Skip to main content

Śrīmad-bhāgavatam 9.10.4

Texto

gurv-arthe tyakta-rājyo vyacarad anuvanaṁ padma-padbhyāṁ priyāyāḥ
pāṇi-sparśākṣamābhyāṁ mṛjita-patha-rujo yo harīndrānujābhyām
vairūpyāc chūrpaṇakhyāḥ priya-viraha-ruṣāropita-bhrū-vijṛmbha-
trastābdhir baddha-setuḥ khala-dava-dahanaḥ kosalendro ’vatān naḥ

Palabra por palabra

guru-arthe — para cumplir la promesa de Su padre; tyakta-rājyaḥ — abandonando la posición de rey; vyacarat — vagó; anuvanam — de bosque en bosque; padma-padbhyām — con Sus pies de loto; priyāyāḥ — con Su muy querida esposa, madre Sītā; pāṇi-sparśa-akṣamābhyām — tan delicados que hasta el contacto de las manos de Sītā les era áspero e intolerable; mṛjita-patha-rujaḥ — cuya fatiga de caminar por el bosque se vio disminuida; yaḥ — el Señor que; harīndra-anujābhyām — acompañado por el rey de los monos, Hanumān, y por Su hermano menor Lakṣmaṇa; vairūpyāt — por ser desfigurada; śūrpaṇakhyāḥ — de la rākṣasī (demonio) Śūrpaṇakhā; priya-viraha — afligido por verse separado de Su muy querida esposa; ruṣā āropita-bhrū-vijṛmbha — con un gesto de Sus cejas levantadas por la ira; trasta — temiendo; abdhiḥ — el océano; baddha-setuḥ — el que construyó un puente sobre el océano; khala-dava-dahanaḥ — que mató a personas envidiosas como Rāvaṇa, como un fuego que devora un bosque; kosala-indraḥ — el rey de Ayodhyā; avatāt — Se complazca en proteger; naḥ — a nosotros.

Traducción

Para sostener la promesa de Su padre, el Señor Rāmacandra no dudó en abandonar la posición de rey y, en compañía de Su esposa, madre Sītā, anduvo errante de bosque en bosque con Sus pies de loto, tan delicados que hasta el contacto de las manos de Sītā les era áspero e intolerable. Le acompañaron también Hanumān, el rey de los monos [u otro mono, Sugrīva], y Su hermano menor, el Señor Lakṣmaṇa, quienes Le aliviaban de las fatigas del bosque. Por haber desfigurado a Śūrpaṇakhā cortándole la nariz y las orejas, el Señor Se vio separado de madre Sītā. Debido a ello Se enfadó mucho, y el océano, aterrorizado por el movimiento de Sus cejas, Le permitió construir un puente para cruzarlo. A continuación, el Señor entró en el reino de Rāvaṇa para matarle, como un incendio que devora un bosque. Que el Señor Supremo, Rāmacandra, nos brinde plena protección.