluso un hombre común vuelve a sus cabales y puede saber que, en realidad, a la verdadera persona, la que estaba dentro del cuerpo, que era quien escuchaba y respondía, jamás llegó a verla. ¿Qué necesidad hay de lamentarse por algo que nunca hemos visto?

Texto

na śrotā nānuvaktāyaṁ
mukhyo ’py atra mahān asuḥ
yas tv ihendriyavān ātmā
sa cānyaḥ prāṇa-dehayoḥ

Palabra por palabra

na — no; śrotā — el oyente; anuvaktā — el hablante; ayam — este; mukhyaḥ — principal; api — aunque; atra — en este cuerpo; mahān — el gran; asuḥ — aire vital; yaḥ — aquel que; tu — pero; iha — en este cuerpo; indriya-vān — con todos los órganos de los sentidos; ātmā — el alma; saḥ — él; ca — y; anyaḥ — diferente; prāṇa-dehayoḥ — del aire vital y del cuerpo material.

Traducción

Tampoco el aire vital, que es la sustancia más importante del cuerpo, es quien escucha o habla. Ni siquiera el alma, que está por encima del aire vital, puede hacer nada, ya que el verdadero director es la Superalma, que actúa en colaboración con el alma individual. La Superalma, que dirige las actividades del cuerpo, es diferente del cuerpo y de la fuerza viviente.

Significado

La Suprema Personalidad de Dios dice con toda claridad en el Bhagavad-gītā (15.15): sarvasya cāhaṁ hṛdi sanniviṣṭo mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca: «Yo estoy situado en el corazón de todos, y de Mí vienen el recuerdo, el conocimiento y el olvido». El ātmā, o alma, a pesar de encontrarse en todos los cuerpos materiales (dehino 'smin yathā dehe), no es en realidad la principal persona que actúa a través de los sentidos, la mente, etc. El alma se limita a actuar en colaboración con la Superalma, ya que es la Superalma quien la guia a actuar o no actuar (mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca). Sin Su consentimiento no podemos actuar, ya que la Superalma es upadraṣṭā, el testigo, y anumantā, quien autoriza. En realidad, quien dirige todas las actividades del alma individual, y también quien controla sus resultados, es la Suprema Personalidad de Dios. Este conocimiento verdadero podrá entenderse si se estudia con gran atención bajo la dirección de un maestro espiritual genuino. El alma individual, a pesar de poseer indriyas, sentidos, no es su verdadero propietario; el propietario es la Superalma. Por eso la Superalma recibe el nombre de Hṛṣīkeśa; la Superalma dirige al alma individual aconsejándole que se entregue a Él, para de ese modo ser feliz (sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja). Así puede alcanzar la inmortalidad y elevarse al reino espiritual, donde obtendrá la gloria más sublime, una vida eterna, llena de conocimiento y bienaventuranza. En conclusión, el alma individual es diferente del cuerpo, de los sentidos, de la fuerza vital y de los aires que circulan dentro del cuerpo; por encima de ella se encuentra la Superalma, que le facilita todo lo necesario. El alma individual que se somete por entero a la Superalma vive muy feliz dentro del cuerpo.

Texto

bhūtendriya-mano-liṅgān
dehān uccāvacān vibhuḥ
bhajaty utsṛjati hy anyas
tac cāpi svena tejasā

Palabra por palabra

bhūta — por los cinco elementos materiales; indriya — los diez sentidos; manaḥ — y la mente; liṅgān — caracterizados; dehān — cuerpos materiales densos; ucca-avacān — superiores o inferiores; vibhuḥ — el alma individual, que es el señor del cuerpo y los sentidos; bhajati — obtiene; utsṛjati — abandona; hi — en verdad; anyaḥ — siendo diferente; tat — eso; ca — también; api — en verdad; svena — por su propio; tejasā — poder de conocimiento avanzado.

Traducción

Los cinco elementos materiales, los diez sentidos y la mente se combinan para formar las distintas partes de los cuerpos densos y sutiles. La entidad viviente entra en contacto con sus cuerpos materiales, más o menos elevados, y más tarde los abandona mediante su propia potencia. Esa fuerza puede percibirse en el poder de la entidad viviente para poseer distintos tipos de cuerpos.

Significado

El alma condicionada tiene conocimiento, y si desea dedicar por entero sus cuerpos denso y sutil al verdadero progreso en la vida, puede hacerlo. Por esa razón, en este verso se dice que puede valerse de su elevada inteligencia (svena tejasā), del poder superior del conocimiento superior que se obtiene de la fuente correcta —el maestro espiritual o ācārya—, para con ello abandonar la vida condicionada en un cuerpo material y regresar al hogar, de vuelta a Dios. Sin embargo, si lo que desea es permanecer en la oscuridad del mundo material, también puede hacerlo. Esto lo confirma el Señor en el Bhagavad-gītā (9.25) con las siguientes palabras:

yānti deva-vratā devān
pitṝn yānti pitṛ-vratāḥ
bhūtāni yānti bhūtejyā
yānti mad-yājino ’pi mām

«Los que adoren a los semidioses nacerán entre los semidioses; los que adoren a los antepasados irán a los antepasados; los que adoren a los fantasmas y espíritus nacerán entre esos seres; y los que Me adoren a Mí vivirán conmigo».

El cuerpo humano es una forma de vida muy valiosa. Puede emplearse para ascender a los sistemas planetarios superiores o a Pitṛloka, o bien para permanecer en este sistema planetario inferior; también, si se intenta, se puede ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios. Esa potencia la da la Suprema Personalidad de Dios en la forma de Superalma: mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca: «De Mí vienen el recuerdo, el conocimiento y el olvido». Quien tenga el deseo de recibir conocimiento verdadero de la Suprema Personalidad de Dios, puede liberarse del cautiverio que le obliga a aceptar sucesivos cuerpos materiales. Si alguien emprende el sendero del servicio devocional del Señor y se entrega a Él, el Señor está dispuesto a señalarle las directrices para ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios; sin embargo, el necio que desee seguir en la oscuridad, puede continuar su vida en la existencia material.

Texto

yāval liṅgānvito hy ātmā
tāvat karma-nibandhanam
tato viparyayaḥ kleśo
māyā-yogo ’nuvartate

Palabra por palabra

yāvat — mientras; liṅga-anvitaḥ — cubierta por el cuerpo sutil; hi — en verdad; ātmā — el alma; tāvat — mientras; karma — de actividades fruitivas; nibandhanam — cautiverio; tataḥ — de esos; viparyayaḥ — a la inversa (identificar erróneamente el cuerpo con el ser); kleśaḥ — miserias; māyā-yogaḥ — una fuerte relación con la energía ilusoria, o energía externa; anuvartate — sigue.

Traducción

El alma espiritual, mientras está cubierta por el cuerpo sutil, compuesto por la mente, la inteligencia y el ego, se ve atada a los resultados de sus actividades fruitivas. Debido a esa cubierta, el alma espiritual permanece en contacto con la energía material, y debe sufrir la continuación, vida tras vida, de los condicionamientos y reveses materiales.

Significado

La entidad viviente está atada por el cuerpo sutil, compuesto por la mente, la inteligencia y el ego falso. Debido a ello, en el momento de la muerte, la disposición de la mente se convierte en causa del siguiente cuerpo, como se confirma en elBhagavad-gītā (8.6): yaṁ yaṁ vāpi smaran bhāvaṁ tyajaty ante kalevaram: En el momento de la muerte, la mente establece los criterios para que el alma espiritual sea llevada a otro tipo de cuerpo. Cuando la entidad viviente resiste los dictados de la mente y la ocupa en el servicio amoroso del Señor, la mente pierde el poder de degradarle. Todos los seres humanos tienen, por lo tanto, el deber de mantener la mente siempre absorta en los pies de loto del Señor (sa vai manaḥ kṛṣṇa-padāravindayoḥ). Cuando la mente se absorbe en los pies de loto de Kṛṣṇa, la inteligencia se purifica, y a partir de entonces esta recibe inspiración de la Superalma (dadāmi buddhi-yogaṁ tam). De ese modo, la entidad viviente progresa hacia la liberación del cautiverio material. El alma individual está sujeta a las leyes de la actividad fruitiva, pero la Superalma, Paramātmā, no se ve afectada por las actividades fruitivas del alma individual. Como se confirma en el Upaniṣad védico, en el cuerpo viven Paramātmā y la jīvātmā, que se comparan a dos pájaros. La jīvātmā disfruta o sufre comiendo los frutos de las actividades del cuerpo, pero Paramātmā, que está libre de ese cautiverio, es el testigo que sanciona las actividades del alma individual según los deseos que esta tenga.

Texto

vitathābhiniveśo ’yaṁ
yad guṇeṣv artha-dṛg-vacaḥ
yathā manorathaḥ svapnaḥ
sarvam aindriyakaṁ mṛṣā

Palabra por palabra

vitatha — inútil; abhiniveśaḥ — el concepto; ayam — este; yat — que; guṇeṣu — en las modalidades de la naturaleza material; artha — como una realidad; dṛk-vacaḥ — el ver y el hablar de; yathā — tal como; manorathaḥ — una invención mental (soñar despierto); svapnaḥ — un sueño; sarvam — todo; aindriyakam — producido por los sentidos; mṛṣā — falso.

Traducción

Es inútil contemplar las modalidades materiales de la naturaleza, o hablar de las supuestas felicidad y aflicción que se derivan de ellas, como si fuesen reales. Durante el día, cuando la mente divaga y el hombre comienza a creer que es alguien muy importante, o por la noche, mientras sueña que disfruta de una mujer hermosa, lo único que está experimentando son las ilusiones del sueño. De manera similar, debe entenderse que la felicidad y la aflicción causadas por los sentidos materiales también carecen de sentido.

Significado

La felicidad y la aflicción que se derivan de las actividades de los sentidos materiales no son felicidad y aflicción verdaderas. Por ello, el Bhagavad-gītā habla de una felicidad que es trascendental al concepto material de la vida (sukham ātyantikaṁ yat tad buddhi-grāhyam atīndriyam). Nuestros sentidos, cuando se purifican de la contaminación material, se vuelven atīndriya, sentidos trascendentales, y cuando esos sentidos trascendentales se ocupan en el servicio del amo de los sentidos, Hṛṣīkeśa, podemos obtener un placer trascendental verdadero. La aflicción y la felicidad que son producto de las capacidades inventivas de nuestra mente sutil no son reales, sino simples invenciones mentales. Por lo tanto, no debemos fantasear con esa supuesta felicidad, que no es más que una invención de la mente. Por el contrario, lo mejor es ocupar la mente en el servicio del Señor, Hṛṣīkeśa, y sentir así la vida verdaderamente bienaventurada.

Se afirma en los Vedasapāma-somam amṛtā abhūma apsarobhir viharāma. En relación con este concepto, deseamos ir a los planetas celestiales para disfrutar allí con muchachas jóvenes y beber soma-rasa. Ese placer imaginario, sin embargo, carece de valor, como se confirma en el Bhagavad-gītā (7.23): antavat tu phalaṁ teṣāṁ tad bhavaty alpa-medhasām: «Los hombres de poca inteligencia adoran a los semidioses, y los frutos que obtienen son limitados y temporales». Podemos llevar a cabo actividades fruitivas o adorar a los semidioses, y de ese modo elevarnos a los sistemas planetarios superiores para disfrutar de los sentidos, pero el Bhagavad-gītā dice que esa situación no es deseable, pues es antavat, perecedera. La felicidad de que se disfruta de ese modo es como el placer de abrazar a una mujer joven en sueños; por algún tiempo puede resultar agradable, pero en realidad, el principio básico es falso. La felicidad y la aflicción de este mundo material, que son invenciones mentales, se comparan a sueños, pues son falsas. Todo pensamiento de alcanzar la felicidad mediante los sentidos materiales se apoya en una base falsa, y por lo tanto carece de sentido.

Texto

atha nityam anityaṁ vā
neha śocanti tad-vidaḥ
nānyathā śakyate kartuṁ
sva-bhāvaḥ śocatām iti

Palabra por palabra

atha — por lo tanto; nityam — el alma espiritual eterna; anityam — el cuerpo material temporal; — o; na — no; iha — en este mundo; śocanti — se lamentan por; tat-vidaḥ — los que son avanzados en el conocimiento del cuerpo y del alma; na — no; anyathā — de otro modo; śakyate — puede; kartum — hacer; sva-bhāvaḥ — la naturaleza; śocatām — de los que tienen la tendencia a lamentarse; iti — así.

Traducción

Los que poseen conocimiento completo acerca de la autorrealización, como saben muy bien que el alma espiritual es eterna y que el cuerpo es perecedero, no se ven abrumados por la lamentación. Pero quienes ciertamente se lamentan son las personas que carecen de conocimiento acerca de la autorrealización. Por eso es difícil educar a una persona que está bajo la influencia de la ilusión.

Significado

Según los filósofos mīmāṁsās, todo es eterno, nitya, y según los filósofos sāṅkhyas, todo es mithyā, o anitya, no permanente. No obstante, al carecer de conocimiento verdadero acerca del ātmā, el alma, esos filósofos están necesariamente expuestos a la confusión, y tienen que continuar lamentándose como śūdras. Por esa razón, Śrīla Śukadeva Gosvāmī dijo a Parīkṣit Mahārāja:

śrotavyādīni rājendra
nṛṇāṁ santi sahasraśaḥ
apaśyatām ātma-tattvaṁ
gṛheṣu gṛha-medhinām

«Aquellos que están absortos en la materia, como están ciegos al conocimiento de la Verdad Suprema, tienen muchos temas que escuchar en la sociedad humana, ¡oh, emperador!» (Bhāg. 2.1.2). Las personas corrientes ocupadas en actividades materiales tienen muchísimos temas que estudiar, debido a que no entienden el tema de la autorrealización. Por lo tanto, debemos educarnos en la autorrealización, de manera que permanezcamos fijos en nuestros votos en todas las circunstancias de nuestra vida.

Texto

lubdhako vipine kaścit
pakṣiṇāṁ nirmito ’ntakaḥ
vitatya jālaṁ vidadhe
tatra tatra pralobhayan

Palabra por palabra

lubdhakaḥ — cazador; vipine — en el bosque; kaścit — algunas; pakṣiṇām — de aves; nirmitaḥ — designado; antakaḥ — verdugo; vitatya — extendiendo; jālam — una red; vidadhe — capturados; tatra tatra — aquí y allá; pralobhayan — poniendo comida como cebo.

Traducción

Había una vez un cazador que atrapaba a las aves con una red poniéndoles como cebo un poco de comida. Vivía como si la personificación de la muerte le hubiera designado para matar a los pájaros.

Significado

Se trata de otra ilustración tomada de las historias.

Texto

kuliṅga-mithunaṁ tatra
vicarat samadṛśyata
tayoḥ kuliṅgī sahasā
lubdhakena pralobhitā

Palabra por palabra

kuliṅga-mithunam — pareja de aves kuliṅga (macho y hembra); tatra — allí (donde estaba cazando el cazador); vicarat — vagando; samadṛśyata — vio; tayoḥ — de la pareja; kuliṅgī — la hembra; sahasā — de pronto; lubdhakena — por el cazador; pralobhitā — atraída.

Traducción

En su recorrido por el bosque, el cazador vio una pareja de pájaros kuliṅga. La hembra había caído en la trampa del cazador.

Texto

sāsajjata sicas tantryāṁ
mahiṣyaḥ kāla-yantritā
kuliṅgas tāṁ tathāpannāṁ
nirīkṣya bhṛśa-duḥkhitaḥ
snehād akalpaḥ kṛpaṇaḥ
kṛpaṇāṁ paryadevayat

Palabra por palabra

— la hembra; asajjata — atrapada; sicaḥ — en la red; tantryām — en la cuerda; mahiṣyaḥ — ¡oh, reinas!; kāla-yantritā — forzada por el tiempo; kuliṅgaḥ — el kuliṅga macho; tām — a ella; tathā — en esa condición; āpannām — capturada; nirīkṣya — al ver; bhṛśa-duḥkhitaḥ — muy infeliz; snehāt — por cariño; akalpaḥ — sin poder hacer nada; kṛpaṇaḥ — el pobre pájaro; kṛpaṇām — la pobre esposa; paryadevayat — comenzó a lamentarse por.

Traducción

¡Oh, reinas de Suyajña!, el kuliṅga macho, al ver a su esposa en el mayor de los peligros, presa en las redes de la Providencia, se llenó de pesar. El pobre pájaro sentía un gran cariño por su esposa, y al verse incapaz de liberarla, comenzó a lamentarse por ella.

Texto

aho akaruṇo devaḥ
striyākaruṇayā vibhuḥ
kṛpaṇaṁ mām anuśocantyā
dīnayā kiṁ kariṣyati

Palabra por palabra

aho — ¡ay!; akaruṇaḥ — muy cruel; devaḥ — la Providencia; striyā — con mi esposa; ākaruṇayā — que es plenamente compasiva; vibhuḥ — el Señor Supremo; kṛpaṇam — pobre; mām — mi; anuśocantyā — lamentándose por; dīnayā — pobre; kim — qué; kariṣyati — haré.

Traducción

¡Ay! ¡Qué cruel es la Providencia! Mi esposa corre un terrible peligro, sin que nadie pueda ayudarla, y se lamenta por mí. ¿Qué puede ganar la Providencia llevándose a este pobre pájaro? ¿Qué ganará con ello?

Texto

kāmaṁ nayatu māṁ devaḥ
kim ardhenātmano hi me
dīnena jīvatā duḥkham
anena vidhurāyuṣā

Palabra por palabra

kāmam — como Él desea; nayatu — que Él Se lleve; mām — a mí; devaḥ — el Señor Supremo; kim — de qué sirve; ardhena — con la mitad; ātmanaḥ — del cuerpo; hi — en verdad; me — mío; dīnena — pobre; jīvatā — vivir; duḥkham — en sufrimiento; anena — este; vidhura-āyuṣā — con toda una vida llena de aflicción.

Traducción

Si la cruel Providencia Se lleva a mi esposa, que es la mitad de mi cuerpo, ¿por qué no me lleva a mí también? ¿De qué me sirve vivir con solo medio cuerpo, desconsolado por la pérdida de mi esposa? ¿Qué ganaré con ello?

Texto

kathaṁ tv ajāta-pakṣāṁs tān
mātṛ-hīnān bibharmy aham
manda-bhāgyāḥ pratīkṣante
nīḍe me mātaraṁ prajāḥ

Palabra por palabra

katham — cómo; tu — pero; ajāta-pakṣān — a quienes no les han crecido las alas para volar; tān — a ellos; mātṛ-hīnān — privados de su madre; bibharmi — voy a mantener; aham — yo; manda-bhāgyāḥ — muy desdichados; pratīkṣante — esperan; nīḍe — en el nido; me — mío; mātaram — su madre; prajāḥ — pajarillos.

Traducción

Los desdichados pajarillos, que se han quedado sin madre, esperan en el nido que ella les lleve algo que comer. Son todavía muy pequeños; aún no les han crecido las alas. ¿Qué voy a hacer para mantenerles?

Significado

El pájaro se lamenta por la madre de sus crías, que es quien por naturaleza las mantiene y cuida. Sin embargo, Yamarāja, disfrazado de niño pequeño, ya ha explicado que, aunque su propia madre le dejó desamparado y perdido en el bosque, no fue devorado por los tigres y animales salvajes. La realidad es que, con la protección de la Suprema Personalidad de Dios, incluso un huérfano de padre y madre obtendrá su sustento, por la voluntad del Señor. En el caso contrario, sin la protección del Señor Supremo, la presencia de los padres no evitará ningún sufrimiento. Se dio también el ejemplo del paciente que muere a pesar de contar con los mejores médicos y medicinas. Es decir, tanto con padres como sin ellos, sin la protección del Señor no se puede vivir.

Otro aspecto de este verso es que los padres abrigan sentimientos de protección hacia sus hijos, incluso entre las aves y demás animales, y, por supuesto, en la sociedad humana. Kali-yuga, sin embargo, es una era tan degradada que los padres llegan incluso a matar a sus hijos en el seno materno, con la excusa de que el conocimiento científico muestra que no hay vida dentro del vientre. Amparándose en la opinión de prestigiosos profesionales de la medicina, hoy en día los padres matan a sus hijos en el seno materno. ¡Qué bajo ha caído la sociedad humana! Su conocimiento científico es tan avanzado que piensan que en los huevos y embriones no hay vida. En la actualidad esos supuestos científicos son galardonados con el premio Nobel por sus aportaciones a la teoría de la evolución química. Pero, si la fuente de la vida son las combinaciones químicas, ¿por qué no usan su química los científicos para fabricar algún tipo de huevo, y lo ponen en una incubadora hasta que salgan pollitos? ¿Qué contestan? Con todo su conocimiento científico, no son capaces de crear ni un simple huevo. En el Bhagavad-gītā a esos científicos se les califica demāyayāpahṛta-jñānāḥ, es decir, necios que han perdido su verdadero conocimiento. No son hombres de conocimiento, pero se presentan como científicos y filósofos, aunque su supuesto conocimiento teórico no puede producir resultados prácticos.

Texto

evaṁ kuliṅgaṁ vilapantam ārāt
priyā-viyogāturam aśru-kaṇṭham
sa eva taṁ śākunikaḥ śareṇa
vivyādha kāla-prahito vilīnaḥ

Palabra por palabra

evam — así; kuliṅgam — el pájaro; vilapantam — mientras se lamentaba; ārāt — desde una cierta distancia; priyā-viyoga — por la pérdida de su esposa; āturam — muy afligido; aśru-kaṇṭham — con lágrimas en los ojos; saḥ — él (aquel cazador); eva — en verdad; tam — a él (el kuliṅga macho); śākunikaḥ — quien podría matar incluso a un ciervo; śareṇa — con una flecha; vivyādha — atravesó; kāla-prahitaḥ — impulsado por el tiempo; vilīnaḥ — oculto.

Traducción

El pájaro kuliṅga se lamentaba con lágrimas en los ojos por la pérdida de su esposa. Mientras tanto, impulsado por el factor tiempo, el cazador, que se encontraba perfectamente oculto a una cierta distancia, disparó su arco, matando al pájaro kuliṅga de un flechazo.

Texto

evaṁ yūyam apaśyantya
ātmāpāyam abuddhayaḥ
nainaṁ prāpsyatha śocantyaḥ
patiṁ varṣa-śatair api

Palabra por palabra

evam — así; yūyam — ustedes; apaśyantyaḥ — no viendo; ātma-apāyam — propia muerte; abuddhayaḥ — ¡oh, ignorantes!; na — no; enam — a él; prāpsyatha — obtendrán; śocantyaḥ — lamentándose por; patim — su esposo; varṣa-śataiḥ — durante cien años; api — incluso.

Traducción

Yamarāja, disfrazado de niño pequeño, dijo entonces a las reinas: Son tan necias que se lamentan pero no ven su propia muerte. Por su escaso conocimiento, ignoran que no volverán a ver vivo a su esposo ni aunque se lamenten durante cientos de años; y, mientras tanto, sus vidas se terminarán.

Significado

En cierta ocasión, Yamarāja preguntó a Mahārāja Yudhiṣṭhira: «¿Qué es lo más sorprendente del mundo?». Mahārāja Yudhiṣṭhira le respondió (MahābhārataVana-parva 313-316):

ahany ahani bhūtāni
gacchantīha yamālayam
śeṣāḥ sthāvaram icchanti
kim āścaryam ataḥ paraṁ

A cada instante mueren miles de entidades vivientes, pero el ser vivo, en su necedad, piensa que es inmortal, y no se prepara para la muerte. Eso es lo más sorprendente del mundo. Todos tenemos que morir, pues estamos sometidos por completo al control de la naturaleza material; aun así, pensamos que somos independientes, que podemos hacer todo lo que nos guste, que no moriremos nunca y viviremos para siempre, etc. Los así llamados científicos elaboran diversos planes para que las entidades vivientes del futuro vivan para siempre, pero mientras ellos se afanan en ese conocimiento científico, Yamarāja, llegado el momento, les aparta de sus supuestas investigaciones.

Texto

śrī-hiraṇyakaśipur uvāca
bāla evaṁ pravadati
sarve vismita-cetasaḥ
jñātayo menire sarvam
anityam ayathotthitam

Palabra por palabra

śrī-hiraṇyakaśipuḥ uvāca — Śrī Hiraṇyakaśipu dijo; bāle — mientras Yamarāja en forma de niño; evam — así; pravadati — hablaba de un modo muy filosófico; sarve — todos; vismita — llenos de asombro; cetasaḥ — sus corazones; jñātayaḥ — los familiares; menire — ellos pensaron; sarvam — todo lo material; anityam — temporal; ayathā-utthitam — que surge de fenómenos temporales.

Traducción

Hiraṇyakaśipu dijo: Las filosóficas palabras de Yamarāja, que, en forma de niño pequeño, instruía a los familiares de Suyajña, reunidos en torno a su cadáver, llenaron de asombro a todos. Así pudieron entender que todo lo material es temporal, y que su existencia no puede continuar.

Significado

Esto se confirma en el Bhagavad-gītā (2.18): antavanta ime dehā nityasyoktāḥ śarīriṇaḥ: El cuerpo es perecedero, pero el alma que está dentro del cuerpo es imperecedera. Por lo tanto, las personas avanzadas en conocimiento tienen el deber de estudiar la posición constitucional del alma imperecedera, y no perder el precioso tiempo de la vida humana en la simple manutención del cuerpo, sin tener en cuenta la verdadera responsabilidad que la vida trae consigo. Todo ser humano debe tratar de entender cómo puede alcanzar la felicidad el alma espiritual, y dónde puede obtener una vida eterna, llena de bienaventuranza y conocimiento. Los seres humanos están destinados a estudiar esos temas, y no a vivir absortos en cuidar del cuerpo temporal, el cual, sin la menor duda, tendrán que cambiar por otro. Nadie sabe si volverá a recibir un cuerpo humano; no hay ninguna garantía, pues el cuerpo que se recibe depende de las actividades realizadas, y puede ser tanto de semidiós como de perro. Con respecto a esto, Śrīla Madhvācārya comenta:

ahaṁ mamābhimānādi-
tva-yathottham anityakam
mahadādi yathotthaṁ ca
nityā cāpi yathotthitā
asvatantraiva prakṛtiḥ
sva-tantro nitya eva ca
yathārtha-bhūtaś ca para
eka eva janārdanaḥ

Solo Janārdana, la Suprema Personalidad de Dios, existe eternamente; Su creación, el mundo material, es temporal. Por lo tanto, todos aquellos que se dejan cautivar por la energía material, y están absortos en pensar: «Yo soy este cuerpo, y todo lo que pertenece a este cuerpo es mío», se encuentran bajo la influencia de la ilusión. Solo tenemos que pensar en que somos eternamente partes de Janārdana; nuestros esfuerzos en el mundo material, y especialmente en la forma de vida humana, deben ir dirigidos a regresar al hogar, de vuelta a Dios, para así obtener la compañía de Janārdana.

Texto

yama etad upākhyāya
tatraivāntaradhīyata
jñātayo hi suyajñasya
cakrur yat sāmparāyikam

Palabra por palabra

yamaḥ — Yamarāja en forma de niño; etat — esto; upākhyāya — instruir; tatra — allí; eva — en verdad; antaradhīyata — desapareció; jñātayaḥ — los familiares; hi — en verdad; suyajñasya — del rey Suyajña; cakruḥ — realizaron; yat — que es; sāmparāyikam — la ceremonia fúnebre.

Traducción

Después de instruir a los necios familiares de Suyajña, Yamarāja, en forma de niño, desapareció de su vista. Entonces, los familiares del rey celebraron las ceremonias funerarias rituales.

Texto

ataḥ śocata mā yūyaṁ
paraṁ cātmānam eva vā
ka ātmā kaḥ paro vātra
svīyaḥ pārakya eva vā
sva-parābhiniveśena
vinājñānena dehinām

Palabra por palabra

ataḥ — por lo tanto; śocata — lamentar; — no; yūyam — todos ustedes; param — otro; ca — y; ātmānam — ustedes mismos; eva — ciertamente; — o; kaḥ — quién; ātmā — ser; kaḥ — quién; paraḥ — otro; — o; atra — en el mundo material; svīyaḥ — propio; pārakyaḥ — para otros; eva — en verdad; — o; sva-para-abhiniveśena — que consiste en estar absorto en el concepto corporal de la vida en relación con uno mismo y con los demás; vinā — además de; ajñānena — la falta de conocimiento; dehinām — de todas las entidades vivientes corporificadas.

Traducción

Por lo tanto, ninguno de ustedes debe afligirse por la pérdida del cuerpo, ya sea el suyo o los de otros. Solo bajo el influjo de la ignorancia se hacen distinciones basadas en el cuerpo, pensando: «¿Quién soy yo?, ¿quiénes son los otros? ¿Qué es mío?, ¿qué es de otros?».

Significado

En el mundo material, la primera ley de la naturaleza es el instinto de conservación. Conforme a esa ley, primero debemos preocuparnos de nuestra propia seguridad, y luego considerar la sociedad, la amistad, el amor, la nacionalidad, la comunidad, etc., que son ideas derivadas del concepto corporal de la vida y de la falta de conocimiento acerca del alma espiritual. Eso se denomina ajñāna. Mientras la sociedad humana permanezca bajo el influjo de la oscuridad y la ignorancia, los hombres continuarán elaborando grandes proyectos dentro del concepto corporal de la vida. En relación con esto, Prahlāda Mahārāja emplea la palabra bharam. Basándose en planteamientos materialistas, la civilización actual crea enormes proyectos para la construcción de grandes carreteras, casas, industrias y fábricas; ese es el concepto que el hombre actual tiene del progreso de la civilización. La gente, sin embargo, no sabe que en cualquier momento pueden ser apartados de la escena y obligados a recibir cuerpos que no tienen nada que ver con esas enormes casas, palacios, carreteras y automóviles. Esa es la razón que llevó a Kṛṣṇa a reprender a Arjuna cuando vio que pensaba en función de sus relaciones corporales de parentesco. Le dijo: kutas tvā kaśmalam idaṁ viṣame samupasthitam anārya-juṣṭam: «Ese concepto corporal de la vida es propio de los anāryas, los no āryas, que no son avanzados en conocimiento». Civilización ārya es aquella que es avanzada en conocimiento espiritual. Para ser ārya no basta con estamparse un sello. Aquel que alimenta la más profunda ignorancia con respecto al conocimiento espiritual, pero al mismo tiempo proclama que es ārya, se encuentra en una posición de no ārya. En relación con esto, Śrīla Madhvācārya presenta la siguiente cita del Brahma-vaivarta Purāṇa:

ka ātmā kaḥ para iti dehādy-apekṣayā
na hi dehādir ātmā syān
na ca śatrur udīritaḥ
ato daihika-vṛddhau vā
kṣaye vā kiṁ prayojanam
yas tu deha-gato jīvaḥ
sa hi nāśaṁ na gacchati
tataḥ śatru-vivṛddhau ca
sva-nāśe śocanaṁ kutaḥ
dehādi-vyatiriktau tu
jīveśau pratijānatā
ata ātma-vivṛddhis tu
vāsudeve ratiḥ sthirā
śatru-nāśas tathājñāna-
nāśo nānyaḥ kathañcana

Su significado es que, mientras estemos en un cuerpo de forma humana, tenemos el deber de entender al alma que vive dentro del cuerpo. El cuerpo no es el ser; somos distintos del cuerpo; por lo tanto, no tiene sentido hablar de amigos, enemigos o responsabilidades basadas en el concepto corporal de la vida. No debe preocuparnos demasiado el hecho de que el cuerpo pase de la infancia a la juventud y de ahí a la vejez para encontrarse entonces con su aparente destrucción. Por el contrario, debemos cultivar una sincera preocupación por el alma que está dentro del cuerpo, y por la manera de liberarla de las garras de la materia. La entidad viviente que está dentro del cuerpo nunca es destruida; por eso, debemos estar perfectamente seguros de que, por muchos amigos o enemigos que tengamos, ni unos podrán ayudarnos, ni los otros hacernos ningún daño. Debemos saber que somos almas espirituales (ahaṁ brahmāsmi), y que el alma, en su posición constitucional, no se ve afectada por los cambios del cuerpo. Todo el mundo, en toda circunstancia, debe permanecer como devoto del Señor Viṣṇu, sin preocuparse por sus relaciones basadas en el cuerpo, sean de amigo o de enemigo. Debemos saber que no podemos ser matados, ni nosotros ni aquellos que, según el concepto corporal de la vida, son nuestros enemigos.

Texto

śrī-nārada uvāca
iti daitya-pater vākyaṁ
ditir ākarṇya sasnuṣā
putra-śokaṁ kṣaṇāt tyaktvā
tattve cittam adhārayat

Palabra por palabra

śrī-nāradaḥ uvāca — Śrī Nārada Muni dijo; iti — así; daitya-pateḥ — del rey de los demonios; vākyam — el discurso; ditiḥ — Diti, la madre de Hiraṇyakaśipu e Hiraṇyākṣa; ākarṇya — escuchar; sa-snuṣā — con la esposa de Hiraṇyākṣa; putra-śokam — el gran desconsuelo que sentía por su hijo Hiraṇyākṣa; kṣaṇāt — inmediatamente; tyaktvā — abandonando; tattve — en la verdadera filosofía de la vida; cittam — corazón; adhārayat — ocupó.

Traducción

Śrī Nārada Muni continuó: Diti, la madre de Hiraṇyakaśipu e Hiraṇyākṣa, escuchó los consejos de Hiraṇyakaśipu en compañía de su nuera, Ruṣābhānu, la esposa de Hiraṇyākṣa. Entonces olvidó el dolor que le producía la muerte de su hijo y concentró la atención de su mente en comprender la verdadera filosofía de la vida.

Significado

Es indudable que, cuando muere un familiar, nuestro interés por la filosofía aumenta mucho; sin embargo, tan pronto como finaliza la ceremonia funeraria, nuestra atención se vuelve de nuevo hacia el materialismo. Incluso los daityas, que son personas materialistas, piensan a veces en filosofía ante la muerte de algún familiar. El término técnico para definir esa actitud de la persona materialista es śmaśāna-vairāgya, es decir, el desapego que surge en el cementerio o en el crematorio. Como se confirma en el Bhagavad-gītā, hay cuatro clases de hombres que adquieren comprensión de la vida espiritual y de Dios: ārta (el afligido),jijñāsu (el inquisitivo), arthārthī (el que desea bienes materiales), y jñānī (el que está buscando conocimiento). El interés por Dios se manifiesta de modo especial en circunstancias de sufrimiento material. Por esa razón, Kuntīdevī oró a Kṛṣṇa diciéndole que prefería el sufrimiento a una vida que discurra felizmente. En el mundo material, la persona feliz olvida a Kṛṣṇa, a Dios; pero, a veces, la persona verdaderamente piadosa, cuando sufre, recuerda a Kṛṣṇa. Por eso la reina Kuntīdevī prefería el sufrimiento, pues representaba una oportunidad para recordar a Kṛṣṇa. Cuando Kṛṣṇa Se despedía de Kuntīdevī para regresar a Su país, ella se lamentó diciendo que estaba en mejor posición antes, agobiada por los sufrimientos, que ahora que los Pāṇḍavas se habían establecido en su reino, porque antes Kṛṣṇa siempre estaba con ellos, mientras que ahora Se iba. Para el devoto, los sufrimientos son una oportunidad para recordar a la Suprema Personalidad de Dios constantemente.

Thus end the Bhaktivedanta purports of the Seventh Canto, Second Chapter, of the Śrīmad-Bhāgavatam, entitled “Hiraṇyakaśipu, King of the Demons.”