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Śrīmad-bhāgavatam 9.10.50

Texto

agrahīd āsanaṁ bhrātrā
praṇipatya prasāditaḥ
prajāḥ sva-dharma-niratā
varṇāśrama-guṇānvitāḥ
jugopa pitṛvad rāmo
menire pitaraṁ ca tam

Palabra por palabra

agrahīt — aceptó; āsanam — el trono del estado; bhrātrā — por Su hermano (Bharata); praṇipatya — tras entregarse a Él por entero; prasāditaḥ — que estaba complacido; prajāḥ — y los ciudadanos; sva-dharma-niratāḥ — perfectamente ocupados en sus respectivos deberes prescritos; varṇāśrama — conforme al sistema de varṇa y āśrama; guṇa-anvitāḥ — todos ellos bien capacitados en este proceso; jugopa — el Señor les protegió; pitṛ-vat — igual que un padre; rāmaḥ — el Señor Rāmacandra; menire — ellos consideraban; pitaram — igual que un padre; ca — también; tam — a Él, el Señor Rāmacandra.

Traducción

Complacido con la entrega y la sumisión plenas del Señor Bharata, el Señor Rāmacandra subió al trono. Supo cuidar de Sus súbditos como un padre, y los ciudadanos, plenamente ocupados en sus deberes prescritos de varṇa y āśrama, Le consideraron Su padre.

Significado

La gente se siente muy atraída por el modelo del Rāma-rājya, y, todavía hoy, los políticos forman partidos con ese nombre, pero, desafortunadamente, no quieren obedecer al Señor Rāma. A veces se dice que la gente quiere el reino de Dios sin Dios, pero ese tipo de aspiraciones nunca se verán satisfechas. Para que haya un buen gobierno, la relación entre los súbditos y el gobernante debe ser como la que existía entre el Señor Rāmacandra y Sus súbditos. El Señor Rāmacandra gobernó Su reino como un padre que cuida de sus hijos, y los súbditos, agradecidos al Señor Rāmacandra por Su buen gobierno, Le aceptaron como padre. Por lo tanto, la relación entre los súbditos y el gobierno debe ser como la de un padre y un hijo. En una familia, los hijos que están bien educados obedecen al padre y a la madre, y el padre, si está debidamente cualificado, sabrá cuidarles adecuadamente. En este verso, las palabras sva-dharma-niratā varṇāśrama-guṇānvitaḥ indican que los buenos ciudadanos lo eran porque aceptaban la institución de varṇa y āśrama, que organiza la sociedad en las divisiones de brāhmaṇa, kṣatriya, vaiśya, y śūdra, conforme al varṇa, y brahmacarya, gṛhastha, vānaprastha y sannyāsa, en función del āśrama. Esa es la verdadera civilización humana. La gente debe educarse en función de los deberes prescritos del varṇāśrama. Como se confirma en el Bhagavad-gītā (4.13): cātur-varṇyaṁ mayā sṛṣṭaṁ guṇa-karma-vibhāgaśaḥ: Los cuatro varṇas deben establecerse en función de las cualidades y la ocupación. El primer principio de un buen gobierno es que debe instituir el sistema de varṇāśrama, y el objetivo del varṇāśrama es capacitar a la gente para que sea consciente de Dios. Varṇāśramācāravatā puruṣeṇa paraḥ pumān viṣṇur ārādhyate: El sistema de varṇāśrama no tiene otro objetivo que elevar a la gente hasta el nivel vaiṣṇava. Viṣṇur asya devatā. Ese nivel se alcanza cuando la gente adora al Señor Viṣṇu considerándole el Señor Supremo. Por consiguiente, se debe educar a la gente de modo que, mediante el sistema de varṇa y āśrama, lleguen a ser vaiṣṇavas, como ocurría durante el reinado del Señor Rāmacandra, cuando todo el mundo estaba perfectamente educado en la práctica de los principios del varṇāśrama.

Los ciudadanos no van a ser obedientes y leales por el simple hecho de que se les impongan leyes y ordenanzas. Así es imposible. Aunque el mundo entero está lleno de estados con asambleas legislativas y parlamentos, los ciudadanos siguen siendo ladrones y bandidos. Por lo tanto, el sentido cívico no es algo que se pueda imponer; lo que se necesita es educar a la gente. Del mismo modo que hay escuelas y universidades donde los estudiantes se preparan para ser ingenieros químicos, abogados o especialistas en muchos otros campos del saber, es necesario instituir escuelas y universidades donde los estudiantes se preparen para ser brāhmaṇas, kṣatriyas, vaiśyas, śūdras, brahmacārīs, gṛhasthas, vānaprasthas y sannyāsīs. Esto creará la base necesaria para un verdadero espíritu cívico (varṇāśrama-guṇānvitāḥ). En términos generales, si el rey o presidente es un rājarṣi, la relación entre los ciudadanos y el jefe del poder ejecutivo estará muy clara, y no habrá posibilidad de desordenes, porque habrá muchos menos ladrones y maleantes. En Kali-yuga, sin embargo, no se tiene en cuenta el sistema de varṇāśrama y, debido a ello, los ciudadanos suelen ser bandidos y maleantes. En el sistema democrático, lo natural es que unos ladrones y bandidos recauden dinero de los demás ladrones y bandidos, de modo que, sea quien sea el que gobierne, siempre reinará el caos, y nadie será feliz. El ejemplo de un buen gobierno, sin embargo, lo encontramos en el reinado del Señor Rāmacandra. Si la gente sigue este ejemplo, habrá buenos gobiernos en todo el mundo.