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Śrīmad-bhāgavatam 8.15.34

Texto

taṁ viśva-jayinaṁ śiṣyaṁ
bhṛgavaḥ śiṣya-vatsalāḥ
śatena hayamedhānām
anuvratam ayājayan

Palabra por palabra

tam — a él (a Bali Mahārāja); viśva-jayinam — el conquistador del universo entero; śiṣyam — por ser su discípulo; bhṛgavaḥ — los brāhmaṇas, descendientes de Bhṛgu, como Śukrācārya; śiṣya-vatsalāḥ — muy complacidos con el discípulo; śatena — por cien; haya-medhānām — sacrificios denominados aśvamedha; anuvratam — siguiendo la instrucción de los brāhmaṇas; ayājayan — hicieron celebrar.

Traducción

Los brāhmaṇas descendientes de Bhṛgu, muy complacidos con su discípulo, que había conquistado todo el universo, le ocuparon en la celebración de cien sacrificios aśvamedha.

Significado

En la disputa entre Indra y Mahārāja Phṛtu, habíamos visto que, cuando este último quiso celebrar cienaśvamedha-yajñas, Indra trató de impedírselo, pues habían sido precisamente esos grandes sacrificios los que habían elevado a Indra a la posición de rey del cielo. En este verso vemos que los brāhmaṇas descendientes de Bhṛgu decidieron que también Mahārāja Bali debería celebrar esos sacrificios, pues, de lo contrario, no podría permanecer en el trono conquistado a Indra. Por esa razón, le aconsejaron que celebrase, por lo menos, el mismo número de aśvamedha-yajñasque Indra. La palabra ayājayan indica que todos los brāhmaṇas indujeron a Bali Mahārāja a celebrar esos grandes sacrificios.