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CAPÍTULO 10

Los pasatiempos de Rāmacandra, el Señor Supremo

El capítulo décimo narra el advenimiento del Señor Rāmacandra en la dinastía de Mahārāja Khaṭvāṅga. También narra las actividades del Señor, contando cómo mató a Rāvāṇa y regresó a Ayodhyā, la capital de Su reino.

El hijo de Mahārāja Khaṭvāṅga fue Dīrghabāhu, cuyo hijo fue Raghu. El hijo de Raghu fue Aja, el hijo de Aja fue Daśaratha y el hijo de Daśaratha fue el Señor Rāmacandra, la Suprema Personalidad de Dios. Cuando el Señor descendió a este mundo en Sus cuatro expansiones, manifestadas en las formas del Señor Rāmacandra, Lakṣmaṇa, Bharata y Śatrughna, grandes sabios como Vālmīki, que poseían verdadero conocimiento de la Verdad Absoluta, narraron Sus pasatiempos trascendentales. Śrīla Śukadeva Gosvāmī comenta brevemente esos pasatiempos.

El Señor Rāmacandra partió con Viśvāmitra y mató a Mārīca y otros rākṣasas. Después de romper el recio y poderoso arco Haradhanu, el Señor Se casó con madre Sītā e hizo añicos el prestigio de Paraśurāma. Para obedecer la orden de Su padre, Se retiró al bosque, acompañado por Lakṣmaṇa y Sītā. Allí cortó la nariz a Śūrpaṇakhā y mató a los sirvientes de Rāvaṇa, encabezados por Khara y Dūṣaṇa. El rapto de Sītādevī por parte de Rāvaṇa marcó el comienzo de la desgracia del demonio. Mārīca adoptó la forma de un ciervo dorado y, mientras el Señor Rāmacandra salía en su persecución para complacer a Sītādevī, Rāvaṇa aprovechó Su ausencia para raptarla. Después del rapto de Sītādevī, el Señor Rāmacandra y Lakṣmaṇa la buscaron por todo el bosque. Fue entonces cuando encontraron a Jaṭāyu. A continuación, el Señor mató al demonio Kabandha y al general Vāli y estableció una relación de amistad con Sugrīva. Después de organizar las fuerzas militares de los monos, fue con ellos hasta la orilla del mar. Allí, el Señor esperó la llegada de Samudra, la personificación del océano, pero Samudra no hizo acto de presencia. Entonces el Señor, que es el amo de Samudra, Se puso furioso, y Samudra fue a toda prisa y se humilló ante Él, dispuesto a ayudarle en lo que desease. El Señor construyó un puente sobre el océano y, con el consejo de Vibhīṣaṇa, atacó Laṅkā, la capital de Rāvaṇa. Hanumān, el sirviente eterno del Señor, ya había incendiado Laṅkā, y ahora, con la ayuda de Lakṣmaṇa, las fuerzas del Señor Rāmacandra mataron a todos los soldados rākṣasas. El propio Señor Rāmacandra mató a Rāvaṇa. Mandodarī y otras esposas de Rāvaṇa lamentaron la muerte de su marido, y, conforme a la orden del Señor Rāmacandra, Vibhīṣaṇa celebró las ceremonias funerarias por todos los muertos de la familia. El Señor Rāmacandra invistió a Vibhīṣaṇa con el derecho de gobernar Laṅkā, y lo bendijo con una larga vida. El Señor liberó a Sītādevī del bosque de aśokas y la llevó en un avión de flores a Su capital, Ayodhyā, donde fue recibido por Su hermano Bharata. Cuando el Señor Rāmacandra entró en Ayodhyā, Bharata llevó Sus sandalias de madera, Vibhīṣana y Sugrīva una cāmara y un abanico, Hanumān una sombrilla, Śatrughna el arco y dos aljabas del Señor, y Sītādevī un cántaro con agua de los lugares sagrados. Aṅgada llevó una espada, y Jāmbavān (Ṛkṣarāja), un escudo. Después de que el Señor Rāmacandra, acompañado por el Señor Lakṣmaṇa y madre Sītādevī, se reunieran con todos Sus familiares, el gran sabio Vasiṣṭha Lo coronó rey. El capítulo termina con una breve descripción del gobierno del Señor Rāmacandra en Ayodhyā.

Text 1:
Śukadeva Gosvāmī dijo: El hijo de Mahārāja Khaṭvāṅga fue Dīrghabāhu, cuyo hijo fue el célebre Mahārāja Raghu. De Mahārāja Raghu nació Aja, y de Aja nació Mahārāja Daśaratha, la gran personalidad.
Text 2:
En respuesta a las oraciones de los semidioses, la Suprema Personalidad de Dios, la Verdad Absoluta en persona, hizo Su advenimiento acompañado de Su expansión y de las expansiones de Su expansión. Sus santos nombres fueron Rāma, Lakṣmaṇa, Bharata y Śatrughna. Estas famosas encarnaciones aparecieron en cuatro formas, como hijos de Mahārāja Daśaratha.
Text 3:
¡Oh, rey Parīkṣit!, las trascendentales actividades del Señor Rāmacandra han sido narradas por grandes personas santas que han visto la verdad. Como tú ya has escuchado muchas veces la historia del Señor Rāmacandra, el esposo de madre Sītā, mi relato de esos pasatiempos será breve. Escucha, por favor.
Text 4:
Para sostener la promesa de Su padre, el Señor Rāmacandra no dudó en abandonar la posición de rey y, en compañía de Su esposa, madre Sītā, anduvo errante de bosque en bosque con Sus pies de loto, tan delicados que hasta el contacto de las manos de Sītā les era áspero e intolerable. Le acompañaron también Hanumān, el rey de los monos [u otro mono, Sugrīva], y Su hermano menor, el Señor Lakṣmaṇa, quienes Le aliviaban de las fatigas del bosque. Por haber desfigurado a Śūrpaṇakhā cortándole la nariz y las orejas, el Señor Se vio separado de madre Sītā. Debido a ello Se enfadó mucho, y el océano, aterrorizado por el movimiento de Sus cejas, Le permitió construir un puente para cruzarlo. A continuación, el Señor entró en el reino de Rāvaṇa para matarle, como un incendio que devora un bosque. Que el Señor Supremo, Rāmacandra, nos brinde plena protección.
Text 5:
En el recinto del sacrificio celebrado por Viśvāmitra, el Señor Rāmacandra, el rey de Ayodhyā, mató a muchos demonios, rākṣasas y hombres incivilizados que merodeaban por la noche, cubiertos por la modalidad de la oscuridad. Que el Señor Rāmacandra, que mató a esos demonios en presencia de Lakṣmaṇa, tenga la bondad de darnos protección.
Texts 6-7:
¡Oh, rey!, los pasatiempos del Señor Rāmacandra fueron maravillosos, como los de un bebé elefante. Él rompió el arco del Señor Śiva ante los héroes de este mundo, en la asamblea convocada para que madre Sītā eligiese esposo. El arco era tan pesado que se necesitaron trescientos hombres para transportarlo, pero el Señor Rāmacandra lo dobló, tensó la cuerda y lo partió por la mitad con la misma facilidad con que un bebé elefante parte una caña de azúcar. De ese modo, el Señor obtuvo la mano de madre Sītā, que poseía Sus mismas cualidades trascendentales en cuanto a forma, belleza, comportamiento, edad y naturaleza. En verdad, ella era la diosa de la fortuna que reposa eternamente en el pecho del Señor. Cuando el Señor Rāmacandra regresaba, después de conquistar a Sītā en la asamblea de pretendientes, Paraśurāma Le salió al paso. Paraśurāma estaba muy orgulloso de haber liberado a la Tierra de la orden monárquica en veintiún ocasiones, pero el Señor, que actuaba como un kṣatriya de la orden monárquica, le derrotó.
Text 8:
Cumpliendo la orden de Su padre, que se vio atado por una promesa hecha a su esposa, el Señor Rāmacandra dejó atrás Su reino, con Sus opulencias, Sus amigos y bienquerientes, Su residencia, y todo lo que poseía, y, del mismo modo que un alma liberada renuncia a la vida, Se marchó al bosque con Sītā.
Text 9:
Mientras vivía en el bosque, soportando muchas dificultades, el Señor Rāmacandra, que siempre llevaba Su invencible arco y Sus flechas, desfiguró a la hermana de Rāvaṇa, que estaba contaminada de deseos lujuriosos, cortándole la nariz y las orejas; además mató a sus catorce mil amigos rākṣasas, encabezados por Khara, Triśira y Dūṣaṇa.
Text 10:
¡Oh, rey Parīkṣit!, cuando Rāvaṇa, que tenía sobre los hombros diez cabezas, oyó hablar de los hermosos y atractivos rasgos de Sītā, su mente se agitó con deseos lujuriosos y decidió raptarla. Para alejar al Señor Rāmacandra de Su āśrama, Rāvaṇa envió a Mārīca en la forma de un ciervo dorado; al ver aquel maravilloso ciervo, el Señor Rāmacandra dejó Su āśrama y lo siguió, y finalmente lo mató con una afilada flecha, del mismo modo que el Señor Śiva mató a Dakṣa.
Text 11:
Aprovechando que Rāmacandra se había adentrado en el bosque y Lakṣmaṇa estaba también ausente, Rāvaṇa, el peor de los rākṣasas, raptó a Sītādevī, la hija del rey de Videha, del mismo modo que el tigre caza a las indefensas ovejas aprovechando la ausencia del pastor. El Señor Rāmacandra anduvo entonces por el bosque con Su hermano Lakṣmaṇa, con la actitud desesperada de quien ha perdido a su esposa. De ese modo, con Su ejemplo personal, mostró la condición de la persona apegada a las mujeres.
Text 12:
El Señor Rāmacandra, cuyos pies de loto son adorados por el Señor Brahmā y el Señor Śiva, había adoptado la forma de un ser humano. Después de celebrar la ceremonia funeraria de Jaṭāyu, que fue matado por Rāvaṇa, el Señor mató al demonio Kabandha y, tras hacer amistad con los jefes de los monos, mató a Vāli y organizó la liberación de madre Sītā. Entonces partió hacia la playa, a orillas del océano.
Text 13:
Una vez en la playa, el Señor Rāmacandra ayunó durante tres días, esperando la llegada de la personificación del océano. Como el océano no hacía acto de presencia, el Señor manifestó Sus pasatiempos de ira y, con una simple mirada que lanzó al mar, todas las entidades vivientes que lo habitaban se agitaron llenas de miedo. Fue entonces cuando el océano en persona, muy asustado, se presentó ante el Señor Rāmacandra con todos los útiles necesarios para adorarle. Postrándose a los pies de loto del Señor, la personificación del mar dijo lo siguiente.
Text 14:
¡Oh, Persona Suprema, que estás en todas partes!, somos tan torpes que no hemos entendido quién eres; ahora, sin embargo, sabemos que Tú eres la Persona Suprema, el amo del universo entero, la Personalidad de Dios original e inmutable. Los semidioses viven hechizados por la modalidad de la bondad, los prajāpatis por la modalidad de la pasión, y el señor de los fantasmas por la modalidad de la ignorancia, pero Tú eres el amo de todas esas cualidades.
Text 15:
Mi Señor, puedes hacer de mis aguas lo que desees; puedes pasar por encima de ellas e ir a la morada de Rāvaṇa, la gran fuente de llanto y perturbación para los tres mundos. Aunque es hijo de Viśravā, es despreciable como la orina. Por favor, ve a matarle y recupera a Tu esposa, Sītādevī. ¡Oh, gran héroe!, aunque mis aguas no suponen ningún obstáculo a Tu expedición a Laṅkā, Te ruego que construyas un puente sobre ellas para así propagar Tu fama trascendental. Al ver esa extraordinaria y maravillosa proeza de Tu Señoría, en el futuro todos los grandes héroes y reyes Te glorificarán.
Text 16:
Śukadeva Gosvāmī dijo: Después de construir un puente sobre el mar, lanzando al agua los picos de las montañas cuyos árboles y vegetación habían sido bien sacudidos por las manos de los grandes monos, el Señor Rāmacandra fue a Laṅkā para liberar a Sītādevī de las garras de Rāvaṇa. Con las indicaciones y la ayuda de Vibhīṣaṇa, el hermano de Rāvaṇa, el Señor y el ejército de los monos, mandado por Sugrīva, Nīla y Hanumān, entraron en el reino de Rāvaṇa, Laṅkā, que ya Hanumān había incendiado.
Text 17:
Cuando entraron en Laṅka, los soldados monos, guiados por jefes tales como Sugrīva, Nīla y Hanumān, ocuparon todas las casas de recreo, los graneros, los almacenes de tesoros, los portales de los palacios, las puertas de la ciudad, las casas de asamblea, las fachadas de los palacios e incluso los palomares. Con todas las encrucijadas, los estrados, las banderas y las vasijas doradas de sus cúpulas destruidos, la ciudad de Laṅka parecía un río agitado por una manada de elefantes.
Text 18:
Al ver los trastornos causados por el ejército de monos, Rāvaṇa, el señor de los rākṣasas, llamó a Nikumbha, Kumbha, Dhūmrākṣa, Durmukha, Surāntaka, Narāntaka y otros rākṣasas, junto con su hijo Indrajit. Seguidamente llamó a Prahasta, Atikāya, Vikampana y, por último, a Kumbhakarṇa, incitando a todos sus seguidores a luchar contra los enemigos.
Text 19:
El Señor Rāmacandra, rodeado por Lakṣmaṇa y soldados monos tales como Sugrīva, Hanumān, Gandhamāda, Nīla, Aṅgada, Jāmbavān y Panasa, atacó a los soldados rākṣasas, que estaban perfectamente equipados con armas invencibles, tales como espadas, lanzas, arcos, prāsas, ṛṣṭis, flechas śakti, khaḍgas y tomaras.
Text 20:
Aṅgada y los demás generales de los ejércitos de Rāmacandra se enfrentaron a los elefantes, la infantería, los caballos y las cuadrigas del enemigo, y lanzaron contra ellos grandes árboles, picos de montaña, mazas y flechas. De ese modo, los soldados del Señor Rāmacandra mataron a los soldados de Rāvaṇa, que habían perdido toda su buena fortuna desde que Rāvaṇa provocó la ira de madre Sītā.
Text 21:
Viendo que había perdido a sus soldados, Rāvaṇa, el rey de los rākṣasas, se puso muy furioso. Entonces montó en su avión, decorado con flores, y avanzó hacia el Señor Rāmacandra, que le esperaba en la refulgente cuadriga que Le había traído Mātali, el auriga de Indra. Con sus afiladas flechas, Rāvaṇa atacó al Señor Rāmacandra.
Text 22:
El Señor Rāmacandra dijo a Rāvaṇa: Eres el más abominable de los caníbales. En verdad, eres como su excremento. Eres como un perro que roba comida de la cocina cuando el dueño no está en casa, pues te aprovechaste de Mi ausencia para raptar a Mi esposa, Sītādevī. Por eso, voy a castigarte del mismo modo que Yamarāja castiga a los pecadores. Eres la persona más despreciable, pecadora y desvergonzada. Por eso Yo, el que nunca fracasa en Sus empeños, voy a castigarte hoy mismo.
Text 23:
Después de reñir a Rāvaṇa con estas palabras, el Señor Rāmacandra armó Su arco con una flecha, la apuntó contra Rāvaṇa y se la disparó. La flecha atravesó el corazón de Rāvaṇa como un rayo. Al ver aquello, un estruendoso clamor se levantó entre los seguidores de Rāvaṇa, que gritaban: «¡Oh, no!, ¡oh, no!, ¿qué ha ocurrido?, ¿qué ha ocurrido?», mientras Rāvaṇa, vomitando sangre por sus diez bocas, caía de su avión, del mismo modo que una persona piadosa cae de los planetas celestiales a la Tierra cuando se agotan los resultados de sus actividades piadosas.
Text 24:
A continuación, todas las mujeres cuyos esposos habían muerto en el campo de batalla salieron de Laṅkā acompañando a Mandodarī, la esposa de Rāvaṇa. Llorando sin cesar, se acercaron a los cuerpos inertes de Rāvaṇa y los demás rākṣasas.
Text 25:
Llenas de aflicción por sus esposos, que habían caído bajo las flechas de Lakṣmaṇa, las mujeres se golpeaban el pecho y abrazaban a sus maridos. Sus llantos y sus lastimeras voces conmovían a todos.
Text 26:
¡Oh, mi señor!, ¡oh, amo!, tú representabas el sufrimiento para muchos otros, y por ello te llamabas Rāvaṇa. Pero ahora has sido vencido, y contigo, también nosotras, pues, sin ti, el estado de Laṅkā ha sido conquistado por el enemigo. ¿En quién va a refugiarse ahora?
Text 27:
¡Oh, tú, que fuiste tan afortunado!, bajo la influencia de los deseos lujuriosos, no pudiste entender la influencia de madre Sītā. Ahora, debido a su maldición, has sido matado por el Señor Rāmacandra, y esto es todo lo que queda de ti.
Text 28:
¡Oh, placer de la dinastía rākṣasa!, por tu culpa, el estado de Laṅkā, y también nosotras mismas, nos hemos quedado sin protector. Con tus actos has logrado que tu cuerpo sea pasto de los buitres, y que tu alma merezca el infierno.
Text 29:
Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo: Vibhīṣaṇa, el hermano piadoso de Rāvaṇa, celebró entonces las ceremonias funerarias prescritas para salvar a sus familiares del descenso al infierno. Hizo esto con la aprobación del Señor Rāmacandra, el rey de Kosala, de quien era devoto.
Text 30:
A continuación, el Señor Rāmacandra encontró a Sītādevī sentada en una pequeña choza bajo el árbol Śiṁśapā en un bosque de árboles aśoka. Debido al sufrimiento de verse separada de Él, estaba muy débil y delgada.
Text 31:
Al ver a Su esposa en aquel estado, el Señor Rāmacandra sintió muchísima compasión. La felicidad que ella sintió al ver ante sí a su amado Rāmacandra fue inmensa, y se reflejó en su boca de loto.
Text 32:
Después de dar a Vibhīṣaṇa el poder de gobernar a la población rākṣasa de Laṅkā durante todo un kalpa, el Señor Rāmacandra, la Suprema Personalidad de Dios [Bhagavān], sentó a Sītādevī en un avión decorado con flores en el que, a continuación, subió Él también. Cumplido ya Su período de destierro en el bosque, el Señor regresó a Ayodhyā acompañado por Hanumān, Sugrīva y Su hermano Lakṣmaṇa.
Text 33:
Antes de entrar en Ayodhyā, el Señor Rāmacandra fue agasajado por los miembros de la orden principesca, quienes derramaron sobre Su cuerpo una lluvia de hermosas y fragantes flores, mientras grandes personalidades como el Señor Brahmā y otros semidioses glorificaban, llenos de alegría, las actividades del Señor.
Text 34:
Ya en Ayodhyā, el Señor Rāmacandra supo que, en Su ausencia, Su hermano Bharata solo había comido cebada hervida en orina de vaca, vestía Su cuerpo con cortezas de árbol, llevaba todo el cabello enmarañado y dormía en una esterilla de kuśa. Todo esto causó un gran pesar al muy misericordioso Señor.
Texts 35-38:
Cuando el Señor Bharata supo que el Señor Rāmacandra regresaba a la capital, Ayodhyā, inmediatamente Se puso sobre la cabeza las sandalias de madera del Señor y salió de Su campamento en Nandigrāma. El Señor Bharata iba acompañado de ministros, sacerdotes y otros ciudadanos respetables; llevaba además músicos profesionales que hacían sonar agradables vibraciones musicales y brāhmaṇas eruditos que cantaban en voz alta los himnos védicos. Detrás desfilaban las cuadrigas, tiradas por hermosos caballos con riendas y arneses tejidos en oro y adornadas con estandartes de brocado de oro y otras banderas de distintos tamaños y motivos. Había muchos soldados con armaduras doradas, sirvientes que llevaban nueces de betel y muchas prostitutas hermosas y bien conocidas. Otros muchos sirvientes venían a pie, con una sombrilla, camaras, distintos tipos de piedras preciosas y otros artículos propios de una recepción real. Con esta comitiva, el corazón suavizado por el éxtasis y los ojos llenos de lágrimas, el Señor Bharata Se acercó al Señor Rāmacandra y Se postró a Sus pies de loto rebosante de amor extático.
Texts 39-40:
Tras ofrecer al Señor Rāmacandra Sus sandalias de madera, el Señor Bharata Se puso en pie, con las manos juntas y los ojos llenos de lágrimas. El Señor Rāmacandra estrechó entonces a Bharata en un largo abrazo, y Le bañó con Sus lágrimas. A continuación, acompañado de madre Sītā y Lakṣmaṇa, el Señor Rāmacandra ofreció Sus respetuosas reverencias a los brāhmaṇas eruditos y a Sus mayores en la familia, mientras todos los ciudadanos de Ayodhyā se postraban ante Él en señal de respeto.
Text 41:
Los ciudadanos de Ayodhyā, al ver a su rey de regreso tras una larga ausencia, Le ofrecieron collares de flores y, agitando las ropas con que se cubrían el torso, bailaron llenos de alegría.
Texts 42-43:
¡Oh, rey!, el Señor Bharata llevó las sandalias de madera del Señor Rāmacandra, Sugrīva y Vibhīṣaṇa, una camāra y un excelente abanico, Hanumān una sombrilla blanca, Śatrughna un arco y dos aljabas, y Sītādevī un cántaro de agua de los lugares sagrados. Aṅgada llevó una espada, y Jāmbavān, el rey de los ṛkṣas, un escudo dorado.
Text 44:
¡Oh, rey Parīkṣit!, sentado en Su avión de flores, mientras las mujeres Le ofrecían oraciones y los recitadores cantaban Sus cualidades, el Señor parecía la Luna rodeada de estrellas y planetas.
Texts 45-46:
A continuación, después de la recepción que Le ofreció Su hermano Bharata, el Señor Rāmacandra entró en la ciudad de Ayodhyā, que era todo un festival de bienvenida. Cuando entró en el palacio, ofreció reverencias a todas Sus madres, las esposas de Mahārāja Daśaratha, con Kaikeyī entre ellas, y a Su propia madre, Kauśalyā. También ofreció reverencias a Vasiṣṭha y a Sus preceptores espirituales. Adorado por amigos de Su misma edad o más jóvenes, Él, a Su vez, les ofrecía respetuosas reverencias, al igual que Lakṣmaṇa y Sītā. De ese modo, todos entraron en el palacio.
Text 47:
Al ver a sus hijos, las madres de Rāma, Lakṣmaṇa, Bharata y Śatrughna se pusieron de pie inmediatamente, como cuerpos desmayados que recobran la consciencia. Las madres sentaron a Sus hijos en Sus regazos y Les bañaron con sus lágrimas, aliviándose así del pesar de la larga separación.
Text 48:
El sacerdote o maestro espiritual de la familia, Vasiṣṭha, afeitó la cabeza del Señor Rāmacandra, liberándole así de Sus enmarañados cabellos. Entonces, con la colaboración de los mayores de la familia, celebró la ceremonia de baño [abhiṣeka] del Señor Rāmacandra, con agua de los cuatro mares y otras sustancias, tal y como se hizo con el Señor Indra.
Text 49:
Perfectamente bañado y con la cabeza afeitada, el Señor Rāmacandra Se vistió con hermosas ropas y Se adornó con alhajas y un collar de flores. Así resplandecía entre Sus hermanos y Su esposa, igualmente vestidos y engalanados.
Text 50:
Complacido con la entrega y la sumisión plenas del Señor Bharata, el Señor Rāmacandra subió al trono. Supo cuidar de Sus súbditos como un padre, y los ciudadanos, plenamente ocupados en sus deberes prescritos de varṇa y āśrama, Le consideraron Su padre.
Text 51:
El Señor Rāmacandra reinó en Treta-yuga, pero supo gobernar tan bien que todo discurría como en Satya-yuga. Todo el mundo era religioso y completamente feliz.
Text 52:
¡Oh, Mahārāja Parīkṣit, el mejor de la dinastía Bharata!, durante el reinado del Señor Rāmacandra, los bosques, los ríos, las colinas, las montañas, los países, las siete islas y los siete océanos mostraban plenamente su favor a todos los seres abasteciéndoles de todo lo que necesitaban.
Text 53:
Cuando el Señor Rāmacandra, la Suprema Personalidad de Dios, fue rey de este mundo, no había el menor rastro de sufrimientos físicos y mentales, enfermedades, vejez, desconsuelo, lamentación, pesar, miedo y fatiga. Ni siquiera había muerte para quienes no la deseaban.
Text 54:
El Señor Rāmacandra hizo voto de no tener más de una esposa y no tener relaciones con ninguna otra mujer. Fue un rey santo; en Su carácter, libre de ira y malas cualidades, no había ningún defecto. Él enseñó a todos, y en especial a los casados, las pautas de la buena conducta en función del varṇāśrama-dharma. De ese modo enseñó a la gente mediante Sus propias actividades.
Text 55:
Madre Sītā era muy sumisa, fiel, tímida y casta; siempre entendía la actitud de su esposo. Así, con su carácter, su amor y su servicio, atrajo por completo la mente del Señor.